Siempre hay un sitio pa ti
Conciertos / Ojeando Festival

Siempre hay un sitio pa ti

7 / 10
David Pérez Marín — 10-07-2019
Empresa — Ayuntamiento de Ojén
Fecha — 28 junio, 2019
Sala — Diversos escenarios de Ojén
Fotografía — JM Grimaldi

Como anunciaba el festival en una de sus promociones y como cantan los cabezas de cartel de este año, muera o no Jay-Z, en julio no te vayas a Madrid, quédate en Ojén que siempre hay un sitio pa ti. Eso hacemos y nos sumergimos por sus calles blancas, estrechas y empedradas, vestidas con sus mejores galas que, como cada año, desprenden cercanía, aroma a feria y verbena.

El baile de esta duodécima edición, comienza el viernes en el “Escenario Patio-Victoria” con el synth pop de Floridablanca, desgranando su disco homónimo y regalando funky a los primeros peregrinos que, poco a poco, llenan y colorean el patio del colegio más indie de España.

Nos dejamos llevar por la frescura y alegría de Las Dianas, en una plaza repleta de público. Las jóvenes granadinas convencen con su pop enérgico que, dentro de poco, no nos extrañaría que las catapultara a escenarios más grandes.

Estoy seguro de que, cuando Cala Vento comienza a tocar en el patio del colegio, muchas de las personas que se quedaron en casa este año quejándose por la ausencia en el cartel de “grupos indies más conocidos”, se cayeron de la cama sin saber que estaba ocurriendo. “Te jodes y bailas, / disfruta de la vida” y eso hace Ojén, dejándose la voz en Historias de bufanda o nadando mar adentro, una vez más y sin remedio, hacia esa puta Isla desierta de recuerdos que no terminan de irse del todo. Y si Aleix y Joan nos rematan con jirones del pasado que convierten julio en ese mes de Abril que siempre vuelve, cogemos carrerilla y, sin mirar atrás, saltamos a la hoguera que crece y avivan Cala Vento con La comunidad, Gente como tú o Un buen año, todas del sobresaliente y aún humeante Balanceo (19). Da igual que toquen en una pequeña sala o abriendo para Arcade Fire en el WiZink Center, nunca fallan. Uno de los mejores directos nacionales que se pueden disfrutar a día de hoy.

El listón está muy alto y aunque Rayden se antoja la pieza del puzzle que menos encaja en el cartel, se meten a los asistentes en el bolsillo con su mezcla de hip hop y pop-rock, desatando histeria fan con Haz de luz y rabia y justicia en la tristemente necesaria y actual Caza de pañuelos, o con la combativa Meteorito.

Tras comprobar en la plaza los poderes curativos del funk, con los cordobeses Espidifunk, ganadores del premio “Fundación SGAE” de la X edición de Ojeando Nuevos Talentos, volvemos al “Patio-Victoria” con ganas de Cariño y el trio madrileño sale a por todas, regando el ambiente con sus melodías contagiosas, guitarras lo-fi y lluvia de sintetizadores ochenteros. Bajo el espíritu de unas Vainica Doble con regusto a Los Punsetes, tejen con su Movidas (19) una tela de araña pegajosa, naif y multicolor en la que caemos rápidamente. Un himno de eterna juventud tras otro, espontaneidad, diversión y descaro que cala a la primera. De Canción de pop de amor, a Portal o Bisexual, pasando por la versión de Llorando en la Limo de C. Tangana o la “Mierda seca” de despedida que nos deja con ganas de más.

Los Punsetes son los encargados de cerrar y descargan en la madrugada de Ojén todo su “arsenal de excusas” y éxitos. Una tromba de hits corrosivos y pegadizos a partes iguales, que hacen que se tambaleen Sierra Blanca y toda la Alpujata. Abren a quemarropa con Viva, nos desgañitamos “condenados a una eternidad” en el Museo de Historia Natural y levitamos en la atmósfera envolvente de Estrella Distante y Maricas. Hasta la luna salta y canta eso de “Que le den por culo a tus amigos, / pasa de ellos y vente conmigo”.

La música sigue en el Molino, convertido este año en escenario LGTBI, sumándose y celebrando por adelantado las fiestas del Orgullo, donde gastamos el hilo de batería que nos queda con Galactic DJ quemando los platos.

El sábado se remoja en la Pool Party y sigue con cervezas heladas por las terrazas de Ojén, al son de un saxo callejero que le da las últimas caladas a la tarde y nos empuja al “Escenario Patio-Victoria”, donde los granadinos Radio Palmer reparten pop garagero en vena, con temazos como Hombre lobo, Ácido o un Surfear que es puro verano.

La Bien Querida abre su Caja de Pandora particular poco a poco, con un Permanentemente por el que comienza a filtrase el dulce veneno marca de la casa. Las estrellas suelen estar de parte de Ana Fernández y hoy las saca a pasear en la magnética Dinamita o en el rayo de luz bailongo de 7 días juntos, que acaricia el final de los finales. Antes, nos deja marcados los colmillos en el cuello y estruja el pecho con clásicos de su cancionero, como 9.6, “A veces ni eso” o un De momento Abril que para una vez más los relojes, para darnos el tiro de gracia con un Poderes extraños que aún resuena en nuestras cabezas.

La madrugada serpentea entre el Vendaval pop y el Vaivén de Triángulo Inverso, el Funky de Jamnin’ Dosse y la melancolía oscura y luminosa de los sevillanos Victoria Ford, para estallar sin avisar en el patio con Los Nastys. Luis Basilio y compañía salen a tumba abierta, repartiendo guitarrazos y bombas como Veneno de Serpiente, el contoneo canalla de Los autos locos o un Fumar, beber y romper que pone patas arriba el colegio y los edificios colindantes.

Queríamos fiesta y eso es lo que rezuman por la piel Novedades Carminha (de nuevo se caen de la cama los que se quedaron en casa). Repasan de arriba abajo su genial Ultraligero (19), empezando por ese Volverte a ver que acelera el pulso de Ojén y nos mete de cabeza en un centrifugado que no para hasta la caída del telón con Verbena.

Defienden un repertorio que parece sacado de un “grandes éxitos” de una banda que lleva en esto toda la vida. De “Hay un sitio pa ti” a “Obsesionada”, pasando por el cover de Mala Vida de Mano Negra, una La mejor de Europa muy coreada o el Dame veneno con el que se retiran a lo grande, para volver triunfales con un A Santiago Voy que ya es suyo y nuestro, en el que hacemos El Camino de ida y vuelta en un abrir y cerrar de ojos. Con permiso de Novedades y Los Tamara: “A Ojeando voy, / como un peregrino, / por el camino de la ilusión. / A Ojeando voy / y con mi Carmela, / en Ojén me quedo yo”.

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