Great Doubt

El pop está en todas partes para aquellos que quieran escuchar. Por ejemplo está en las cuerdas del conservatorio de un violín, una viola, o un violoncello; claramente está en una caja de ritmos, y cada vez más a menudo en los baños de ambient luminoso. En su tercer, y más reciente, LP Astrid Sonne hace precisamente esto. "Great Doubt" se aleja unos pocos pasos de la electrónica más experimental a la que nos tenía acostumbrados y se transforma en un nuevo espécimen de pop star.

En nueve cortes sigue creando espacios multidimensionales a partir de un cuidadoso trabajo de la instrumentación, pero esta vez dándoles una forma más próxima a una canción pop, que a vahos sonoros en los que sumergirse. Aun así, su fuerte es el contraste y respuesta que da entre las diferentes cuerdas del disco. Pero por primera vez sus letras son un hilo conductor. Solo al abrir el disco encontramos "Do you wanna", que sigue una fórmula de repetición hipnótica, para acabar confirmando esta faceta pop en el siguiente tema "Give My All", cercano a una canción de Tirzah hasta nos podría recordar vagamente a "Universe" de Blur. 

Por lo general propone temas ligeros donde prima la calidad a la cantidad de pistas como en "Almost" o "Staying There", tema en el que al igual que en "Light And Heavy" aparece una tintineante flauta que parece guiarnos a su propio mundo de Hamelin. Aun así también hay espacio para los temas más envolventes y moodies que nos pueden recordar a sus primeros trabajos. Canciones que parecen propuestas de largas sesiones de ambient como "Boost" o "Everything Is Unreal", donde su spoken word se convierte en una textura más; y en su versión más luminosa, "Overture". El disco cierra con "Say You Love Me". Un tema donde se condensan todas las virtudes del disco en tan solo cuatro minutos. Desde el timbre medido al milímetro del chelo, a su trabajo melódico de la voz para repetir lo que quieren tantas canciones de amor.