Se estrena por estas fechas un documental sobre Diego Vasallo ("Diego Vasallo, la posteridad para más tarde"), a cargo de la directora Beatriz Echeverría, que también se ha encargado de la grabación, dirección, guion, edición y montaje de la obra; se trata del tercer documental de Beatriz, tras los anteriores "Sonido Pamplona" (2015) y "Emotio" (2018).
Este nuevo proyecto, que sobrepasa los sesenta minutos de duración, recoge algunos rasgos de la vida y obra de Vasallo. Como es bien sabido, el artista donostiarra se dio a conocer a mediados de los ochenta con Duncan Dhu, grupo con el que alcanzó el estrellato, y después de aquella exitosa experiencia ha ido esparciendo su talento por diferentes disciplinas como la pintura, la poesía y, por supuesto, también la música, aunque enfrentándose a ella de una manera muy diferente a como lo hizo en su primera banda.
Este documental ofrece una visión panorámica de todo ello, pero, y esto es algo que hay que agradecer a su autora, no se queda anquilosado en el enfoque más obvio y facilón, sino que escarba en los recuerdos de Diego y se cuela por las rendijas de su proceso creativo. La pieza arranca con el donostiarra rememorando la que fue su primera vocación, centrada en las artes plásticas (pintura, dibujo, cómic…). Después se aborda la música, que irrumpió en su vida de manera fulgurante con Duncan Dhu, aunque el relato pasa de puntillas por esta época, ya de sobra conocida. Sí que se detiene en su carrera en solitario, tanto en los primeros pasos, bajo el disfraz electrónico de Cabaret Pop, como, muy especialmente, en la producción que ha ido entregando desde el año 1996, es decir, a partir de "Criaturas" (GASA, 1996), punto en el que puede situarse el verdadero Big Bang de su actual etapa. También se aborda su faceta pictórica, ligada desde hace años a la abstracción y centrada en las tonalidades negras y ocres.
Además del testimonio del propio Diego, que es el eje alrededor del que se va desarrollando todo el documental, Beatriz Echeverría ha contado con declaraciones exclusivas de sus compañeros en Duncan Dhu, Mikel Erentxun y Juanra Viles (actualmente en The Byrons), Jesús María Cormán (pintor y poeta que cruzó sus pinceles con los de Vasallo en el proyecto Black Twins y que ejerció como letrista para los discos de Erentxun durante muchos años), así como los de otros músicos como Mikel Aguirre y Cheli Lanzagorta (ambos en La Buena Vida o Amateur), el pianista Joserra Senperena, su editor, Fernando Del Val, o el escritor Harkaitz Cano, entre otros.
Aparte de lo ya expuesto, la obra de Beatriz Echeverría muestra a Vasallo en situaciones poco conocidas por el gran público: en su casa, rodeado de libros, tebeos y discos; trabajando en su estudio de pintura; grabando el que será su nuevo trabajo discográfico en estudio Green Farm Recordings, propiedad de de su guitarrista, Fer García; paseando por la playa o tocando alguna canción con su guitarra acústica de cinco cuerdas. Este documental constituye, en definitiva, una excelente oportunidad para acercarse y conocer los recovecos de uno de los creadores más singulares y valiosos de nuestra cultural popular.
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