Quizás inspirados por el rico catálogo de onomatopeyas que atesora el mundo del cómic, este quinteto de Donostialdea formó en 2017 un grupo de rock and roll al que bautizaron con el nombre de Bamms. Desde entonces han publicado dos trabajos que, de la mano del nuevo sello de Lazkao Artza Records, salen ahora a la luz en formato vinilo. Sus canciones van al grano, como esos puñetazos de los tebeos que terminan golpeando en la cara del villano y su resultado se muestra en un vistoso bocadillo. En “Last Chance”, su primer LP tras la maqueta homónima de 2018, siguen bebiendo del pub-rock, el punk-rock y esta vez también se adivina cierta pulsión soul. Grabado en el estudio Maik de Bera en 2020, durante estos trece temas mantienen el puño siempre en alto con una mirada divertida y poco ceremoniosa.
Se han propuesto aparcar los problemas que atenazan nuestras vidas y vienen a pasárselo bien. No hay más que ver la colorida portada: en un caótico collage industrial, la protagonista de origen oriental sujeta una vaselina mentolada con una mano y un viejo móvil con la otra mientras pisa una delicada mesa. Aunque los guitarrazos van y vienen y está claro que el punk acelerado corre por sus venas, hay desarrollos más que interesantes (“A Day to remember”, “My doce”) sin irse nunca por las ramas. Le cantan al sábado noche (“Saturday night”), son muy de videojuegos (“Sunset Riders”) y, sobre todo, esta es la lección más importante, no hay que preocuparse por nada (“I Won´t Worry”). Carpe Diem.
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