La brisa del pop proletario
Conciertos / Oki Moki

La brisa del pop proletario

8 / 10
Ainhoa Uriarte — 22-02-2021
Empresa — Kafe Eta Galletak
Fecha — 20 febrero, 2021
Sala — Astra
Fotografía — Hibai Agorria

“Kafea eta Galletak” celebró su cuadragésimo segunda edición -ahí es nada- dentro de la programación titulada “Eutsi Ederrenari”; organizada de forma auto gestionada desde Astra (Gernika) y con el objetivo de, entre otros, dar solución a la falta de actividad en tiempos de pandemia.

La banda invitada en esta ocasión fue Oki Moki, dueto de Getaria formado por Paula Estevez y Aritz Aramburu que para los directos cuentan también con Iñaki Castro a la batería. Era la primera vez que pisaban la antigua fábrica de armas y lo harían en forma de evento casi íntimo, con una veintena de personas agolpadas frente al escenario con la quietud que envuelve las primeras horas de la tarde. Venían a presentar su último trabajo, “Working Class Pop”, cuyo lanzamiento los atrapó en pleno inicio de la epidemia.

Resulta necesario dar contexto a la situación, y es que, “Kafea eta Galletak” suele materializarse en dos actos; primero, en una especie de disco-forum, en el que los asistentes damos una escucha a un disco elegido y presentado por la banda invitada; y segundo, en lo que viene siendo propiamente el concierto.

El disco elegido fue “Popular Music” de los The Guests de Philadelphia. Álbum reciente y original, publicado en 2018, que mezcla estilos diversos que ellos mismos definen con acierto como post punk, synth-pop o new wave. Los miembros de Oki Moki compartieron escenario con ellos en el gaztetxe de Getaria y, según dijeron, dejaron una huella positiva en lo personal, además de haberlos acompañado durante gran parte del confinamiento. La mera escucha de un disco entero sentados en comunión – y en los tiempos que corren- no parece quizá una idea especialmente seductora, pero lo cierto es que, pocos sitios habrá que puedan darle mejor contexto, sonoridad y ambientación a las melodías de corte industrial que conforman este trabajo que el interior de Astra en una tarde de invierno soleada. A pesar de la dureza apriorística de su contenido, el álbum de los The Guests goza de frescura y calidad, por lo que su pegada no tardó en llegarnos en forma de oleada interna a los que estábamos sentados. Los de Filadelfia se sirven de la inspiración política para dar trasfondo a sus letras; motivados por un cierto embelesamiento pop respecto a un sistema comunista que resulta algo lejano a nuestra realidad. Predijeron que, con su escucha podríamos imaginarnos los tanques pasando por encima de Berlín, y es cierto que existen paralelismos entre su sonido y lo que fueron ciertas bandas del Krautrock; véanse por ejemplo, y a riesgo de meter la pata, las similitudes entre la cadencia de la popular Das Model de Kraftwerk y la de Like A Cold War despojada del rollo electrónico.

Tras la interesante recomendación y un pequeño descanso, los de Oki Moki salieron al escenario con una tranquilidad que no duraría en desaparecer; desde los primeros acordes dejaron en evidencia que íbamos a encontrarnos con un concierto que ganaría en intensidad respecto a la grabación, y así fue.

Empezaron con una nebulosa de sonido dirigiéndonos directamente hacia “Someday”; chorus bien empaquetados y un batería enérgico que se iba abriendo camino con decisión y urgencia en la narración vocal del cantante. Despejaron de un plumazo cualquier duda que pudiera generarnos la etiqueta lo-fi. La fuerza melancólica de “Efímero” volvió el ambiente pulvígeno; la contundencia baterística y los coros perfectamente acoplados no dejaban lugar a la vacilación en una canción que mostraba mucha mayor pulsión en directo.

Cambiaron de tercio con “Perro Fiel”, agradeciendo la oportunidad de tocar en esta complicada situación que nos toca vivir, y tras un impasse vino “No Quiero” con su poderosa línea de bajo. Volviendo hacia terrenos más relumbrosos, en contraste con el exterior que ya empezaba a oscurecer, Aritz se balanceaba entre luces rosáceas con “Recorriendo la Ciudad” del anterior disco “Ocean Breeze”; hasta que el universo sonoro volvía a envolvernos en “Uh uh”.

No podía faltar la carta de presentación de su último trabajo, “Lucifer Rising”, inspirada en la icónica película de Kenneth Anger. Su intro garajera cuidadosamente ejecutada con diversos aparejos, y el aura de misticismo que recorría una estancia ya en penumbra, instaban brevemente al maligno a despertar, generando así los primeros bailoteos contenidos en las primeras filas. Para cuando nos dimos cuenta los de Getaria ya estaban con “Wait for me” y continuaron, parece ser, con la temática del averno, dedicando la de “Gaztatapeko balkoitik” con su delicioso ritmo a los infiernos que insuflan de oxígeno a pueblos pequeños como el nuestro. Tocaron también algunas de las antiguas como “Picnic on My Bed”, “Johanna’s Dog” y “Ocean Breeze”.

Llegaron así a la recta final cerca de la deshidratación, recomponiéndose en un breve lapso de tiempo, y acometiendo de un tirón las eléctricas “Ciudad Podrida”, “Romperlo Todo” y la de cierre “Intzakin Higatik”. Dejaron a los asistentes con ganas de bis, lo que ya da cuenta del triunfo. El tiempo se expande o se contrae en virtud de las experiencias que vivimos, por lo que casi un año después del gran parón en los eventos sociales, sólo cabe dar las gracias a estas pildoritas y a quienes las organizan, que con su esfuerzo nos devuelven un poco a la vida.

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