10 años de “Mapas”: el desafío de superación de Vetusta Morla
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10 años de “Mapas”: el desafío de superación de Vetusta Morla

Hernán Osuna — 20-05-2021
Empresa — Pequeño Salto Mortal
Fotografía — Archivo

Tras el colosal éxito de su debut Un día en el mundo, Vetusta Morla se enfrentó al reto de tener que editar una obra que estuviera a la altura de ese primer disco o que fuera mejor. Repasamos aquí los detalles de “Mapas” (Pequeño Salto Mortal, 11), el trabajo que insertó definitivamente al grupo madrileño en el planisferio global.

“Toca afinar, definir el trazo /Sintonizar, reagrupar pedazos/ A mi colección de medallas y de arañazos”. La frase, perteneciente a la canción “Los días raros” de Vetusta Morla, se resignifica en estos tiempos de pandemia y a la vez sirve para explicar lo que tuvo que afrontar la banda oriunda de Tres Cantos a propósito de la creación de su opus de 2011, tras el espaldarazo que supuso “Un día en el mundo” en 2008, debut que logró la certificación de Disco de Oro tras vender más de 35.000 unidades en el país. Definir el trazo, sintonizar, afinar, proseguir, progresar, mejorar contra viento y marea. Ese fue el desafío.

“Mapas” vio la luz en mayo de aquel 2011, planteando un interrogante: ¿Sería mejor que su predecesor? ¿O respondería a la máxima de que “las segundas partes nunca fueron buenas”? Para empezar a develar la incógnita, en abril de ese año, el grupo comandado por Pucho en voz colgó en su web oficial la canción "En el río”. Luego, el 3 de mayo, puso a disposición el álbum entero antes de su presentación en formato físico, que fue el día 6 del mismo mes. “Mapas”, de cuarenta y nueve minutos de duración, constaba de doce canciones y se lanzó a través de Pequeño Salto Mortal, el sello de la propia banda. El registro se llevó a cabo en los Garate Estudios de Andoian, Gipuzkoa. La mezcla se realizó en Sonobox (Madrid).

El tour de “Mapas” fue el salto definitivo hacia la cima. Si bien con la salida de “Otro Día en el Mundo”, el grupo ya había girado intensamente por España, México y Argentina –incluso tocaron en el mítico Luna Park de Buenos Aires–, con “Mapas” la expansión fue mayor: dieciocho meses de periplo, más de cien conciertos en distintas ciudades (Londres, Nueva York, Texas, Los Angeles, Chicago, Tijuana, un show ante 30.000 personas en el festival Vive Latino de Ciudad de México y más), y un cierre, en octubre de 2012, con cuatro presentaciones junto a la Orquesta Sinfónica Región de Murcia (todo en dos días y con aforo completo) en el Circo Price de Madrid.

La nueva etapa de Vetusta Morla viró hacia la búsqueda de lo natural: la mayor parte del disco se grabó con los músicos tocando juntos. Paralelamente, se mantuvo el carácter melancólico e introspectivo de varios cortes del debut, pero el abordaje instrumental es más atmosférico y sosegado: los temas tienen un ritmo más lento, dejando de lado el carácter salvaje del rock. Aunque, claro, hay algunas excepciones: “El hombre del saco” camina con una base tribal de toms, a cargo de David “El Indio” García, que induce a un mantra energético junto con las guitarras de Guille Galván y Juanma Latorre más la voz atrapante de Pucho; “Mapas”, el corte homónimo del disco, es una estocada indie con mucha energía. “En el río”, por su parte, navega sobre una intro de bajo en 5/4, que oficia como base para el acompañamiento de la banda y luego explota en el estribillo con los agudos del cantante, guitarras distorsionadas y un mar de semicorcheas en la caja del baterista. Es quizás la más apta en términos de difusión radiofónica (dura poco más de tres minutos), pero mantiene una tensión subliminal que termina por explotar más adelante. Y en compás de 5/4, eh.

Sobre el leitmotiv de “Mapas”, la agrupación comunicaba por aquellos días en su web oficial: “Este disco constituye una bajada a la tierra, a la realidad y al presente. Mientras el primer álbum de Vetusta Morla se asentaba en movimientos e hipótesis, en la contemplación del pasado o en soñar un futuro, en esta ocasión se habla de objetos, de consecuencias, de líneas temporales que se congelan para dibujar mapas de lo que somos, trazos de nuestras conquistas y fracasos, colecciones de medallas y arañazos. Mapas que nos ponen delante otro mapa sin leyenda con el que avanzar, construir, o, tan solo, entender el presente. Mapas en los que, de nuevo, se invita al que escucha a que diseñe su propio recorrido”.

El disco presenta una instrumentación más elaborada, pero a la vez sin atmósferas sobrecargadas. A lo largo de las doce canciones que componen el álbum, cada uno de los elementos permanecen en el lugar preciso: todo está en su sitio. Con un sentido del detalle y de respeto por la arquitectura sonora de cada track, los madrileños generaron una obra con algunas particularidades que vale la pena señalar.

Por ejemplo, la apertura, que llega de la mano de “Los días raros”. Desde lo relativo a una producción discográfica, la regla indicaría que no debes empezar un disco con una balada, sino más bien con tus canciones más potentes. Vetusta Morla se saltaron este precepto y abrieron “Mapas” con esta bella y melancólica pieza de más de seis minutos de duración que bien podrían envidiar los británicos Coldplay o Radiohead. Es muy importante aquí el manejo de los silencios: cuando le das al play parece que el volumen está bajo, pero es ahí cuando la banda hace su juego y capta tu atención.

La voz envolvente de Pucho se combina con un piano tenue, mientras los instrumentos van sumándose de a poco para luego alcanzar el crescendo en el estribillo críptico. “Ya está aquí/ Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador/ Quién iba a decir/ Que sin carbón no hay reyes magos”, canta el vocalista, acompañado por capas de guitarras, el carácter épico del piano y la caja de la batería sonando en los cuatro tiempos, en plan The Beatles. Sublime.

Luego, los de Tres Cantos se ponen más eléctricos y empujan la segunda pieza ('Lo que te hace grande')  con guitarras distorsionadas, un groove relajado y una intro con coros vocales y hammond por demás de efectiva. El puente, acústico, suena fresco y permite que la canción respire. Una frase motivacional (“Pero no hay colisión, ni ley, ni gravedad que te pueda hacer caer, aunque tiren a dar”) brinda optimismo ayudando al alcanzar el clímax.

“Mapas” es, en parte, una continuación del debut, pero exhibe un filtro más delicado, evolución sonora y una trabajada finura en cada una de sus canciones. Uno de esos discos que forman parte ya de nuestra historia musical reciente y cuya onda expansiva no ha dejado de crecer desde su lanzamiento hace ya diez años.

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