A propósito de los problemas de salud de Paul David Hewson, más conocido internacionalmente como Bono, vocalista de U2, he recordado que este verano vi “Killing Bono”. Y claro, se me ocurre que este es un buen momento para hablar sobre ella.

 

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Matando a Bono
Especiales / U2

Matando a Bono

21-08-2011

 

 

 A propósito de los problemas de salud de Paul David Hewson, más conocido internacionalmente como Bono, vocalista de U2, he recordado que este verano vi “Killing Bono”. Y claro, se me ocurre que este es un buen momento para hablar sobre ella.

 “Killing Bono”. No es una buena película, para nada, pero si alguna vez han seguido ustedes a U2 les parecerá simpática e incluso divertida. Dirigida por Nick Hamm (realizador de otras películas también menores como “The Hole” o “El enviado”), está inspirada en el libro autobiográfico del músico y crítico Neil McCormick “I Was A Bono’s Dopplegänger”, en el que el irlandés nos cuenta sus aventuras y (sobre todo) sus desventuras como estrellas del rock. Todos los nombres son reales, los de las bandas y los de las personas que aparecen retratadas en la cinta. Y demostrando nuevamente que Bono tiene más sentido del humor del que muchos le suponen, los propios U2 aceptan –apoyando la cinta desde un primer momento- todas las bromas que vemos en pantalla a su costa, sobre todo a la de Bono, claro está. 

En el largometraje asistimos a los primeros ensayos de la banda de los hermanos McCormick, a la inocente rivalidad inicial con ese grupo que acabaría siendo U2 y a las posteriores envidias del autor frente a los de Bono y The Edge, que siempre les trataron de la mejor forma posible, y que llevan a su protagonista a planear el asesinato de Bono.

 “Killing Bono” vendría a ser una suerte de “Dig” (con The Dandy Warhols y The Brian Jonestown Massacre), pero sin vocación de documental, el retrato de los problemas de personalidad de unos músicos que se quedan en el camino mientras sus compañeros pasan a ser la formación más grande del planeta. De eso y de los errores que cometió el autor y de los que parece intentar resarcirse con el libro. ¿Lo mejor? Asistir a los cambios de chaqueta y de sonido de las bandas, descubrir que todos los grupos que se citan fueron reales y sobre todo imaginar cómo fueron aquellos momentos sin ninguna trascendencia cuando ocurrieron (la elección de un nombre, el cambio de perspectiva musical...), pero que el tiempo ha cargado de significado o lo que sea.  Si son ustedes de los que odian a Bono, no saben la suerte que tienen de que fuese él y no Neil McCormick el que se convirtiese en estrella del rock, porque vamos... vaya otro...  

 

Un comentario
  1. Hola! Sólo preguntar si hay una versión doblada al castellano del film. Un amigo me asegura que sí, pero yo he logrado encontrarla. Cualquier información la agradeceré.

    Saludos!!

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