Youth Lagoon, sin caldear el ambiente
Conciertos / Youth Lagoon

Youth Lagoon, sin caldear el ambiente

6 / 10
Jon Pagola — 08-11-2013
Empresa — Ginmúsica
Sala — Iglesia de Zorroaga
Fotografía — Jon Pagola

La Iglesia de Zorroaga, abierta al culto y ubicada más allá del estadio de Anoeta, a las afueras de San Sebastián, es la nueva (y asombrosa) apuesta de los responsables de Ginmusica. Les han pillado el gusto a los escenarios que se salen de la norma -un parque de atracciones, unas cuevas prehistóricas- y nosotros estamos encantados de aceptar el reto. El templo está pegado a una residencia de ancianos y la fundación del mismo nombre lo rehabilitó para que se pudiera seguir oficiando misa.  

Unos 150 feligreses del pop psicodélico y vaporoso se sentaron alrededor de la cabecera, unos en el suelo y otros en los bancos, tras el estupendo arranque de los canadienses Absolutely Free, entregados a la causa de unos Animal Collective con más brío, sin andarse por las ramas. Cuentan con un líder que lo mismo canta como toca la batería y que cuando ¡a mediados del concierto! oyó los primeros aplausos sonrió victorioso. Al fin se había roto la barrera entre un público tímido, mayormente veinteañero, y la banda de Toronto. Será que impone respeto o algo parecido entrar a una iglesia. 

Para romper el hielo, Trevor Powers, el chico cool de pelo enmarañado y aspecto frágil que capitanea Youth Lagoon, pidió a la gente que se acercara. Incluso sorprendió cuando bajó de la escalinata y se mezcló con el público durante unos segundos. Poco más se supo del Powers comunicativo, enclaustrado entre sus teclados y un sampler al que de vez en cuando aporreaba con saña.  Minutos antes de su actuación un hombre enmascarado había repartido unos cuantos plátanos, un gesto extravagante con el que también se buscaba la complicidad de unos asistentes a los que, por cierto, no se les permitía acceder a la nave central con bebidas. 

Sobre la pared se escupían extrañas imágenes como cuatro ojos vigilantes, figuras geométricas y abstractas. Visualmente fue magnífico y se creó un ambiente realmente especial, de misa atmosférica. La voz nasal de Powers, entre Wayne Coyne y Daniel Johnston, rebotaba en el interior de Zorroaga. Sin embargo, el resultado final fue un pelín monótono y a más de uno se le escapó algún que otro bostezo. A los artífices de “Cannons” y “17” les faltó cambiar de marcha en algún momento. Se fueron sin bises porque nadie quiso pedirlos: había sido suficiente y, sí, había estado bien. Se fueron sin haber logrado caldear el ambiente. 

Un comentario
  1. If time is money you've made me a weheatilr woman.

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