One Day At A Time
Discos / Kodaline

One Day At A Time

3 / 10
Raúl Julián — 21-06-2020
Empresa — B-Unique Records

Ha ocurrido desde que el mundo es mundo. Después de que un grupo coseche éxito estrepitoso y una enorme aceptación popular, comienzan a surgir imitadores que, con mayor o menor fortuna (y más bien poco disimulo), siguen justamente la misma senda. En ocasiones sucede que esa formación en cuestión tiene talento y, a pesar de lo evidente de su origen, su propuesta resulta más que aprovechable, incluso llegando a lucir cierta personalidad propia. Lo que podría definirse como influencias bien entendidas y provechosamente asimiladas. Pero también existe el riesgo de que el grupo patine, quedando su obra en un lastimero y cantoso plagio y evidenciándose así el asunto como un invento planeado de antemano y repetitivo e inocuo con respecto al original.

En los últimos años y refiriéndonos a Gran Bretaña, han sido Mumford & Sons y sobre todo Coldplay quienes han dominado la escena apostando por folk y pop respectivamente, ambos en versiones aptas para todos los públicos. Y es justo hacia algún punto entre ambos donde Kodaline apuntan, sin molestarse en esconder intenciones. Atendiendo al presente álbum, no queda más opción que situar a los irlandeses en la segunda categoría antes mencionada: el nuevo trabajo del cuarteto apesta a refrito preconcebido a medio camino entre el estudio y la sala de juntas de la discográfica. Todo en ‘One Day At A Time’ huele a artificial y orquestado a priori, desde las propias canciones a la interpretación vocal de Steve Garrigan, pasando por una sobreproducción a todas luces excesiva y obsesiva a la hora de “engalanar” las composiciones con arreglos melosos. Un exceso de medios y efectos que contrasta con la escasa miga real del decálogo aquí contenido, en lo que a la postre supone una referencia a todas luces empalagosa y de compleja digestión. Sucede desde la inicial “Wherever You Are”, con Garrigan jugado sin vergüenza ni apuro a ser Chris Martin y en una suplantación de identidad que en realidad alcanza hasta la final “In The End”. Por el camino se incluyen otros brotes algo bochornosos como “The Evening”, “Heart Open”, “Sometimes”, “Saving Grace” o una “Spend It With You” más deudora de Paul McCartney.

Diez piezas de pop meloso y prensado con la intención de disfrutar con el cántico masivo y móvil en mano de miles de personas. El tercer álbum de los dublineses es un compendio de lo anodino e incluso vergonzoso que puede llegar a ser un grupo cuando antepone el hecho de parecerse lo máximo posible a otra formación, incapaz de convertir referentes en una propuesta diferenciable y con talante propio. Kodaline quedan retratados y el presente ‘One Day At A Time’ no es sino un disco prescindible y carente de piezas destacadas, en el que apenas se intuye algún trazo aprovechable. Un empacho en el que cualquier atisbo de honestidad queda sepultado bajo esa intención obsesiva del cuarteto por subirse al tren del éxito fácil derivado de la burda copia.

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