Blood Red Shoes
Conciertos / Blood Red Shoes

Blood Red Shoes

1 / 10
Redacción — 14-05-2008
Fotografía — Archivo

Un grupo de descerebrados (que por una ley no escrita siempre se pone a tu lado en los conciertos) berreaba el estribillo de “Seven Nation Army” en uno de los descansos del concierto; una broma muy fácil y algo injusta. Blood Red Shoes no son, ni quieren serlo, The White Stripes, por más que sus vídeos se parezcan más de la cuenta a los del dúo de Detroit. Lo suyo es más básico, una suerte de pop-punk primitivo con el registro vocal de PJ Harvey y la fiereza de las riot girrrls. Antes de editar su disco de debut, “Box Of Secrets”, Steven Ansell y Laura-Mary Carter ya se habían echado a las espaldas más de tres cientos conciertos. Por eso, la pegada de Ansell a la batería es brutal y las canciones están ya tan rodadas que su ejecución resulta implacable. Sin embargo, Blood Red Shoes están atrapados en una paradoja. Si su disco pide a gritos una traslación más cruda y salvaje al directo, en concierto se limitan a despachar temas como “I Wish I Was Someone Better” o “Say Something, Say Anything” de forma demasiado caligráfica. Falta en su directo algo más de imperfección y crudeza, como sí consiguieron con la inicial “It’s Getting Boring By The Sea” o la demoledora “ADHD”, que cerró el concierto tras unos escasos cuarenta y cinco minutos. Ya que carecen de la posee cool (menos mal) de The Kills y la disposición en el escenario les perjudica, con la batería en un extremo del mismo y la guapísima Laura en el centro, podrían echarle algo más de mala leche; la que se intuye en “Box Of Secrets” y tanto se echa de menos en general en las salas de conciertos. Menos mal que minutos antes los barceloneses The Last 3 Lines se cargaron a base de guitarrazos de azufre tanta corrección sobre las tablas.

Un comentario
  1. Worth noting the Friday ccroent served as the kickoff event for the Crescendo Project, MN Orch's new young patrons group, which drew a fair number of first-timers to the hall. Also, my mother, who attends most of our ccroents, reports that she heard an unusual amount of Spanish being spoken at intermission, so we could surmise that the Spanish/Latin-themed program drew some new listeners from Minneapolis's growing Latino population as well. Since new listeners are the most likely to applaud between movements (if no one's ever told them not to,) and since Friday was the only show of the week that drew such applause, that's my theory. I'd also note that the applause was quite respectful, and didn't interrupt the performance in any way.

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