En Bilbao hay Rock and Roll
Conciertos / Fito Y Los Fitipaldis

En Bilbao hay Rock and Roll

7 / 10
Sergio Iglesias — 13-06-2022
Fecha — 11 junio, 2022
Sala — Estadio San Mamés / Bilbao
Fotografía — Tom Hagen

Para comenzar esta crónica de lo que, para tantas y tantos, ha sido “el concierto del año”, me gustaría dejar claro que, por supuesto que me alegro del éxito de un tipo de barrio como Fito, más aún si, además, el tipo es de mi barrio, Zabala. Sin embargo, tengo que reconocer que desconfío de este tipo de eventos masivos, en los que las instituciones se ponen la chupa de cuero sólo para aparentar que les preocupa la cultura, porque, por desgracia, creo que, a estas alturas, todas y todos sabemos qué es lo que podemos esperar de esas instituciones, cuando se habla de cultura en general, y de música en particular: nada.

Así que, dicho esto, y aunque pueda parecer lo contrario, el sábado acudimos totalmente despojados de cualquier prejuicio a San Mamés para, entre multitudes, disfrutar del estreno del último disco de Fito y Fitipaldis, "Cada vez cadáver", en su casa y en un escenario único como es “la catedral”. Dada la singularidad del evento, Fito y los suyos no vinieron sólo con Morgan, la banda que les está acompañando durante la gira, sino que, a la cita se sumaron los gernikarras Gatibu.

Pero vayamos al grano. La tarde comenzaba con el mini concierto de Morgan, en el que la banda madrileña aprovechó sus 30 minutos de bolo para demostrar, una vez más, que en la actualidad, hay muy pocos grupos que estén a su nivel. La capacidad de Morgan para enganchar no tiene límites y, aunque, por las circunstancias, el reto era mayúsculo, como siempre, cumplieron más que de sobra ante una escasa audiencia que, en su gran mayoría, no había venido a ver su concierto, pero que tuvieron la oportunidad de disfrutar de uno de los mejores directos estatales de la actualidad. Un bolo en el que presentaron las canciones de su último trabajo hasta el momento, "The river and the stone", junto con composiciones anteriores como la sobrecogedora "Sargento de hierro", sin duda, uno de los himnos de la banda estatal que, en los últimos tiempos, mejor ha sabido adaptar las diferentes influencias del rock, el pop, el soul y el rhythm and blues, para conseguir un sonido único que, tras el protagonismo absoluto de una grandísima voz como es la de Nina de Juan, lleva junto a ella una banda perfectamente compenetrada, en la que cada uno de sus miembros cumple a la perfección su papel dentro del grupo. Todavía no éramos 47.000 personas los que estábamos viendo a Morgan, pero los y las que estuvimos, lo recordaremos tanto como lo que vino después.

Los siguientes en salir al inmenso escenario de San Mamés fueron Gatibu, una de esas bandas imprescindibles cuando hablamos de pop y rock euskaldun, y que, hoy por hoy, una vez que los todopoderosos Berri Txarrak colgaron la chapa, es quizá el grupo en euskera más representativo que tenemos. Los de Gernika llegaron con ganas de dar guerra y, desde la inicial "Bang Bang Txik Txiki Bang Bang" hasta que terminaron sus 45 minutos de actuación, no dieron un segundo de descanso a la ya multitudinaria audiencia, que no paró de bailar bajo la lluvia la interminable lista de himnos de su discografía, empezando, precisamente por "Euritan Dantzan" y siguiendo, por ejemplo, con "Aske Maitte" o la infalible "Gabak zerueri begire", intercaladas con momentos más “calmados” (un término muy relativo cuando se habla de Alex Sardui y los suyos), como "Pailazo". La gente que ya abarrotaba San Mamés no pudo tener una previa mejor a lo que se avecinaba.

Y lo que se avecinaba era, sin duda, el evento musical más importante de los últimos tiempos en Euskadi, desde que se anunciara hace unos cuantos meses y agotara las más de 45.000 entradas en horas desde que salieran a la venta. Posteriormente, se anunció que, además, el concierto se emitiría en directo en EITB y RTVE, tanto en televisión como en radio, con lo que el evento adquirió una dimensión que traspasó el ámbito meramente musical para convertirse en un acontecimiento social. Como decía al principio, no soy yo muy partidario de este tipo de cosas que me resultan un poco artificiales, pero también tengo que reconocer que me alegro de que estas cosas le pasen a un tipo que, primero, hace rock and roll, y segundo, se lo ha currado tanto durante tantos años, desde que empezó con Platero y tú, pateándose los gaztetxes, los bares y los escenarios de todas las fiestas populares de Bizkaia. A la celebración del pequeño gran músico bilbaíno se sumaron una serie de amigos que fueron pasando por el escenario de “la catedral” para colaborar en un setlist basado en los temas de su último álbum, "Cada vez cadáver", un disco duro, y con mucho carácter que parece huir de los sonidos, a veces excesivamente blandos y festivaleros, por los que Fito ha conseguido ser tan querido por gente tan diversa.

Como decimos, el concierto estaba enmarcado dentro de la gira de este último trabajo y de la que sonaron, entre otras, la inicial "A quemarropa", "Cielo hermético", a dúo con un Dani Martín, al que creo que nunca me creeré en ese papel de rockero malote que parece estar interpretando todo el rato, el blues pesado de "Las palabras arden", al que Carlos Raya y Javi Alzola, que estuvieron extraordinarios toda la noche, dieron un color único, o la trepidante "En el barro".

Pero estaba claro que la gente estaba a otra cosa, y aunque es cierto que estuvo a tope durante todo el bolo, las primeras ovaciones llegaron con el clásico "Por la boca vive el pez", con un protagonismo absoluto del saxo de Alzola, y con "Whisky barato", donde destacaron los juegos de guitarra entre Fito y Carlos Raya, demostrando lo buenos que son ambos… y es que es de justicia destacar que, aunque Fito siempre ha destacado por ser el líder de la banda, no se puede negar que también es un estupendo guitarrista, tal y como lleva demostrando desde que empezó en esto de la música, y como quedó patente en su interpretación de "Tarde o temprano", junto a un Carlos Tarque que, en mi opinión, se pasó con las florituras vocales, con una actuación que, lejos de aportar, alargó en demasía su participación en el concierto.

Pero si la de Tarque fue una de las colaboraciones que menos dio de sí, la de Morgan, en cambio, fue maravillosa, con una interpretación de "Quiero gritar’"(también incluida en el último disco de Los Fitipaldis), que se convirtió en una fantástica jam session, con las dos bandas casi al completo (si no me equivoco, faltó tan sólo David, el bajista de Morgan) encima de un escenario que, a pesar de su enormidad, se quedó pequeño para tanta calidad… ¡qué buenos son todos y todas! Sin duda, uno de los momentazos del bolo.

Aunque, si hablamos de momentazos, ninguno como el que se produjo con la salida a escena de Iñaki “Uoho”, al que Fito presentó emocionado y junto al que interpretó dos clásicos de Platero y Tú como "Hay poco rock n’ roll" y "El roce de tu cuerpo", y en la que el guitarrista bilbaíno estrenaba su nueva faceta de cantante, que le está llevando de gira por todo el estado, junto a su banda. La verdad es que se agradece muy mucho que todavía podamos disfrutar de temas de la banda bilbaína que a mucha gente nos hizo ver que en Bilbao también era posible hacer rock and roll. Por cierto, que ahí no se pararon las referencias a Platero y tú, ya que, en el segundo bis, Fito interpretó con su banda "Entre dos mares", perteneciente al disco "Correos" (especial 20 años de “Correos”), el último trabajo en estudio que grabaron “los Platero”, ya hace más de 20 años…¡qué pena que nunca les vayamos a volver a ver juntos de nuevo! Por cierto, también se acordó de aquella maravillosa rareza que fue Extrechinato y tú, curioso proyecto, montado en su momento, por miembros de Extremoduro y Platero y tú para cantar las canciones de Manolo Chinato junto al poeta, y de la que el sábado sonó la reivindicativa "Abrazado a la tristeza", que Fito ya recuperó para su disco "Por la boca vive el pez", y que el sábado interpretó junto a Carlos Raya y Nina de Juan.

Y siguiendo con versiones, también cabe destacar la reinterpretación de ‘Todo a cien’ de La Cabra Mecánica, que desde que Fito la tomó prestada para incluirla en su repertorio, la llevó a otro punto mucho más rockero y ya la hizo suya para siempre. Tampoco hay que olvidarse de que hubo otro invitado como Leiva, que cumplió en su faceta como cantante y guitarrista en el rock and roll clásico "Viene y va", que le venía como anillo al dedo.

Como se puede apreciar, fue una noche de emociones y reencuentros que parecía que nunca iba a acabar, y que a mí, por lo menos, se me hizo un poco bola, ya que los bises se alargaron, innecesariamente, para que la gente se explayara en una versión interminable de "Soldadito marinero", y en "Acabo de llegar", supeditada totalmente al lucimiento de cada uno de los músicos que forman la extraordinaria banda de Fito: Los Fitipaldis, o lo que es lo mismo, Carlos Raya a la guitarra, “Boli” Climent al bajo, Coki Giménez a la batería (extraordinaria última incorporación) y Javi Alzola al saxo.

En fin, esto es lo que dio de sí una noche en la que hubo de todo y en la que quedó claro que Fito tiene un lugar asegurado en la historia del rock bilbaíno (y estatal), que se lo ha ganado a pulso, que se merece todo lo bueno que le pase y que tiene una bandaza y un repertorio envidiables. Pero como no sólo de halagos vive el hombre, también es justo decir que igual sobró media hora de esas casi tres de concierto, y que podrían haber servido, por ejemplo, para disfrutar un poco más de Morgan.

Esto es todo lo que quería contar de este “macroevento”, organizado por unas instituciones que, visto lo visto, a lo mejor deberían plantearse que la música y el rock sí que interesan y que, como cantaban los Platero, “[…] hay que demostrar al mundo que en Bilbao hay Rock and Roll”. Y para todas esas multitudes que el sábado abarrotaron San Mamés, también sería interesante recordar que, todos los fines de semana, hay multitud de garitos pequeños que programan conciertos y que en esos bolos pequeñitos y entrañables es donde se disfruta de la música en todo su esplendor, y donde también empezó gente como el propio Fito… Por cierto, después de más de cinco horas sentado en un asiento VIP de San Mamés ¿sabéis qué hice? Pues pasarme por las fiestas de Irala, donde llegué al final del concierto de Negracalavera y pude ver enterito el de Toni Metralla y Los Antibalas y gozar como un niño. ¿Qué le vamos a hacer? No tenemos remedio, nos encanta el barro.

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