Funny Little Fears
DiscosDamiano David

Funny Little Fears

6 / 10
Montse Galeano — 23-05-2025
Empresa — Sony Music
Género — Pop

Con "Funny Little Fears", Damiano David se lanza a su primer proyecto en solitario y toma distancia (mucha distancia) de la imagen con la que lo conocimos la mayoría: ese frontman provocador, carismático y vestido de cuero que miraba desafiante a cámara mientras gritaba “Zitti e buoni” sobre el escenario de Eurovisión. Ahora nos encontramos con un artista mucho más introspectivo y melancólico, sin miedo a mostrar su lado más vulnerable. Y aunque este cambio puede interpretarse como una evolución artística o una búsqueda genuina de su propia identidad, por momentos deja una sensación de artificialidad. Pero, si miramos más allá, quizá este Damiano más melódico, rodeado de sintetizadores suaves y baladas de piano, sea el más auténtico. Tal vez el que estaba encorsetado era aquel que saltaba sobre el escenario con maquillaje glam.

Desde el arranque con “Voices”, Damiano nos sumerge en un universo sonoro pulido, de beats contenidos y producción medida, donde resuenan los ecos del pasado personificados en una ex pareja que lo persigue allá donde va. Una apertura que no solo define el tono confesional del disco, sino que marca el inicio de lo que podría leerse como una especie de “terapia musical”, que encuentra continuidad en temas como “Next Summer” o “Sick Of Myself”.

Para bien y para mal, "Funny Little Fears" se construye sobre una base musical clara y constante: estructuras pop familiares, estribillos limpios y crescendos emocionales que nunca terminan de estallar del todo. El piano, presente como columna vertebral (especialmente en “Born With a Broken Heart”, quizá el tema más representativo del álbum), aporta coherencia, pero también contribuye a cierta homogeneidad. Todo está en su sitio, todo suena correcto, y es innegable que estamos ante uno de los discos pop que más sonará en las radios este año. Y, aun así, falta algo.

Quizá consciente de ello, "Funny Little Fears" se permite algunos desvíos interesantes en su segunda mitad. Así nos encontramos con “Mars”, que apuesta por una épica contenida, con guitarras en reverb y una producción más abierta; con el cierre, “Solitude (No One Understands Me)”, que se mueve entre el synth-pop minimalista y el ambient electrónico; o con “Tango”, que introduce un ritmo casi de bolero electrónico, sin miedo a abrazar un pop más azucarado y teatral. Momentos que dejan entrever un Damiano más versátil y menos anclado en esa estética de “poeta torturado”.

Merecen también mención las colaboraciones, que, sin alterar radicalmente el tono general del álbum, aportan ciertos matices interesantes. En “The Bruise”, la voz de Suki Waterhouse suma un toque delicado que encaja con la atmósfera melancólica del tema; mientras en “Zombie Lady”, Dove Cameron aporta un ligero aire de pop-gotico con unos que refuerzan el dramatismo del tema. La más rara de todas ellas quizá sea “Tangerine”, junto a d4vd, que introduce un color más oscuro y R&B para dar un pequeño respiro dentro de la paleta sonora del álbum.

Y ahí está el tema: "Funny Little Fears" es un disco pegajoso, con un sonido impecable, pero que por momentos suena más diseñado que vivido. Es fácil pensar que Damiano ha querido desprenderse del rock, del ruido, del personaje… y, en definitiva, de todo lo que representó Måneskin. Pero aún no ha encontrado esa chispa que lo haga inconfundible en esta nueva piel.

También es inevitable no comparar este trabajo con los primeros álbumes en solitario de Harry Styles. Ambos artistas parten de un punto similar: dejar atrás la banda que los hizo mundialmente conocidos para abrazar una estética más “madura”, lanzarse a un pop pretendidamente más elevado y hacer todo ello con cierta melancolía. Ahora bien, romper con la imagen de una boyband es algo que ya hemos visto en muchas ocasiones y que asumimos como el paso natural en la carrera de un artista que quiere evolucionar en solitario. Pero hacerlo desde una banda tan marcada por el carisma escénico y un rock con vocación pop es un reto distinto —y, en algunos aspectos, incluso más difícil. Mientras Styles supo apropiarse del soft rock, del soul y de esa herencia britpop con bastante naturalidad, Damiano David sigue buscando su sonido, que quizá pasa por seguir el camino iniciado con Funny Little Fears, o quizá nos sorprenda con una vuelta al pop-rock de raíces italianas. Todo queda en el aire. Lo que está claro es que ya no hay vuelta atrás, y una vez dado el primer paso, podemos decir sin miedo a equivocarnos que aún queda mucho Damiano por descubrir y por escuchar.

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