The Rapture
Conciertos / The Rapture

The Rapture

7 / 10
Redacción — 09-10-2006
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Archivo

Completa noche la que servía de presentación al recién publicado “Pieces Of The People We Love”. Para empezar, Sibyl Vane se enfrentaron al poco público que había en la sala en el momento de su aparición sobre el escenario con las canciones de “Turismo de interior” como principal reclamo. Más seguras de si mismas que de costumbre y con un repertorio más sólido que meses atrás, salieron y tocaron con la espontaneidad que las caracteriza, pero incomprensiblemente dispuestas a no abandonar ese aire amateur que debería quedarse ya en los camerinos.
Mucho más profesionales se mostraron Mendetz, que también presentaban disco (aunque esté aún por publicar) y que jugaron con ventaja: el sonido fue mucho mejor y pudieron usar la iluminación al completo. Sonaron compactos como nunca, versionaron a The Beatles y dejaron su hit “Future Sex” para el final, aunque era evidente que estaban tensos por el hecho de enfrentarse al escenario de la sala grande de Razzmatazz justo antes que los de Brooklyn.
Los americanos empezaron con problemas técnicos que mermaron la efectividad de, por lo menos, sus tres primeros temas. Aun así, fueron capaces de levantar el vuelo a los pocos minutos y dejar claro que sus directos no son efectistas pero sí efectivos. La minimalista aportación de las guitarras de Luke Jenner sobre las férreas bases de Vito Roccoforte y Matt Safer (batería y bajo respectivamente) y los saxos, teclados y cencerros de Gabe Andruzzi (competente multiinstrumentistas, pésimo bailarín) se combinan con energía, demostrando como mínimo tres cosas: que The Rapture conocen la máxima aquella del menos es más; que sus canciones se fundamentan en el ritmo, las querencias post-punk y los bajos de Safer y que cuando, puntualmente, se lanzan a los brazos del punk más visceral también funcionan. No nos brindaron un concierto impresionante, pero por lo menos sirvió para dejar claro que son una banda de verdad y que su repertorio, extremado por la desnudez de directo, anda sobrado de buenos momentos (“Olio”, la coreadísima “House Of Jealous Lovers”, “Sister Saviour”, “Out Of The Races And Onto The Tracks” y piezas recientes como “Get Myself Into It” o “Whoo! Alright Yeah... Uh Huh”).

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