DCODELAB, la música a debate
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DCODELAB, la música a debate

Ángela Álvarez Marcos — 10-05-2018
Fotografía — DCODELAB

La Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid acogió la tercera edición del DCODELAB, el evento que surgió con el objetivo de crear lazos entre los estudiantes, la industria de la música y profesionales de la comunicación, y que constituye la antesala para el festival de música DCODE, que se celebrará el 8 de septiembre en el Campus de la Universidad Complutense de Madrid.

La primera sesión, convocada de 10:00h a 12:00h con el título “Música en otras artes”, contó con la participación de profesionales del mundo de la televisión y el entretenimiento en su mayoría. Con dos de ellos vinculados al mundo del humor, Ana Morgade (presentadora de TV) y Dani Martínez (cómico), podía esperarse que esta fuera la más distendida. Sin embargo, a través de las experiencias personales de los ponentes surgieron interesantes debates con cabida en el ámbito científico. Los temas abordados despertaron el interés de la comunidad universitaria, que se mostró muy participativa y agradecida.

El coloquio lo inició el moderador Fernando Eiras (guionista de TV Caiga Quien Caiga, ’Dani & Flo’, etc.) preguntando a los participantes por sus experiencias iniciales con la música, centrando la atención en gustos, referentes, y hasta guilty pleasures. Con la gracia que la caracteriza, Ana Morgade rompía el hielo mencionando el cassette como primer formato físico que cayó en sus manos para después manifestar el amor que le profesaba a The Black Crowes. El cómico Dani Martínez se crió escuchando a Paloma San Basilio por influencia de su madre, lo que luego no impidió que desarrollara su gusto por bandas como Los Inhumanos, algo que no está está reñido con los grandes momentos que confesó haberle dado el Boleromix o con la predilección que siente por las bandas que lleva al festival de corte indie que dirige, Intromusic Festival. Por otro lado, el cocinero Sergi Arola, criado en un ambiente dominado por la música clásica de la que actualmente disfruta, contaba cómo pasó de montar un grupo mod, Los Canguros, a convertirse en un reconocido chef que “solo se pone nervioso cuando tiene que servirle a un músico”. Por su parte, la actriz y mitad del dúo Sweet Wasabi, Laura Pamplona, nieta de un reputado concertista y de una cantante de opereta, se reveló fan de Madness y Joan Manuel Serrat en su más tierna juventud para más tarde mostrar interés por bandas como Public Enemy o The Cult. Por su parte, Borja Echeverría (director de TV y guionista) se definía como “aquel niño de pueblo al que cualquier novedad le impactaba” y que se rendía ante bandas como Europe o Alaska y Dinarama con su disco Deseo carnal. Borja Buenafuente, artista plástico y gran coleccionista de vinilos, intervino con su reivindicación de los antiguos formatos. Lo que dio pie a hablar de lo que Fernando Erias denominó “arqueología de gasolinera”, momento en el que los ponentes no duraron en compartir sus hallazgos en estos espacios: auténticas joyas como cintas de The Supremes y The Peel Sessions de Joy Division podían revelar la sensibilidad de los camioneros de antaño.

La primera hora, marcada por el humor y el tono conversacional, tomó un cariz más serio e incluso académico en el turno de preguntas. Una de las cuestiones que más interesó a los estudiantes fue la falta de prejuicios a la hora de abrazar la música popular y el folclore de otras culturas como la mexicana en contraposición con el rubor que determinados públicos pueden sentir ante el folclore español, a veces por falta de información. Al hilo de lo mencionado, salieron a la luz nombres como los de Los Hermanos Cubero, Silvia Pérez Cruz o El Niño de Elche en su papel de nuevos transmisores de las antiguas raíces. Además, la necesidad de revitalizar el sistema educativo en materia musical, que lleva aparejado el inminente abandono de la tediosa flauta dulce, fue una opinión compartida tanto por los participantes como por la comunidad universitaria.

El potencial papel que podría jugar la televisión como medio de difusión de novedades musicales fue otro tema de debate. Ante la ausencia de programas de música de calidad en beneficio de los talent shows o concursos, Borja apuntó que “Hay una horterización muy profunda”. Finalmente, en esta línea, los ponentes coincidieron en que sería competencia de TVE el confeccionar un programa de música de calidad, dado que las televisiones privadas están al servicio del mero entretenimiento.

Después de la breve actuación del músico Willy Naves, a las 12:30 dio comienzo sesión “La crítica musical, presente y futuro”. El contenido de esta mesa pivotaba en torno a dos cuestiones principales: cómo el periodista musical forma su criterio y de qué manera es capaz de filtrar el aluvión de música al que se enfrenta. En esta ocasión, los participantes fueron Fernando Neira (El País) Luis J. Menéndez (MondoSonoro), Tomás Fernando Flores (Radio 3), Beatriz H. Hiloria (MondoSonoro/Rolling Stone), y Willy Naves en el rol de músico.

La charla se inició reflexionando sobre de la figura del crítico como prescriptor, o más bien como intermediario entre el músico y el artista, como aquel que ayuda a “comprender” al lector aquello que está escuchando. Después, por alusión a los “medios alternativos”, como director y representante de Radio 3, Tomás Fernando Flores reivindicó la apuesta de su medio por la creatividad y la salud de la que goza la música en la actualidad. El director de Siglo 21 señaló que estamos asistiendo a una “Edad de Oro de creación musical” gracias a la atención del público.

Otro aspecto interesante que salió a colación fue como, en un momento en el que tener exposición en los medios de comunicación es clave para impulsar la carrera de los artistas, la indiferencia del crítico supone algo más pernicioso para del músico que la crítica negativa. Al hilo del desarrollo artístico y la importancia del respaldo de una agencia a la hora de dar a conocer al artista en los medios planteada por Naves, Fdo. Flores afirmó con rotundidad que “la validez de un artista está por encima de su agencia”, sembrando un claro ambiente de debate entre los ponentes, en contraposición con el tono más relajado de la sesión anterior.

Dada la proximidad del Festival de Eurovisión, Operación Triunfo salió a relucir en varias ocasiones.Fdo. Flores achacaba su éxito a la afición de los ganadores al indie, que ha conllevado la reconciliación del público joven con la televisión. En lo que todos los ponentes coincidieron fue en que el éxito del programa no puede entenderse sin reconocer el poder del medio de comunicación que está detrás, TVE.

Volviendo al tema de la crítica musical, Neira apuntaba que en el turno de preguntas que “una crítica ha de ser argumentada y honesta”. La clave de una crítica bien construida radica, por un lado, en dar razones al lector para llegar a la misma conclusión a la que ha llegado el crítico y, por otro, en la capacidad de explicar y darle valor a la lo que se escucha, como señaló Menéndez. Por su parte, Fdo. Flores puso en valor las dotes literarias y el rigor que ha de tener periodista a la hora de escribir un texto. Al respecto, Menéndez señaló la falta que recursos económicos como uno de los principales factores que han mellado la calidad de la prensa musical.

Como no podía suceder de otra forma en una Facultad de Ciencias de la Información, la formación o no en materia de música que un crítico musical debe tener fue una de las cuestiones más controvertidas en el turno de preguntas. A la necesidad de unos conocimientos mínimos apuntada por Naves y Neira, Fdo. Flores antepuso la capacidad para transmitir emociones.

Esta sesión, marcada por bastantes opiniones contrarias entre los participantes de la mesa, concluyó con un Tomás Fdo. Flores perplejo al descubrir durante el coloquio que la mayoría de los estudiantes de Ciencias de la Información presentes no escuchaban la radio tradicional, lo que pone de manifiesto las nuevas formas de consumo tanto musical como de información.

La tercera y última sesión, ya en horario de tarde de 16:00h a 18:00, contó con menos afluencia que las anteriores, que habían llenado hasta la mitad el aforo del salón de actos de la Facultad. De las tres, esta podía considerarse la más relacionada con la música en su faceta estrictamente industrial. Titulada “Nuevo consumo, marketing y negocio digital”, contó con la participación de Fernando Delgado ([PIAS])Jorge Rubio (Universal Music Publishing), Nacho García Vega (AIE/Nacha Pop), Inma Grass (Altafonte), Fernando de Diego (SGAE) y Pablo Rodríguez (BMG). En esta mesa se puso el acento en el papel del streaming como condicionante del consumo musical del oyente, en el rol del productor y en la necesidad de un control eficaz de los derechos de autor en el streaming.

El desequilibrio entre los ingresos que genera el streaming y los ingresos que reciben los artistas, el fenómeno conocido como "brecha de valor" (value gap) es la gran tragedia de las plataformas digitales de música, como desde el primer momento apuntaron De Diego, García Vega e Grass. En este sentido, se apeló a la necesidad de llegar a un acuerdo para que el trabajo de los creadores sea justamente remunerado. En un periodo en el que el streaming no constituye una fuente de financiación excesivamente rentable para el artista, otro tema que se puso sobre la mesa fue la alianza de los artistas con marcas como un apoyo adicional al impulso de sus carreras. La sinergia será más efectiva en la medida que dicha alianza esté revestida de creatividad, como señalaron los ponentes.

También se puso el foco en las dificultades que un sello independiente tiene para abrirse paso en un entorno dominado por las playlists y las majors. Grass y Rodríguez reivindicaron la figura del sello independiente como principal descubridor del 80% las novedades musicales que se lanzan al mercado y como desarrollador de talentos. Sobre los nuevos hábitos de escucha, el centro de atención volvía a caer sobre las playlists, en concreto las playlists oficiales, que actúan como auténticos prescriptores y que, como señaló Grass, multiplican exponencialmente las escuchas de una canción. Como afirmó la directora de Altafonte, “nos encontramos ante un nuevo paradigma en el que está cambiado absolutamente todo”. Ahora el engagement del artista con su público es crucial.

En el turno de preguntas se planteó la dificultad de las bandas emergentes que se autoeditan a la hora de entrar en una playlists. Grass señaló la importancia de hacer buenas canciones para generar interés profesionales que ayuden a los jóvenes artistas a dar el salto: “La fórmula mágica no existe, ahí radica la magia de este negocio. Que algo puede pasar en cualquier momento”. El debate en torno al streaming se cerró con la intervención de Pablo Rodriguez y Jorge Rubio, quienes apuntaron cómo en EEUU este servicio genera auténticas ventas frente lo que sucede en España, donde es visto más como una herramienta de promoción y marketing en algunos caos. La mesa finalizó con el mensaje optimista de Inma Grass y su alusión a los tres últimos años de crecimiento que lleva la industria de la música como síntoma de que “vamos por buen camino”.

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