Desvelamos los secretos de la película “Las leyes de la frontera”
Especiales / Daniel Monzón

Desvelamos los secretos de la película “Las leyes de la frontera”

Pablo Tocino — 21-10-2021
Empresa — Whoa/Warner

Daniel Monzón ha vuelto a los cines españoles con “Las leyes de la frontera”. El director de dos taquillazos como “Celda 211” y “El niño” podría sumar otro éxito a su filmografía con esta entretenidísima cinta de acción que adapta el libro homónimo de Javier Cercas y que supone también un homenaje al cine quinqui de los setenta y ochenta. Para descubrir más al respecto, charlamos con todos los implicados en la película.

“Las leyes de la frontera” no solamente es la nueva película de Monzón con banda sonora de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, sino que también supone la presentación al gran público de Marcos Ruiz, porque aunque lleva desde muy pequeño dedicándose a este oficio, el actor es una cara relativamente nueva (me ha contado que ahora mismo no tiene ningún proyecto, pero estamos seguros de que le van a llover en breve). Sobre esta superproducción patria hablamos con él, con Monzón... y con los encargados de poner banda sonora a todo esto, Derby Motoreta's Burrito Kachimba.

Adaptar la novela de Javier Cercas era desde el principio una tarea muy compleja, pero Daniel Monzón no se achantó y se propuso “transmitir el sentimiento del libro pero desde un sitio muy diferente. Para empezar, nos limitamos al punto de vista de Nacho, y a la época de los setenta, con la excepción del prólogo y epílogo. Porque aunque en un principio pensé en una estructura tipo la de 'Érase una vez en América' de Sergio Leone, me di cuenta de que hacer dos películas de dos horas no iba a ser muy operativo de levantar. En cualquier caso, el ejercicio de síntesis al que te obliga hacer una película es muy interesante”.

La cosa es que a las dificultades propias de adaptar el libro se le añadió una dificultad que nos vino a todos en marzo de 2020: el COVID estalló en nuestro país poco antes de la fecha prevista para comenzar el rodaje, que se retrasó unos meses y, cuando finalmente se inició, lo hizo con estrictas medidas. “Teníamos muchas localizaciones, mucha figuración, muchas secuencias de acción, muchas situaciones en las que desde luego era difícil mantener distancia de seguridad”, me cuenta. “Hacer una película siempre es un ejercicio de funambulismo... pero, en este caso, era como hacer funambulismo mientras alguien te está lanzando piedras desde el suelo. Me aconsejaron que lo mejor iba a ser adaptar el guión a la nueva realidad, pero no le vi ningún sentido; o se hacía la película como se tenía que hacer, o era mejor no hacerla”.

“Daniel es ya un Motoreta más. Cualquier día se sube al escenario con nosotros a tocar algo, aunque sea la pandereta”

Las complicaciones, como decimos, ya estaban en ese período de preproducción que se alargó obligatoriamente, pero el realizador quiso buscarle un lado positivo al asunto. “Pensé que teníamos un tiempo extra para seguir preparando, y lo aproveché para que todos los actores jóvenes se sumergieran en esa época, les dije canciones, documentales, cómics, películas... Casi como deberes. ¡No solo cine quinqui! Te hablo también de 'La Escopeta Nacional' de Berlanga o 'Asignatura Pendiente' de Garci. Para que se empaparan de lo que significaba aquel momento. Les dije también que no se cortaran el pelo, que se lo dejaran largo esos meses”.

Marcos Ruiz, que da vida a Nacho, el protagonista, recuerda con ilusión ese proceso, y el “clic” que supuso la ropa de la época. “En la primera prueba de vestuario me vi con ese bañador cortito y fue como mágico, ¡ya me metí en esos años!, y he estado muy a gusto con la ropa de esa época, los pantalones de campana, las camisetas ajustadas, el tacto, los colores... La verdad es que en vestuario se han marcado un curro increíble”. Tanto él como sus compañeros hicieron caso a Monzón y sus “deberes” musicales. “Conocía algunas canciones de los setenta y ochenta, pero en inglés, la mayoría de las españolas no, y disfrutamos mucho de ponernos a Los Chicos y Las Grecas en los rodajes, además de por supuesto a Johnny Cash, Jimi Hendrix... y luego, claro, ¡descubrí a los Derby!”.

“Nos lo pasamos estupendamente. Todo el reparto formamos una piña, ten en cuenta que además nos unía el ser no ya actores jóvenes, sino directamente caras nuevas levantando una película tan importante”. ¿Mucha presión, entonces? “Pues fíjate, yo la presión la transformé en algo positivo, la transformé en adrenalina y en pasión, como mi propio personaje cuando cruza la frontera”. A la presión de protagonizar un blockbuster siendo desconocido para el gran público se le podría sumar, en su caso, el desnudo integral que tiene en la película, pero Marcos no lo recuerda como un especial obstáculo: “Ya salí desnudo con trece años en 'Lobos de Arga', y a esa edad es peor porque ni era tan niño como para que diese igual, ni era adulto como para tener las tablas de enfrentarme a ello”, me explica. “En este caso lo llevé mucho mejor, la presión la llevaba más porque saliese bien la escena y no por estar desnudo. Además Daniel nos hizo estar muy cómodos a Begoña y a mí”. Sí fue todo un reto la psicología del personaje. “Nacho observa, observa y observa. Observa mucho más que habla, y eso significa que tienes que transmitir mucho con las miradas, con los silencios y con pocas palabras”.

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Con solo veintidós años, el joven había trabajado ya a las órdenes de Gracia Querejeta, Daniel Sánchez-Arévalo, Jota Linares, Tristán Ulloa, Oskar Santos o Aitor Gabilondo, pero este Nacho es su mayor oportunidad (y responsabilidad) hasta el momento, y noto el cariño que le ha cogido cada vez que me habla de su personaje. “Nacho está tan mal, casi en una situación de vida o muerte, que quizás era lo que necesitaba para salir y cruzar la frontera... Necesitaba un motivo. Y ahora empieza a conocerse a sí mismo como persona. Es como estas situaciones muy negras a las que al final se les puede sacar un punto positivo”. La relación tan bonita que tiene con Zarco y Tere, los co-protagonistas, puede hacernos pensar en distintas interpretaciones... Yo os reconozco que durante buena parte del metraje creí que, de un momento a otro, Zarco se declararía a Nacho (no es spoiler, tranquilos). Y quise saber si eran cosas mías o tenía algo de sentido. “Pues me parece muy interesante tu interpretación porque, aunque yo no lo pensé exactamente así, sí es cierto que Zarco se ‘enamora’ en cierto sentido de Nacho”, me revela Monzón. “Desde la primera vez que le ve se da cuenta de que es un chico que tiene algo especial, le gusta ese chico y decide que le va a meter en la banda. Y fíjate, él que adora a Tere, cuando la ve divirtiéndose con Nacho por un lado tiene celos, pero a la vez le gusta que esté con Nacho, porque además a Zarco le gustaría que alguien sacase a Tere de ese mundo. Los tres forman un juego de tensiones y de emociones muy ambiguo, un triángulo muy sugerente, muy rico, y que no acaba cuando termina la película; cuando termina, empiezan las interpretaciones... Y cualquier interpretación es válida”.

La pasión que el realizador mallorquín tiene por sus proyectos es palpable cada vez que nos desgrana aspectos de la película, desde su pre-producción, su rodaje o sus influencias hasta, por supuesto, su banda sonora. “Las películas de Eloy de la Iglesia eran como un puñetazo en el estomago. De la Loma era más moralista, Saura le dio un punto más esteticista, pero lo de Eloy era otra cosa. En el 2021, intentar hacer una película como las que hacía Eloy sería grotesco. La única forma posible de hacerlo es desde el recuerdo, en este caso el recuerdo de su protagonista, que casi idealiza esa época, por eso la estilización que se hace. La película de arranque la rodamos en formato Scope, esto ya es una declaración de intenciones: es una supervitaminación de aquel género, un revival, una celebración, un homenaje con respeto. Y los Derby entran dentro de ese planteamiento, porque quería que la música nos llevase ahí, quería Las Grecas, quería Smash, etcétera, pero quería también una mirada contemporánea, canciones compuestas expresamente para la película”.

A Derby Motoreta’s Burrito Kachimba el estreno de la película les ha pillado poco después de que Tarantino haya conocido su música (“al día siguiente de lo de El Ojo Crítico ya estábamos hablando con el sello y pidiéndole que nuestro material llegase por el medio que fuese a quien selecciona la música en sus películas”), entre concierto y concierto de “Hilo Negro”, y a pocas semanas de entrar en el local de ensayo para preparar su tercer disco, del que avanzan que habrá “nuevos sonidos y experimentos pero manteniendo lo de siempre, queremos volcarlo todo en la olla y ver qué sale en ese puchero” y que contendrá “más voces aparte de la de Dandy” (no especifican si en forma de colaboraciones o si alguien se une al grupo). Pero también tienen hueco para la promoción de “Las leyes de la frontera”, y para contarme curiosidades que relacionan a la banda con la interpretación. Scott me cuenta, por ejemplo, que él ha hecho teatro en el pasado y que Dandy va a hacer en breve sus pinitos no ya en la banda sonora, sino al otro lado de la cámara, “en un rodaje underground donde sale en pelotas”.

También hay sitio en el tracklist de la banda sonora para artistas como Lin Cortés (“coincidimos con él en el preestreno y es más buena gente que Depedro, que es una cosa que decimos nosotros porque Depedro es la mejor persona del mundo”), pero son los Derby quienes se han encargado de componer la música de las escenas. “Daniel y su equipo se ponen en contacto con nosotros en plena pandemia, primero para hacer un tema, y luego ya para la banda sonora en sí. Fue un partido de tenis de meses. Grabábamos en el estudio, le pasábamos las canciones, íbamos hablando por zoom, etcétera. Hemos trabajado codo a codo con él, porque evidentemente nosotros no podíamos estar haciendo lo que nos saliese del nabo sin pensar en la película, y creo que hemos empastado nuestras energías en un resultado muy bueno, ha sido muy bonito”.

El director aparece hasta en el propio videoclip del tema principal, “Las leyes de la frontera”. “Daniel es ya un Motoreta más. Cualquier día se sube al escenario con nosotros a tocar algo, aunque sea la pandereta”, nos cuentan entre risas. “Es que, además de su enorme calidad humana, es un torrente energético. Es como si fuese un niño pequeño y todos los días fuesen la mañana de Reyes. Recuerdo ver la peli por primera vez y acordarme de cuando él nos hizo la lectura de guión haciendo cada diálogo con su tono, ambientándolo todo... ¡Maravilloso!”. Y no son los únicos que tienen buenas palabras para Monzón. “Trabajar con él te hace sentir actor y, aunque parezca mentira, eso no es tan fácil”, nos cuenta emocionado Marcos Ruiz. “Te hace sentir como ‘el elegido’ para ese personaje. Te hace sentir una pieza clave, y trabaja con una pasión tremenda”.

Finalmente, un tema que sale a la palestra tanto en nuestra conversación con la banda como con director y protagonista es el discurso sobre la clase social que, entre persecución y persecución, se desliza en 'Las leyes de la frontera'. “Fíjate en los actores de las películas de Eloy de la Iglesia; directamente ERAN esos quinquis, y actualmente la mayoría ha muerto. Eso es un poco reflejo del determinismo de las clases sociales, de la ‘frontera’ de la que hablamos en el título. Si la Transición fuese un LP, la cara A del de esa Transición era la que vivía gente como la familia de Nacho, pero la cara B la componían todos los quinquis, hijos de familias que habían emigrado a las grandes urbes y que se encontraban que no había espacio para ellos”.

¿Sigue vigente la situación de desigualdad social? “Solo tienes que ver que durante la pandemia los ricos se han hecho más ricos y los pobres se han hecho más pobres”, opinan los Derby. “Se ve muy bien en la sección que tiene Thais Villas en 'El Intermedio', ¡y eso que es en el propio Madrid!”. La banda se muestra además contraria al discurso de ascensor social que muchos usaron con Estopa (y del cual los hermanos renegaron), y que en parte están usando también con ellos. “Esto por supuesto lleva mucho trabajo y mucho saber aprovechar las oportunidades, además de un componente de suerte. Pero es verdad que nosotros tampoco venimos de barrios marginales ni que hayamos tenido que pelear por vivir. Veníamos de clase media, como mucho de media-baja”.

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