THE SILOS
Conciertos / The Silos

THE SILOS

1 / 10
Redacción — 05-12-2001
Empresa — La Capsa
Fotografía — Archivo

La Capsa del Prat del Llogregat (Barcelona) no acostumbra a ser el lugar ideal para congregar aficionados. A los de la gran ciudad les paraliza el desplazamiento y los que habitan en dicha población industrial resultan insuficientes para cubrir su siempre interesante programación. No es de extrañar, por tanto, que tan sólo unas cincuenta personas se dieran cita para contemplar las andanzas del grupo murciano Ross y los veteranos The Silos. Pero si resulta mucho más extraño que pese a la desolación y tristeza que nos daba a todos contemplar una sala de excelentes condiciones tan vacía, ambas bandas se volcaran con la misma intensidad que si esta hubiera estado repleta, y eso es algo digno de agradecer y que dice mucho de la profesionalidad de ambos grupos. Ross, formación de pop guitarrero, psicodélico y deudor de The Beatles (hubo homenaje a George Harrison), se encargaron de desgranar su tercer y último trabajo "Rossland", con la sabiduría que sus ocho años de patearse garitos le ha otorgado. Buenas melodías, sólida presencia vocal y un sonido depurado y nítido hicieron el resto. Por su parte los neoyorquinos The Silos volvían a nuestras tierras después de haber protagonizado el pasado febrero la gira de nuestra revista junto a los también norteamericanos The Jayhawks y lo cierto es que el repertorio no varió demasiado de lo ya ofrecido entonces. La única particularidad fue la inclusión de algunas versiones incluidas en el Ep “To the Street” que acaban de editar cómo apoyo a esta gira y de las que destacó el “Cinnamon Girl” de Neil Young. Canciones que abren un cambio de planteamientos futuro para una banda que se encuentra en la tesitura de optar o no por una vertiente más acústica, en la que Walter adquiera un mayor protagonismo de song-writer ajustado al folk comprometido y urbano al que cada día están más próximos. Así y con el excelente y virtuoso apoyo de Drew al bajo y a la guitarra hawaiana y de Konrad a la batería (una vez más nos obsequió con unos de sus excelentes solos con su particular estilo jazz de golpear los parches) el veterano trío neoyorquino nos deleitó con un concierto basado en la experiencia y el buen hacer, en el que no faltaron sus temas en castellano cómo ese alegato vitalista que es “Disfrute” y su clásico “Porque No”, Un ejemplo de tesón, profesionalidad y muy buen hacer que nos demuestra que la integridad sigue extiendo en el mundo del rock.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.