Astrud + Superputa
Conciertos / Astrud

Astrud + Superputa

8 / 10
Chus Maestro — 01-03-2005
Sala — Capitol, A Coruña
Fotografía — Anxo Iglesias

Con enorme expectación se dirigió el compostelano medio al evento indie pop, electro pop, rollo moderno de la temporada: la presentación del último trabajo de los barceloneses Astrud, que abrían en Santiago su gira española. “Performance” viene precedido por el monumental eco mediático reflejado en todas las portadas de las revistas de tendencias musicales más molonas, lo que contribuyó al prodigioso éxito comercial que les colocó directamente en lo más alto de la lista de singles más vendidos en nuestro país durante todo el mes de enero con su himno generacional (que nos perdonen Los Planetas…) “Todo nos parece una mierda”. Pero antes del aterrizaje de los marginales (tal y como se autodenominaban en esa gira underground que les llevó por diversas ciudades de nuestra geografía, ukelele y flauta en ristre), los galaico-catalanes Superputa caldearon el ambiente de lo lindo. Popita arremetía contra el estático público que todavía no abarrotaba la sala a la espera de las estrellas de la noche. Finalmente consiguieron, a golpe de caradura, frescura y muchísima actitud que los asistentes desplegaran sus dotes de baile con cada una de sus destructivas canciones que no dejan indiferente a nadie. Pueden ser adorados o repudiados, pero es justo reconocer que alegrarían la fiesta más aburrida del planeta con sus electrónicos ritmillos y sus poco castos bailoteos e incendiarias arengas al graderío. El punto culminante de su actuación llego con la desternillante versión de “Como una ola” santo y seña de la más grande. El crescendo final de Superputa fue disminuyendo hasta aplacar la excitación de un público que, probablemente, esperaba más petardeo electrónico en la puesta en escena de Astrud y se encontró con un concierto brillantísimo, sentido, profesional y serio (aunque quizás en exceso). Para muchos pecaron de distantes, para otros de maduros prematuros, a mí me fascinaron... Manolo ejerció de líder y Genís, aparte del rostro pintado de rojo y sus ya inseparables tacones de aguja, se mantuvo más bien discreto, en un segundo plano. Sorprendieron a quienes todavía desconocían lo elaborado de los arreglos de "Performance", lo cuidado de sus melodías, lo impecable de la voz (falsete incluido) de Manolo Martínez, que invitan a escuchar con sosiego y emoción este trabajo. Para finalizar un baile a lo Jacko del propio Manolo y la canción autobiográfica con la que cierran habitualmente sus shows. Manolo y Genís, una emoción en cada canción.

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