Treinta años del “Angel Dust” de Faith No More (parte 1)
Especiales / Faith No More

Treinta años del “Angel Dust” de Faith No More (parte 1)

Adriano Mazzeo — 29-12-2022
Fotografía — Archivo

Hace más de seis meses que “Angel Dust” de Faith No More cumplió treinta años, ¿tiene sentido publicar este especial completamente desplazado de la coyuntura? Dependerá de cada quién, pero el retraso tiene correlación con la manera en la que “Angel Dust” se fue inmiscuyendo en la vida de quienes lo tomaron como una suerte de Biblia del rock de vanguardia.

El cuarto disco de estudio de Faith No More (en ese momento Bill Gould al bajo, Mike Bordin a la batería, Jim Martin a la guitarra, Mike Patton a la voz y Roddy Bottum en los teclados) es una caja de Pandora eterna en la que los detalles parecieran ensombrecer y reaparecer en tiempos circulares.

En base a ese carácter de obra magnánima, completamente permeable de maneras infinitas para quien la percibe, es que este artículo tendrá como protagonistas a las palabras de algunos de los actores principales en una segunda entrega (Gould, Bottum y Bordin) y también, a continuación, dará espacio a que interesantes y talentosos músicos de los más variados orígenes -tanto geográficos como artísticos- cuenten por qué “Angel Dust” tiene ese espacio de total privilegio entre las músicas que los convirtieron en quienes son hoy.

Las comparaciones son odiosas y nadie está aquí para discutir la grandeza e importancia de discos como “Nevermind”, “Ritual de lo Habitual” o “Blood Sugar Sex Magik”, pero lo fascinante de“Angel Dust” es que, sin haber obtenido los niveles de exposición de estas otras grandes obras noventeras, torció el mundo de la música moderna, dando forma a la concepción musical de muchísimos fans y músicos. Porque lo que “Angel Dust” representa no entra en un mundo con cuatro paredes, no tiene una forma definida, simplemente muestra las oscuridades y talentos de un grupo de músicos que vaya Dios a saber por qué carajo terminaron en la misma banda.

De ahí deriva una de las características indiscutibles del disco: “Angel Dust” es el triunfo de la diversidad. Y no lo digo solamente porque en el proceso de gira del disco Roddy Bottum haya salido del armario escandalizando al hemisferio idiota del universo heavy metal, sino porque la fauna interna faithnomorística es 99% impracticable, y en una epopeya de un epicismo delirante, ese 1% restante logró salirse con la suya. Así nació este divague maravilloso en forma de álbum, este misterioso producto musical que puede funcionar como psicólogo o como el diván de él. Lo cierto es que quien haya sabido realmente apreciar los encantos de “Angel Dust”, reconocerá que su vida no es la misma después de haberle dado al play. A las pruebas que aportan los siguientes testimonios me remito.

Los Testimonios

En esta primera entrega tendremos la visión sobre  “Angel Dust” de numerosos músicos de grupos como Dillinger Escape Plan, Suicidal Tendencies, Como Asesinar a Felipes, Talking Book, Vision Heat, Hifiklub, Brownout, L’Exotighost, Coma, Estradasphere, High Castle Teleorkestra, etcétera. Creemos que es una buena manera de dimensionar la influencia del disco en distintos países y sobre diferentes realidades.

Ben Weinman es guitarrista y compositor de The Dillinger Escape Plan, Suicidal Tendencies y Giraffe Tongue Orchestra. El oriundo de Nueva Jersey, EEUU responde a este cuestionario y justifica por qué “Angel Dust” es uno de los cinco discos más importantes de su vida.

¿Cómo fue tu reacción inmediata al escucharlo por primera vez?
Ya era un gran admirador de Faith No More, pero fue cuando llegó “Angel Dust” cuando comencé a explorar música más ecléctica y underground. Esto realmente me preparó para abrazar la genialidad que se mostró en este álbum de fusión, muy de avanzada para ser lanzado comercialmente.

¿Por qué crees que este disco se destaca del resto del catálogo de FNM?
En “Angel Dust” la banda proclama su identidad. Una banda que puede hacer y, de hecho, hará lo que le plazca.

¿Qué es lo más importante que crees que aporta este disco a la música moderna?
Estoy seguro de que toda banda de heavy rock o metal que incorpora partes de canto melódico fue influenciada directamente por Patton y este álbum en particular.

No hay forma de definir el género de este disco, pero me encantaría tener tu intento.
Solo diría rock alternativo, pero obviamente, esa es una descripción extremadamente desfavorable.

¿Tres canciones de “Angel Dust” que más te gustan?
“Malpractice”, que fue tocada en directo por Patton por primera vez con el apoyo de Dillinger Escape Plan. También amo “Caffeine” y el cover de “Easy”.

Jordi Meya

Jordi Meya Nos (Barcelona) es el director de la revista especializada RockZone y conduce el popular podcast de la revista junto a Richard Royuela. Voz autorizada en todo lo que respecta a la cultura del rock en general, experimentó el fenómeno “Angel Dust” en carne propia y sobrevivió para contarlo.

“Me imagino que como mucha gente me hice fan de Faith No More casi al instante tras ver el vídeo de ‘Epic’ en MTV. Si bien en su momento se les colgó aquella difusa etiqueta de funk metal, una vez escuchado el disco The Real Thing (1989) al completo, estaba claro que eran mucho más que eso. Esa sensación se reafirmó todavía más cuando en 1992 lanzaron “Angel Dust”. No sé por qué, pero desde el momento en el que vi ese cisne en su portada de fondo azul tuve la seguridad de que se trataba de un álbum muy especial. Era como si hubieran cogido todo lo bueno que tenía su anterior trabajo (el eclecticismo, la extravagancia, la irreverencia…) y lo hubieran amplificado. Sin desmerecer la contribución musical de los otros componentes, está claro que la mayor aportación compositiva y estética de Mike Patton, ya totalmente asentado como algo más que un vocalista, les ayudó a ir todavía más lejos. La mayor prueba de su solidez artística es que treinta años más tarde, “Angel Dust” sigue sonando igual de original y válido que entonces. ¿Qué otro grupo podría meter esa especie de vals recitado que es ‘RV’ para a continuación descargar una pieza de metal progresivo como ‘Smaller And Smaller’ y que no chirríe? ¿Quién ha trabajado tan bien la disonancia con melodías claramente pop? Muchos lo han intentado, pero ninguno lo ha superado. Como tampoco lo han hecho con el poderío que mostraron en directo cuando les vi presentando el disco en la sala Zeleste de Barcelona (para rematar llevaban a unas L7 en plena forma de teloneras). Pocas veces he visto a un músico ser trolleado por un compañero tanto como hizo Patton con Jim Martin esa noche, pero esa tensión interna expuesta en público hizo que la intensidad de sus interpretaciones todavía fuera mayor. Un disco y un concierto para llevarse a la tumba”.

Jared Blum

Jared Blum (San Francisco, California, EEUU) es parte del sello GiganteSound junto al artista audiovisual Dominic Cramp y ambos forman el magnífico proyecto experimental y abstracto The Talking Book junto a Bill Gould de Faith No More. Blum también es responsable de Vision Heat, su propio laboratorio de sintetizadores y colaboró con Como Asesinar a Felipes. Respondiendo a su carácter geek, nos propone “Una escucha profunda de “Angel Dust”.

“Han pasado treinta años desde el lanzamiento de este disco bellamente oscuro, frío e intenso. Recuerdo que tenía 15 años cuando salió... ya era fanático de ‘The Real Thing’, estaba esperando ansiosamente que este disco "caiga".

Había visto un extracto en vivo de solo meros momentos de "Midlife Crisis" de algún festival en algún lugar al que no tuve la suerte de asistir. El día del lanzamiento se suponía que estaría estudiando para un examen final de álgebra, pero mi atención se desviará de las operaciones algebraicas al sonido de armonías vocales densas, extraños samples y esos pads de sintetizador celestiales; el bajo gordo de Bill y los timbales resonantes de Puffy. Creo que pasé la prueba, pero no por mucho. Estuve enganchado a este disco durante años, al igual que mis amigos. Lo escuchamos una y otra vez. una y otra vez; sabía cada letra, parte de guitarra y melodía.

Los vimos en el Roseland Ballroom en Nueva York el 10 de octubre de 1992. Mientras esperábamos nuestro viaje una hora después de que terminara el espectáculo, vi nada menos que al propio Bill Gould saliendo la puerta lateral con una gabardina larga de lana y... pantalones cortos. Me encantó. Por supuesto lo detuve en seco y tuvimos una breve conversación sobre los bajos Aria Pro. Terminaría encontrándolo nuevamente once años después y posteriormente formando un proyecto musical juntos llamado Talking Book, cuyo espíritu se basaba en bandas sonoras imaginarias de samples manipulados, pads de sintetizador dark, texturas granulosas y melodías extrañas. Hace poco pensaba en esto y es casi como si estuviéramos continuando con los sonidos de “Angel Dust” pero de una manera muy (muy) deconstruida.

Cuando me pidieron que escribiera algo sobre el treinta aniversario, no quería examinar los misterios detrás de la letra ni proponer otra crítica, sino realizar un ejercicio de escucha profunda (con cascos) del disco original para ver si podía experimentar algo nuevo o revelador.

Después de algunas revisiones rápidas, noté que había muchos detalles que nunca antes había notado y decidí anotarlos y compartirlos con ustedes. Redescubrí qué es lo que hace que estas pistas sean tan especiales. Ciertos discos como estos toman tiempo; no solo para ser compuestos, sino para crear todos estos sonidos e ideas en un entorno de estudio. Puedes sentir la camaradería de la energía creativa explotando, la banda tratando de hacer algo realmente nuevo y sin importarle un carajo. Ningún otro disco de FNM resiste la cantidad de capas de sonido, texturas y transiciones sónicas que llenan sus agujeros como “Angel Dust”.

Ahora entiendo por qué King For A Day podría haber sido un shock para muchos. Es seco, pero tan jodidamente poderoso que es casi todo lo contrario de la complejidad sónica de “Angel Dust”. Esta es una clase magistral de mezcla y arte sonoro. ¡Felicitaciones a Matt Wallace!

Estas son algunas de las cosas más notables que noté en mi treinta aniversario de escuchar “Angel Dust” de Faith No More":

(Descargo de responsabilidad: Había muchas otras cosas matizadas que nunca había escuchado de músicos individuales que eran brillantes, pero decidí centrarme en los sonidos, las texturas, los samples y la producción).

Land of Sunshine: El órgano de carrusel que se toca en todo momento está cubierto con una especie de campana, ¿tal vez una Celeste?

Caffeine: Durante la parte de "make contact", hay un coro muy agradable. Alrededor de los 2:20 se nota un sonido allá atrás que es profundo como un agujero negro, luego termina con una especie de gran eco sostenido. Increíble. A las 2:39 hay algunos golpes silenciados en el canal izquierdo, así como una especie de crujidos que entran y salen de la mezcla. ¿A las 3:04 escucho un sonido de caja registradora? A las 4:10 hay un hermoso eco que se asienta maravillosamente en la mezcla.

Midlife Crisis: Lo único que nunca noté -hasta ahora- fueron algunas guitarras distorsionadas graves bajo el estribillo del outro. Muy genial.

RV: El piano de la intro en realidad está superpuesto con un glockenspiel. En el minuto 1:32 durante “I Hate You” la armonía de Patton en el canal izquierdo es brillante.

Smaller and Smaller: A los 2:22 un vibrador entra en el canal derecho. A los 2:36 Patton refunfuña por debajo del ritmo. Una especie de sonido arremolinado va haciendo presente a medida que avanza hacia la transición al solo de guitarra. Luego, un coro disonante de mala calidad completa el outro final. ¡Qué canción más infravalorada!
Everything's Ruined: nunca noté este extraño sonido de sintetizador medio bajo que se encuentra en la mezcla alrededor de 0:33. A los 2:00, las guitarras se desplazan de derecha al centro y luego a la izquierda, siempre a ritmo. ¡Buena idea!

Malpractice: Amo esos golpes de batería electrónica barata en la introducción. Segunda mitad del coro: aparecen estas maravillosas cuerdas temblorosas en el canal izquierdo. A los 2:14 entra un coro. A partir de los 2:52 aparece “algo” retrasado en el canal derecho antes de volver al verso. Puedes escucharlo de nuevo durante el outro mucho más claro. Luego,hay un crujido desagradable justo al final después de que termina la guitarra de Jim. Guau, qué intenso se pone.

Kindergarten: Aparecen una buena cantidad de graves durante el coro, que no están en el verso.
Be Agressive: A los 0:48 2 hay aplausos durante el ir y venir de las porristas. A los 2:00 hay un efecto muy cool (flanger?) El órgano golpea el paneo de lado a lado.

Small Victory: ¿A los 2:36-2:46 hay sonido de campana con traqueteo? A los 2:47, todos sabemos que el sonido de las sirenas hace esta gran curva, pero nunca nos dimos cuenta de que hay una voz que grita dentro como si alguien estuviera tratando de salir de allí. La parte de "It shouldn’t bother me" tiene una gran parte vocal rítmica por debajo.

Crack Hitler: Durante la introducción, hay un triángulo sutil que podría ser un sample que va pegado a los golpes de hi hat. ¿Será un sample de “Shaft” o algo así tal vez? También noté un gran cambio en la imagen estéreo durante el coro ("Hey!"), que luego vuelve a ser más sutil.

Jizzlobber: Todo lo que puedo decir es que el órgano/coro final está definitivamente influenciado por la banda sonora de Scarface.

Y no tengo nada más que amor por Midnight Cowboy”

Dj Hefe

DJ Hefe (nacido Razvan Radulescu en Bucarest, Rumania) es quien se encarga de las bandejas y samples en la popular banda rumana Coma. Trabajó en varios medios especializados en su país y ha producido a Faith No More en su país y trabajó con Billy Gould y Mike Patton en distintos proyectos.

“La música crece dentro nuestro, nos cambia y nos hace sentir como parte de un todo y esa es para mí la magia de un álbum como “Angel Dust” . Es la definición de una obra maestra, todas las canciones son tan significativas y cada vez que escucho este álbum descubro algo nuevo, siento que estoy en medio de una fantástica búsqueda del tesoro.

Es hermoso, poderoso, como un paseo de carnaval y un gran “fuck you” a lo que la industria de la música esperaba de ellos que era el “The Real Thing parte II”.

Faith no more es una de las bandas más influyentes e inconformistas de la historia. Su capacidad para crear estos sonidos es una locura. Tuve “Angel Dust” en bucle en mi reproductor de CD durante años. El tipo de álbum que recuerdas exactamente no sólo dónde lo escuchaste por primera vez, sino también lo que comiste ese día. Después de escucharlo por primera vez, tuve la sensación de que este álbum se quedará conmigo por el resto de mi vida. Y tenía razón. Cada vez que este disco termina, mi mente dice: "Te dejaré ahora, pero volveré pronto".

Javier Díez EnaFoto: Javier de Agustín

Javier Díez Ena (Madrid) conocido también como Señor Tropical, formó parte de Dead Capo, Ginferno, Forastero. Actualmente lidera el combo de música exótica L’exotighost y lleva adelante una exitosa carrera como thereminista, además de escribir en medios especializados en música como Carne Cruda, Rockdelux, Vanidad y Rolling Stone.

“Recuerdo que escuché el "Angel  Dust" recién publicado en los primeros días de aquel olímpico verano de 1992 y he de reconocer que lo hice con cierta suspicacia. Yo en esos años estaba metidísimo en toda esa nueva escena de fusión funk-metal etc.

Mis bandas de cabecera eran Fishbone, Urban Dance Squad, Primus, 24-7-Spyz y por supuesto los Red Hot Chili Peppers pre-éxito planetario. El "Real Thing"  (el anterior disco de FNM) me gustaba pero para mí no les había situado todavía en la línea de las bandas anteriormente citadas.

Pero los argumentos que me encontré en la primera escucha de su nuevo disco me conquistaron inmediatamente; tema a tema se podía palpar la frescura de una banda en estado de gracia, todo era nuevo e inspirador. Destacaba de manera casi obscena el talento de Mike Patton, que había abandonado esa voz gatuna y ciertos giros demasiado conocidos de su anterior disco y ahora se mostraba pletórico. Era un universo vocal en sí mismo con decenas de vetas diferentes que explotará en las décadas siguientes. Pero si es tan enorme este disco es porque toda la banda viaja a la par que esa voz privilegiada, las composiciones rebasan el estilo y tienen luz propia, la mayor parte de ellas brillarían adaptadas a cualquier otro estilo. La base rítmica de Gould y Bordin es aplastante y Jim Martin está soberbio, pero para mí, aparte de Patton, el otro elemento clave y diferenciador que hizo únicos a FMN fue el rol de Roddy Bottum aportando toneladas de riqueza y matices con los teclados empezando por esas ya clásicas intros de “RV”, “Everything's Ruined” y “Jizzlobber”, y la outro de esta última.

Ví a Faith No More el 12 de diciembre de 1992 en la sala Canciller y con L7 de teloneras nada menos. El “Angel Dust” entonces era ya para mí una colección de himnos. Presenciarlo en directo a mis 18 años fue una experiencia animal. En aquel entonces la imagen de nuestras bandas favoritas la construíamos a base de la fotografía fija de las revistas, que uno animaba en un stop-motion mental, salvo algún videoclip robado del “Headbangers Ball” o “Alternative Nation”, visto en casa de algún amigo con televisión por satélite. Por eso cuando por fin se producía el encuentro con la realidad, la situación adquiría dimensiones devastadoras. La experiencia tuvo en mí un gran impacto a nivel físico, emocional y mental. Pocas veces había visto hasta entonces una banda engrasada a ese nivel de intensidad, probablemente tan solo Fugazi”

Tim Smolens

Tim Smolens (Santa Cruz, California, EEUU) es bajista y compositor del combo multinacional High Castle Teleorkestra en el que comparte plantilla con miembros de Mr. Bungle, Estradasphere, Secret Chiefs 3, Farmers Market, etc. Smolens es un músico con una mente brillante, capaz de componer complejos entramados instrumentales combinando géneros de forma impensada. Mucho de esto se puede apreciar en sus bandas Estradasphere y High Castle Teleorkestra y también en su aporte a Secret Chiefs 3, banda liderada por Trey Spruance de Mr Bungle y ex Faith No More.

“Angel Dust” es fácilmente mi álbum favorito de Faith No More. Permítanme decir que me gustaba Mr. Bungle antes que FNM, así que para que un álbum de "rock duro" capte la atención de mis extraños gustos musicales, debe ser bastante ecléctico. Hay mucho que amar de este álbum. La escritura de la canción es genial. Mucha oscuridad, sección rítmica pesada y apretada, las partes de guitarra parecen demasiado simplistas pero lo que hacen es permitir que los otros elementos respiren en la mezcla.

Luego tenemos a Mike Patton. Permítanme ser 100% honesto aquí; si bien soy un gran fan de Mike Patton, no me considero un "fan-boy". Mr. Bungle es de LEJOS mi proyecto favorito de él (especialmente "Disco Volante"), disfruto un poco de "Mondo Cane" y por supuesto “ANGEL DUST”. No soy un gran admirador de ninguno de sus otros numerosos proyectos. Creo que “Angel Dust” tiene algunas de las mejores voces y letras que Mike haya hecho jamás. He leído entrevistas en las que Mike dice que no es un gran letrista, pero con canciones como “Land of Sunshine” o “Caffeine”, Mike logró escribir algunas de las letras más sólidas de su carrera. Son letras lo suficientemente abstractas como para permitir que el oyente saque varias conclusiones, al mismo tiempo son lo suficientemente concretas como para dejar en claro que hay algo muy oscuro en juego.

La forma en que va desde gritar hasta el easy listening (y todo lo demás) no ha sido lograda por ningún otro vocalista. Incluso el sarcasmo que emplea a menudo, que no siempre resiste bien la prueba del tiempo, nunca ha sido mejor que en canciones como “RV” y “Be Aggressive”. Ningún tema muestra mejor la brutalidad y el eclecticismo de este disco que “Malpractice”, que tiene un gran sample de cuerdas de Kronos Quartet en el medio.

No ha habido un álbum como este antes o después y, en mi opinión, es verdaderamente el pináculo de esta banda”

Hifiklub - Foto de  Alexandre Minard

Régis Laugier (Toulon, Francia) es bajista, vocalista y parte fundamental del trío de naturaleza colaborativa Hifiklub. Este hiperactivo grupo con forma de taller experimental tuvo, entre mas de 150 colaboraciones, la oportunidad de grabar "Things That Were Lost In The Fire" junto a Roddy Bottum, teclista y co-fundador de Faith No More.

“Angel Dust” se trata de constantes rebotes, de sucesivas posesiones durante las cuales cada músico se ofrece, en igual medida, a un precioso espacio de libertad. En un contexto “comercial”, todo parece posible aquí; todo está perfectamente asumido y brillantemente interpretado con la mayor convicción. Es esta ausencia de barreras la que constituye la brillante victoria de este disco que quedará para siempre en lo más alto del santuario de mi discoteca. Cada composición se destaca como el clásico de un nuevo género.

Las individualidades son fuertes, por supuesto, pero es el colectivo lo que se conserva aquí, como si fuera un equipo de rugby.
Me gusta la idea de haber sido influenciado por la capacidad de Faith No More de sumar, al completo, diferentes talentos dentro de un mismo grupo. El objetivo de sorprender siempre, aunque eso signifique contradecirnos dentro de un mismo track. Esto es lo que Hifiklub busca hacer a su manera y a su nivel: seguir sorprendiendo siempre colaborando con músicos y artistas visuales que a veces están muy distantes de un proyecto a otro. Finalmente, ¿quién podría haber imaginado que Hifiklub grabaría un “álbum de pop extraño y narrativa” con Roddy Bottum entre un álbum con el improvisador Eugène Chadbourne y un “proyecto de jazz abstracto contemporáneo” con Matt Cameron, Daffodil y Reuben Lewis? “Angel Dust” nos dice que todo es posible, si crees en ello.

Roddy Bottum y Hifiklub se conocieron por casualidad en la ciudad de Nueva York en 2014, ¡en una galería de arte! Hifiklub estaba trabajando en su álbum y película In Doubt, Shadow Him junto a Lee Ranaldo (Sonic Youth). Unos meses más tarde, la banda se reunió con Bottum para componer un sencillo para un proyecto en homenaje a la poetisa estadounidense Emily Dickinson. Esta primera colaboración musical nos inspiró a embarcarnos juntos en un proyecto más extenso: el álbum Things That Were Lost In The Fire, lanzado en 2020.

La primera y única vez que vi a FNM en vivo en Montpellier, fue para la gira "King For A Day". Rápidamente los conocí en la tienda de discos local antes del espectáculo, ¡todos estaban buscando algunos álbumes de Magma! No tuve la oportunidad de verlos durante la gira de “Angel Dust” , aunque tocaron en Niza, no muy lejos de donde vivo en Toulon”

Alex Marrero

Alex Marrero (Ciudad de México) es vocalista del grupo de salsa-funk de Austin, Texas, Brownout. También colaboró en Grupo Fantasma (junto a Adrián Quesada de Black Pumas), Gary Clark Junior, BoDeans, etc.

“Yo diría que hay entre cuatro y cinco discos que recuerdo vívidamente el momento que los compre. Es un número muy pequeño cuando considero la cantidad de música que he comprado en mi vida.

El verano de 1992 estaba visitando Austin, TX. desde mi hogar nativo de la Ciudad de México. Recuerdo entrar a Sound Warehouse (tienda que ya no existe) y ver el disco de inmediato. Estaba presentado en uno de esos paquetes de cartón largo que las disqueras habían inventado en la era inicial del disco compacto. El propósito era crear la ilusión de que la experiencia de comprar un cd sería la misma de comprar un acetato. No lo es. Aunque ambos formatos tienen su onda y siguen siendo mejores que la experiencia de ‘streaming’.

La portada me atrapó de inmediato. Era una cosa maravillosa, elegante, extraña, abstracta, sencilla y absolutamente bellísima. Hasta el nombre del disco estimula la imaginación. Ya era fan del grupo gracias a ‘The Real Thing’. Aunque no recuerdo la cronología al 100%, me parece que mi mente también ya había sido volada por el disco debut de Mr Bungle (ese disco es un tema para toda otra tésis). No me cabía la menor duda que este ‘nuevo’ disco de FNM sería uno de los discos que vendría a casa conmigo esa tarde. En esa visita salí de ahí con “The Art of Rebellion” de Suicidal Tendencies y  “Angel Dust”. Dos discos que escuche sin cesar todo el verano...y más.

Con “Angel Dust” no estaba preparado para lo que estaba a punto de escuchar. En verdad no sabia que esperar. Pero cualquier pequeña expectativa que mi mente de 15 años pudo haber tenido, se esfumó. Y me sumergí completamente en el inmenso, profundo y complejo mar que es esa obra sonora. Empiezan los gemidos de animales en jaulas que abren el disco y “Land of Sunshine” explota como una bomba. El tono thrash y agresivo de Jim Martin, el estilo rítmico, complejo y único de Mike Bordin, las melodías y texturas de los teclados de Roddy Bottum y el potente y destructor bajo de Billy Gould, me engancharon inmediatamente. Sin saberlo en ese momento, se convirtió en una experiencia que repetiría una y otra vez ¡durante los próximos 30 años!

Es una música completamente única. Es distinta, compleja, potente, agresiva, humorosa, trastornada y multidimensional que hasta el día de hoy sigue desenvolviendo su majestuosidad. Aún continúa revelando nuevos misterios. Su influencia es impresionante. Para mí, en términos musicales, “Angel Dust” es mucho más importante que “Nevermind” de Nirvana. Sin duda alguna. Podría ir tema por tema describiendo paso por paso tantas cosas que lo hacen simplemente original, profundo y un disco más allá de su época. Es pasado, presente y futuro. Y aún lo es. Utilizan de manera experta algunas de las herramientas integrales de la música: la dinámica y “tension and release”. Incorporan una mezcla de sonidos y arreglos complejos que hacen que las canciones te conmueven y siempre te hacen pensar. Para un adolescente introspectivo ésta música era una inspiración que hacía volar la mente con todo tipo de imágenes, pensamientos y perspectivas.
Era obvio en ese momento que ésta era una banda expandiendo su creatividad y haciendo todo lo posible por empujar sus propios límites. Tratar de romper completamente los estereotipos que creó el éxito de la canción “Epic”. La manera que el disco te acaricia como una suave pluma y de repente te entra a puñaladas, no cambia con los años.

El disco NO PARA: te agarra y no te suelta. Para cuando llegas a “Jizzlobber” y crees que ya no puedes más, cambian de velocidad. Cierran con broche de oro y te arrullan con la instrumental y totalmente inesperada: “Midnight Cowboy”. Termina el disco y has subido, bajado, descubierto, desenvuelto, desatado y reconstruido tu mundo. Y justo a tiempo te dieron ese suspiro. El último “release” que te deja respirar y empezar a digerir todo lo que sucedió durante esa hora.

La manera que Patton utiliza su voz –la manipula y hace todo lo posible por estrecharla para que suene como un instrumento que no es la voz-, es impresionante. Los arreglos vocales, melodías abstractas y exoticamente pegajosas, armonías inesperadas, y un fraseo músical 100% único. Obviamente, la influencia de Patton para cualquier cantante que ha sido fan por mucho tiempo es algo que no se puede escapar. Como tal, una gran lección que aprendí de “Angel Dust” , es la manera en que las palabras mismas no necesariamente son lo más importante. Es más, en muchísimos instantes uno piensa que se está diciendo una cosa y está diciendo algo completamente distinto. Para cualquier vocalista, el disco sirve como un “masterclass” de cómo explorar el espacio musical de una pieza de rock y remover clichés. En lo personal, me enseñó que crear sonidos con palabras puede ser igual de interesante o veces más que las letras mismas.

Musicalidad. Sonidos. Tonos. Texturas. Humor. Personajes. Individualidad. Creatividad. Carácter. Esos descriptivos se aplican a cada uno de los integrantes de la banda. Todos trajeron esos elementos a su propia manera (ya sea por bien o por mal) para hacer ese disco lo que es: una obra maestra de sonido, composición, expresión artística y musical”

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