Encuentros: Jorge Martínez (Ilegales) vs Fernando Pardo (Los Coronas / Sex Museum)
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Encuentros: Jorge Martínez (Ilegales) vs Fernando Pardo (Los Coronas / Sex Museum)

Jorge Obón — 05-05-2016
Fotografía — Jorge Obón

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Además está el sobadísimo asunto del español y el inglés en la música española, y con el inglés, en general se han dicho muchas menos cosas.

Jorge Martínez: Bueno, te voy a decir algo sobre eso. Llegamos de gira de Chile y Ecuador, donde nos expulsaron porque no se podía cantar en español.

Fernando Pardo: ¿En serio?

Jorge Martínez: Las cosas había que decirlas en inglés. Las grandes multinacionales presionaban para que las cosas malsonantes no se pudieran decir en español. Querían prohibirlo y presionaban a los poderes responsables para imposibilitar cualquier tipo de actuación. Eso me costó una expulsión.

Fernando Pardo: ¿En qué año?

Jorge Martínez: Eso fue en el 87 más o menos. Y cuando llego a España me encuentro con que esta gente (señalando a Fernando Pardo con la cabeza), está cantando en inglés, y digo “Hostia, me cago en la puta, ¿y a estos, quién les paga, lo han prohibido aquí también? ¿De verdad que no les pagan? Joder, eso es que son gilipollas, ¡cómo puede ser esto!”. Y resultó que no, que lo hacían por que sí, por imitación, o alegaban que sonaba mejor en inglés.

Fernando, ¿por qué lo hacíais?

Fernando Pardo: Joder, tío, porque había un mundo ahí fuera que era cojonudo, y queríamos ser parte de ello. Es como si te dicen que si llevas pantalones de pitillo vas a follar más, y tú te pones los pantalones de pitillo aunque se lleve la campana. Es directamente eso. Cuando empezamos, nosotros estábamos metidos en una escena que estaba muy comunicada. Era de las primeras, con ese rollo entre garajero y mod de los ochenta que había en España, de pronto tenía que ver con otra que había en Francia, en Italia o en Estados Unidos.

Jorge Martínez: Esto sonaba un poco como los Morlocks.

Fernando Pardo: Claro, era ese rollo, pero es que de esa manera te lo editaban fuera, por ejemplo en Japón o en Estados Unidos. Además, con 17 o 18 años estabas haciendo gira de squatters por Alemania. ¡Era brutal! Nosotros cuando vimos esa posibilidad la cogimos, porque España en esa época estaba renqueante. Había momentos que molaban mucho y luego había regresiones. Nosotros pensábamos que lo que tenía que haber fuera tenía que ser como lo que teníamos en España pero multiplicado por diez, y con mejores drogas y con mejor todo.

Jorge Martínez: No era verdad.

Fernando Pardo: Era verdad.

Jorge Martínez: “Llego a España y me encuentro con que los Sex Museum y esta gente cantando en inglés, y digo: 'Joder, ¡es que son gilipollas! ¿A estos quién les paga?'”

Jorge Martínez: Los ochenta eran el momento en el que te veías en España a George Harrison, a Mick Jagger, a Sade, aquella morenita tan guapa que cantaba “Smooth Operator”… Estaba todo el mundo en Madrid. Era uno de los lugares más auténticos de Europa. Y cuando salíamos de aquí, nos íbamos a tocar a Nueva York, pero a sitios grandes, no a garajes, con hoteles de la hostia y todo en español. Y, ¿cuál fue el primer sitio del que me echaron por desórdenes? Joder, hubo 45.000 personas en un sitio y se armó la de su puta madre. En cinco minutos, 49 heridos. Ese clima me encantaba, ese tipo de caos y de emociones ya no existía con los Rolling Stones pero existía con Ilegales. Eso fue en el 87 u 88. Los gases lacrimógenos son una constante y lo siguen siendo. Es divertidísimo. A mí el caos me gusta, estoy hecho para el caos. Había técnicos de luces que salían corriendo, y claro le decíamos “¡Imbécil, eres un cagón!”. Es excitante tocar y que pasen esas cosas. Eso ya no pasaba con los Rolling Stones porque ya estaban muertos entonces y ahora también.

¿Se tenían que haber separado antes?

Jorge Martínez: No, bueno, es que los Rolling Stones están un poco mal entendidos. Eran un grupo juvenil al que se les sobrevaloró, aunque luego tuvieron sus cosas.

Bueno, dicen que este año van a grabar un disco de blues. Keith Richards seguro que estará encantado, después de tanto tiempo, pensando que después de esto, ya podrá morirse tranquilo.

Fernando Pardo: Hombre, si hacen un disco de blues seguro que va a ser cojonudo porque vivencias tienen de sobra para abrir la boca y que suene bien.

Jorge Martínez: Ya, pero no es John Lee Hooker. Bueno, Jagger va de Slim Harpo, más bien, y oyes a Slim Harpo y es la hostia. Conocí el blues por los Rolling Stones, se lo agradezco mucho, pero cuando oí los originales que me buscó una niña con la que salía, y su padre me buscaba los discos... Ella me regaló mi primer disco de John Lee Hooker, y me decía, “Vamos a salir", y yo, “Una mierda vamos a salir, vamos a escuchar esto”. Y, claro, es acojonante, cuando oyes el grito de Howlin’ Wolf… ¡Qué es esto! Era música de adultos.

Fernando Pardo: Era música demoniaca, con olor a pis.

Jorge Martínez: Y a mí me gusta la música de adultos.

Como El Lobo en tu Puerta.

Fernando Pardo: Hombre, Crudo Pimento también tienen lo suyo. Yo he estado con ellos varias veces y he alucinado. Además son de Murcia, y eso les hace más creíbles.

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Leyendo una entrevista que le hicieron a Fernando hace un año y pico llega a decir cuando piensa en las giras, “si lo hubiese pensado un poco…”. ¿Realmente lo has pensado? ¿Habrían cambiado las cosas?

Fernando Pardo: Sí, yo sí que hubiera cambiado cosas. Una de las cosas de las que más me arrepiento es que, con lo lanzado que iba yo con mi rollo, y por un absurdo sentido autocrítico, nunca dejé a mi hermano cantar en castellano. Pero es verdad que las primeras canciones las hicimos en castellano, antes incluso de grabar.

Jorge Martínez: Joder, tenían que haber sido cojonudas.

Fernando Pardo: Pero me sonaban a Ramoncín, tío, y le tenía mucha manía a Ramoncín en esa época. Luego con el tiempo me ha ido cayendo mejor. Ahora me parece un tío de puta madre.

Jorge Martínez: A mí Ramoncín, cuanto peor le cae a la gente, mejor me cae a mí.

Fernando Pardo: A mí la figura de Ramoncín me parece brutal. Ahora incluso podría grabar un buen disco de blues…

Jorge Martínez: No puede, pero algo podrá hacer.

¿Qué os parece ese momento cuando sale del juzgado, cuando se ha demostrado su inocencia, así que... “jodeos"?

Fernando Pardo: Es buenísimo, tío, que no se rinda jamás.

Fernando Pardo: A mí la figura de Ramoncín me parece brutal. Ahora incluso podría grabar un buen disco de blues…

Una cosa en la que pienso de vez en cuando es en que si fuera músico como vosotros y me subiera a un escenario con un público al que le gustara lo que hago, escucharía a la gente pidiendo que tocara aquella canción que compuse con 18 o 20 años noche tras noche. Al menos yo tengo la suerte de que lo que escribo se termina olvidando, pero a vosotros os están recordando constantemente vuestros “errores de juventud”. ¿Qué os parece?

Jorge Martínez: Hay que echar un vistazo al pasado para saber dónde se está.

Fernando Pardo: Bueno, yo creo que los dos desarrollamos lo mismo, un volumen tan brutal en el escenario que no te enteras de nada. Pueden gritar lo que les dé la gana, incluido "Heil Hitler", que no te vas a enterar de nada.

Jorge Martínez: Es muy difícil oír a la gente. Bueno, hemos metido a un guitarrista y a un teclista, estábamos tocando en Huelva y había unas niñatas jóvenes gritando, y yo, “Joder, que se acopla". La guitarra hacía un ruido tremendo y yo preocupado, pero eran ellas berreando.

Hace poco me he enterado de que Jorge bucea, pero él a pulmón además de que, según tengo entendido, su afición ahora es salir en pelotas al monte en Asturias a tratar de ver animales de cerca.

Jorge Martínez: Uso bicarbonato, que es un bactericida cojonudo, y lo que genera los olores son las bacterias. Entonces se usa como desodorante porque no deja olor casi y puedes aproximarte muchísimo a los bichos, además cuidando muy bien tu alimentación y tu respiración. Pero tienes que ir en pelotas porque el olor lo llevas en los tejidos y puedes acercarte a especies que son muy huidizas. Llega un momento en el que ya te detectan, pero están a cierta distancia. Por ejemplo, los zorros, que todo el mundo dice que son muy esquivos, pero llegan a ser muy sociables. Igual que las nutrias, que son hasta caraduras.

Fernando Pardo: Las nutrias son complicadas de ver, porque un zorro o un jabalí…

Jorge Martínez: Pues se ven muchas en los ríos que no están suficientemente contaminados. Incluso en el Nalón, que era un río negro, aun así, hay nutrias. Las veo con frecuencia, pero también hay lobos y últimamente se ven con facilidad los osos, y ahí sí hay que tener cuidado con las distancias. Me mordió un zorro, y hay que pensar que la rabia es una enfermedad mortal. Fui a que me vacunaran, pero no me metí la siguiente dosis de la vacuna porque al parecer no hay rabia en España. Pero oye, estos son animales salvajes…

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