Los guiños a la autora de Los Ángeles y El Mal Querer eran evidentes ya en su anterior álbum, Contrapunto, con dos canciones tituladas O Querer y Malquerenza. También en la puesta en escena cuidada durante sus conciertos (cuando los había) y en los videoclips explosivos. Pero no por previsible este paso adelante de las cantareiras es menos celebrado. Y no por transitado el camino de la mezcla del folklore con el trap y la electrónica el resultado desmerece. Eso sí: puristas, absténganse.
Midas empieza con palmas y las potentes voces de Sabela Maneiro, Aida Tarrío y Olaia Maneiro. Luego aparecen las panderetas, unas bases electrónicas y entonces... hace aparición el autotune. ¡Sacrilegio! ¡Si eso lo inventaron artistas que no sabían cantar para ocultar sus carencias! Ya, pero esa concepción ya es historia y, nos guste o no, los efectos de voz son mainstream hace mucho tiempo.
Lo importante aquí, si es que hay algo relevante al margen de los gustos, es que Tanxugueiras se han trabajado un sonido característico, una marca personal, que mima sus raíces y las adorna de modernidad. En Midas hay mucho de eso y del famoso “empoderamiento” al que ellas mismas aluden habitualmente. Ojo a la copla con la que proclaman '¡Ai home pequeno, esterco do meu corrale, que te poñen a vender inda non das un reale!'.
Anunciado como “un punto de inflexión” en su carrera, Midas es, según destacan Tanxugueiras, lo que en este momento querían hacer, “sin controversias y sin prejuicios”.
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