Para siempre
Conciertos / The Chords Uk ...

Para siempre

7 / 10
Holden Fiasco — 02-11-2023
Empresa — Undercover Producciones
Fecha — 26 octubre, 2023
Sala — Rocket (Bilbao)
Fotografía — Edur

Giro a la izquierda en Buenos Aires, buscando el puente del ayuntamiento. Nos sorprende una cola de gente que llega casi hasta la Ferretería Ezpeleta, a dos manzanas de la Plaza Venezuela. En una fila interminable, jóvenes tranquilos esperan ordenados para poder entrar a la sala y asistir al concierto de Chill Mafia, nos cuentan. Mientras esperamos a que se ponga verde un nuevo semáforo, me da por pensar que, a principios de los ochenta del siglo pasado, una escena como ésta podía haberse dado en Wardour Street, para ver en directo a los Chords en el Marquee.

Venimos de la sala Rocket. Volvemos a casa después de ver a The Chords en directo. No hubo colas en nuestro concierto. Ahora, los jóvenes prefieren otras revoluciones. En “Hey Kids! Come the Revolution”, los Chords cantan eso de “Hey Kids! in this thing forever”… En esta cosa, para siempre. Los tiempos cambian, pero algunos seguimos en esta cosa para siempre; haciendo colas que ya no existen.

Chris Pope y los suyos lo dieron todo. Sonrieron, agitaron bien los instrumentos, no pararon de avivar el fuego y hablaron con un fuerte acento que destruyó las ilusiones de todos los que tenían el advanced. Desde el comienzo con “Listen to the Radio” o “Something’s Missing” hasta cuando nos acercábamos ya al final con joyas melódicas como “So Far Away” o “The British Way of Life”, los Chords mantuvieron siempre el listón muy alto, azuzando al público y precipitando su música. No hay que decirlo, ya sabemos todos que esto se resume con una eme, una o y una de, pero, de repente, si escuchas bien, oyes también la raíz de otros géneros, ya hablemos de punk, power pop, garaje o todo aquello que contenga guitarras amplificadas con acordes coloridos. Nos recordaron que tienen un EP muy reciente con raíces en nuestra tierra, porque Brixton Records participa. Si no me confundo, al menos cayeron dos de esa colección: la que le da título al disco, “Somewhere beyond the Rainbow” y “Veronica Jones”, me pareció. Por el medio, las historias incorporadas en “In My Street” y “Now It’s Gone” cumplieron en su consorcio con la música. Las líneas de bajo aquilataban el ritmo y los estribillos se lanzaban como boomerangs. Cantaron la que mencionamos en el segundo párrafo y espero no confundirme si digo que reconocí una versión del “Pressure Drop” de Toots and The Maytals. El bis final fue magnífico, con el volumen bien alto y el público colaborando con sus pulmones y los puños esgrimidos. Pope se quitó la guitarra y, sin cincha cruzada, pudimos verle una diana mod en el pecho. Cerraron con la pegadiza y efervescente “Maybe Tomorrow”, y nadie se paró a pensar si puede que sea (lo que sea) mañana, hoy o ayer.

Durante el concierto de The Chords, en primera fila, se podía ver a Rioja, cantante de los Paniks, disfrutando con los brazos en alto y los puños prietos. Ya lo dijo bien claro durante su concierto: “Soy fan de los Chords”. No recuerdo haber visto a Rioja explayarse tanto, y tan relajado, sobre el escenario. Fue antes de que tocaran “Sobre mi tumba”. Empezó ironizando sobre su ausencia en festivales mods, insistió en lo buenos que son los Chords, y terminó por explicarnos que, cuando Patxi y él empezaron con los Paniks, siempre les comparaban con los Dead Moon y él no sabía quiénes eran. Nos recordó que los Sex Museum también hacen una versión de la misma canción, retándonos a escucharla para que luego le diéramos nuestra opinión. Y, sí, después de todo esto, la tocaron, y volvimos a disfrutar nuevamente del zapateo sobre el panteón.

Pues sí, lo que te decía, que antes de The Chords actuaron los Paniks. Hicieron un set corto pero efectivo. Por ahí, al principio, como no, sonó “Jony”. Volvieron a hacer esa travesía por el infierno cuando enganchan, seguidas, “She’s my Witch”, “Blue Moon” y “We Were 7”. Rioja parece que se va a echar a volar cuando abre los codos para acalambrar su guitarra. David, el bajista, ejercita el cuello de izquierda a derecha, con la boca abierta, como si estuviera ahuyentándose tormentos internos. Zala pasa la guitarra por el suelo, quizás es un zahorí de acordes. Patxi tiene que apretar en “Maribel”. Abre bien la boca para respirar mientras sufre en el redoble. Josu, el saxofonista, mira por encima de sus gafas como vigilando por si se le escapa su cantante. Luego le abrazará. Cuando tocan “Los valientes andan solos” hace malabarismos con su instrumento. “Colecciono huesos” es eso, te tiemblan todos. Rioja comenta que quieren tocar más temas, pero que su batería no les deja. Hacen primero el “Drowning” de Reigning Sound, que sigue embelesando como el primer día, y se despiden agargantando, que es un verbo que no existe pero me sirve, la locura contralada de “Alvarez Kelly”.

Creo que hasta me ha quedado bien ir así, del final al principio. Termino completando círculo y volviendo al comienzo para hacer un guiño que pretende ser rotundo: seguiremos yendo a las colas equivocadas, qué le vamos a hacer, aunque nuestras revoluciones parezcan ya extinguidas. Es lo que tiene la música.

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