Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones
Cine - Series / John Francis Daley Y Jonathan Goldstein


Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

7 / 10
Fran González — 15-04-2023
Empresa — Paramount Pictures Spain
Fotografía — Cartel de la película

Ha llegado un punto en el que la única forma sana de afrontar esta oleada de nostalgia desmedida que llevamos tantos años presenciando es optar por no tomarse las cosas demasiado en serio. Y eso conlleva apostar por proyectos divertidos y desenfadados que echen por tierra esos “puretismos” propios de la melancolía pop idealizada en favor de ofrecer, simplemente, un par de horas de asueto palomitero y sin pretensiones.

A “Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones” se le ve el plumero a kilómetros, y es que la intención de sus responsables por testar el terreno en favor de llevar a cabo una nueva franquicia rolera y de corte fantástico delante de nuestras narices es un hecho indiscutible. Sin embargo, el planteamiento de este nuevo intento por sacar tajada del fenómeno revival de los ochentas resulta tan ameno y sano que, a priori, no repelerá tanto como otras recientes y forzadas maniobras que se quedaron en el simple quiero-y-la-cago (“Cristal Oscuro”, “Willow”…). Poco importará que nunca antes hayamos tirado un dado de múltiples caras o que ni tan siquiera recordemos que la serie animada y el juego de mesa en el que esta se inspiró sufrieron una sonada cancelación en su día, fruto de esa habitual tendencia norteamericana por relacionar el rol con el suicidio adolescente, pues John Francis Daley y Jonathan Goldstein pergeñan con gusto una trama absolutamente accesible para todo tipo de públicos –desde los fans más acérrimos de la marca D&D, hasta los que simplemente buscan pasar un rato de puro entretenimiento entre acción trepidante y chascarrillos de humor blanco y ocurrente–.

Tomando su raíz inspiracional en la campaña de los Reinos Olvidados, “Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones” nos presenta un enfoque reconocible para un vasto número de generaciones aficionadas al cine fantástico y de aventuras (un grupo de héroes, una misión, un viaje, un villano al que poner en su sitio). En definitiva, un abc arquetípico que no por manido dejará de mantener menos viva nuestra atención en todo momento, y todo ello gracias a un set de personajes tan losers como carismáticos que nos retrotraerán a las mejores secuencias de “La Princesa Prometida” o “Los Caballeros de la Mesa Cuadrada” (qué pena que no haya trascendido también la idea de rescatar esa tendencia por hacer películas de noventa minutos, ¿verdad?). Sin embargo, para solventar su innecesariamente extenso metraje, nos reparten un buen surtido de efectos digitales de lo más logrados, marcados por una preciosa selección de escenarios dignos de las más grandes sagas fantásticas de los últimos años (no hay dragones de cinco cabezas, pero algo terminan apañando) y por esas escenas en las que desearíamos ver más y más transformaciones firmadas por la druida animórfica Doric (Sophia Lillis).

Porque sí, el envoltorio es muy vistoso, pero por suerte los encantos de “Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones” no terminan ahí y sus protagonistas también cumplen su función con nota. Más allá de la responsabilidad narrativa que recae sobre Edgin (Chis Pine) y Holga (Michelle Rodriguez), tenemos también a un enorme Hugh Grant entregándonos uno de los papeles más hilarantes de su carrera hasta la fecha, bajo el rol de esa suerte de antagonista pretencioso y con pocas luces que nos despertará más de una carcajada. Un juego coral en el que el aporte de todas sus partes parece de lo más compensado, asentando desde el modesto tributo las bases ideales para una saga que busca consolidarse como la hermana distendida y gamberra de la fantasía fílmica, sin perder de vista una épica fundamental que le permite mirar de tú a tú al resto de títulos insignia del género.

 

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