Para los cinco sentidos
Conciertos / Mira

Para los cinco sentidos

8 / 10
Albert Carreras — 16-11-2016
Empresa — MIRA
Fecha — 10 noviembre, 2016
Sala — Fabra i Coats
Fotografía — Refugi Films

SABADO 12 DE NOVIEMBRE

Hablar de Esplendor Geométrico es hablar de un pedazo de la historia de la música en nuestro país. Rara avis de la música industrial electrónica, siempre se han movido por terrenos muy personales y transgresores. Fue un concierto que se hizo excesivamente corto, tocaron 6 temas aproximadamente, y abriendo con un tema con tintes étnicos que podría ser material de nuevo disco en el que están trabajando. La maquinaria rodó a buen ritmo, pero no tuvo tiempo de engrasarse del todo para llegar a la excelencia aguerrida y destructora de otras veces. Aun así siempre es un placer oir los gritos y alaridos de Arturo Lanz bajo la metralla sonora de Saverio Evangelista.

Tim Hecker se presentó como un cardenal de las tinieblas en el escenario principal del MIRA inundándolo de humo espeso como si una legión de botafumeiros estuvieran agitándose como si no hubiera un mañana en el día del juicio final. Con una visibilidad nula que hizo las “delicias” de los compañeros fotógrafos que cubrían el evento y una ausencia total de unos esperados visuales, el live del canadiense se convirtió en una experiencia religiosa, una misa mística electrónica dónde se iban repartiendo sermones de drones y desarrollando Aves Marías con órganos eclesiásticos distorsionados. Con un sonido gélido atmosférico más crudo que en sus grabaciones pudimos sumergirnos en los paisajes espectrales que tan bien diseña Hecker. Si en su día produjo tres temas diferentes que se llaman “In the Fog “y que se encuentran del álbum "Ravedeath" (72) ahora sería capaz de componer toda una ópera espectral basada en el humo. Fue uno de los momentazos de la edición del festival de este año.

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Roly Porter, ex-miembro del grupo Vex’d y propietario del sello Subtext, vino a explosionar con su ambient de potencia elevada a la quinta esencia de la apocalípsis caníbal. Atmósferas noise oscuras y densas como una tormenta eléctrica. Había mucha expectación para ver a Zomby en directo pero se marcó una espantada por toda la escuadra. A lo mejor se le atascó la máscara que lleva en sus directos y no se la pudo quitar. El caso es que el británico mantuvo rifirrafes con la organización y esta lo substituyó in extremis por otro compatriota, Nathan Fake (en la foto arriba). La jugada al final salió bien porque el de Norfolk también es canela fina. Vino a presentar algunos temas de lo que será su nuevo trabajo como recién fichado por el  mítico sello Ninja Tune, y atención al tema “Degreeleessness”que ha grabado con Prurien que es miel pura. La mezcla de estilos que van del IDM y el progressive house al tech house funcionó como un regalo para los oídos.

Lo que quedó claro en la actuación de Lone es que maneja el ritmo como nadie. Sus breaks, que van desde el jungle y el detroit techno al espíritu raver, pueden servir de electroshock para resucitar a un muerto. Si sumamos que vino acompañado por el batería Chris Boot, que parecía un pulpo de 8 tentáculos, el resultado final no pudo ser más movido. Aunque a veces el sonido de los timbales quedaba demasiado en primer plano, acaparando demasiado protagonismo y restándolo a las estructuras sonoras que lanzaba Lone.

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Jlin (en la foto), la rompe caderas de los ritmos torcidos del footwork, volvió a Barcelona con una propuesta todavía más evolucionada desde de su paso por la anterior edición del Lapsus Festival. Con un desparpajo, alegría y simpatía con los que se movió por todos que los esquemas en los que está rasgando con su trabajo. Esta vez se acompañó por una bailarina leonina que, entre bailes orientales y selváticos, contoneaba su cuerpo como si fuera de pura plastilina. La artista de Mu Planet dejó muy claro las cualidades por las que un día Mike Paradinas se fijó en ella.

El set final del festival de la mano de Job Jobse  fue avasallador. Como si de un Atila se tratara llegó y arrasó. Tras su paso no crecerá la hierba en los alrededores de la fábrica Fabra i Coats. Utilizó una elegancia extrema, sabiendo lo que pedía la pista en cada momento, enlazando los temas con maestría sabiendo en que punto tenía que hacer el cambio. Sonó de todo y con maestría, house, italo, acid, electro, techno… Esperemos que vuelva rápido a visitarnos. Así como la próxima edición de este Festival, que va creciendo a pasos constantes.

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