Impecables

El Portal de Carmen es uno de esos secretos a voces que hace ya tiempo que corren por las calles de Zamora, entre imponentes muestras de Románico y el crotorar de las cigüeñas. El proyecto, iniciado en 2018 por la vocalista Carmen Cuevas y el guitarrista Sergio Portales y completado a posteriori por el percusionista Jaime Álvarez Mezquita, es ya de sobra conocido en la ciudad. Conocido y también valorado. No es de extrañar, por tanto, que el coqueto y encantador Teatro Principal rozase el lleno y, en cualquier caso, presentase un aspecto imponente para disfrutar con una de esas veladas intachables que los músicos acostumbran a regalar.

Un triunfo movido con naturalidad y total ausencia de prejuicios entre flamenco, música de raíces, boleros, folclore, pop y música latinoamericana, asimilando unas preferencias clásicas que, con frecuencia, tampoco se permiten perder de vista un horizonte contemporáneo. El trío –convertido en cuarteto durante buena parte del concierto con la palpable presencia de Pablo Estébanez al contrabajo– volvió a mostrarse infalible en la ejecución, recuperando canciones que llevan a terreno propio de artistas como Violeta Parra, Carlos Gardel, Bobby Capó o La Argentinita. Un espectáculo remodelado en contenido con respecto a citas previas, en la prueba adicional de que, lejos de recrearse en metas ya consensuadas, el combo sigue evolucionando y mirando hacia adelante, al tiempo de añadir ingredientes a su propia marmita con la intención de acrecentar esa presencia propia que ya lucen.

La magnífica interpretación vocal de Carmen Cuevas, la solvencia multidisciplinar de Mezquita a las diferentes percusiones y, por supuesto, la habilidad hipnotizante del todoterreno Portales a la guitarra, convencieron a propios y extraños. Más allá de los acérrimos a los géneros mencionados, cualquier aficionado a la música en general pudo disfrutar con el impecable manejo de los elementos en manos de los zamoranos. Una velada preciosa que, por si fuera poco, resultó completada con la presencia de la reputada bailaora Alicia Almeida Ledesma, realzando con su arte (aún más) las emociones de un concierto capaz de transcender más allá de cualquier tipo de preferencia.