Charlamos con el director Manuel Martín Cuenca y Vetusta Morla sobre la B.S.O. de 'La Hija'
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Charlamos con el director Manuel Martín Cuenca y Vetusta Morla sobre la B.S.O. de 'La Hija'

María Alfonso Gallego — 29-09-2021
Fotografía — María Alfonso Gallego

El pasado lunes Vetusta Morla y el director de cine Manuel Martín Cuenca realizaron una rueda de prensa para presentar ‘La Hija’  largometraje que cuenta con el grupo madrileño como compositor de su banda sonora.

Tras finalizar el evento Mondo Sonoro tuvo  la oportunidad de hacer un aparte  con su director Manuel Martín Cuenca y también con Guille Galván, Álvaro B. Baglietto y David García ‘el Indio’, tres de los componentes de Vetusta Morla.  y descubrir más claves sobre el trabajo en el proceso de composición de la banda sonora y lo que ha supuesto la experiencia.

En primer lugar, me gustaría preguntaros ¿cómo fue el proceso de composición de la BSO?
Guille: Todo surge de una llamada de Manuel en la que nos propone, por intuición y fiarse de nuestra manera de trabajar las texturas sonoras de las canciones, que seríamos los músicos adecuados para hacer este trabajo. De primeras fue un doble reto. Primero debíamos ser capaces de trabajar una banda sonora siendo seis y estando en medio de una pandemia, ya que no nos podíamos ver ni juntarnos en el local. Y luego estaba el reto de que era la primera vez que lo hacíamos y no teníamos experiencia técnica. Pero bueno, nos resultó apasionante su propuesta en la que quería que la música saliera de la propia imagen, de las propias escenas y ambientes, y nos tiramos a la piscina.
David: Yo voy a añadir una cosa, que no se ha dicho en el coloquio, y es que unas de las cosas buenas que se ha hecho ha sido que desde el principio pudimos leer el guion, montar con él (Manuel Martín Cuenca), la visita al rodaje, las conversaciones con Manuel y todo el trabajo previo, el intercambio de ideas, por nuestra parte las primeras ideas musicales y por su parte los primeros montajes… Ese seguimiento y todo eso es lo que hace al final que esté todo tan unido y que la música forme parte de la película de una manera tan directa y, sobre todo, se ve muy bien la manera en la que están fundidas una con la otra en diferentes momentos, y por ello a veces no sabes qué es música, qué son efectos sonoros y cuál es el propio sonido del momento.

"El hecho de que nunca hayan hecho una banda sonora les otorga un plus, porque hay un atrevimiento que está muy bien". (Manuel Martín Cuenca) 

En ese momento en el que recibís la llamada de Manuel y os hace esa propuesta, ¿lo afrontasteis con cierto miedo por ser la primera vez?
Álvaro: miedo no, lo que sí que había era muchísima ilusión. Si acaso un pelín de vértigo por ser un reto tan grande que nos daba tanto respeto, pero nos tocó en un momento muy chulo para hacerlo, con tiempo de estar en casa, en el estudio casero, algunos teníamos ya un estudio ahí preparado a estrenar para la película, y yo creo que la palabra no es miedo, es ganas, ilusión… Por eso le echamos tanto tiempo, porque nos gustaba mucho, y eso fue gracias también al planteamiento de Manuel, que nos hizo sentir como parte del equipo de la película, desde el principio hasta el final.
Manuel: El proceso de integrarles es que es fundamental en un trabajo de búsqueda. Aquí se trataba de que se incorporaran al equipo y contribuyeran desde el principio, y hacer un feedback de investigación, leer el guion y sus versiones, venir al rodaje… Vieron el montaje sin acabar, uno de los primeros montajes, antes incluso de que yo les enseñara el montaje a mis coproductores. En ese feedback fue surgiendo la banda sonora. Son parte del equipo, igual que el equipo de sonido.

¿Y qué diríais que ha sido lo más complicado de ese proceso de creación y composición de la banda sonora?
Álvaro: Desde mi punto de vista, para mí había un reto muy importante, y es que tenga todo un sentido global, la película completa, el captar el concepto entero de la película, captar las estaciones, el lenguaje que quería trasladar Manuel… y yo creo que eso ha sido cuestión de mucho trabajo, de probar, etc.

Manuel ¿cómo fue trabajar con el grupo? ¿Cómo valoras esa experiencia?
Manuel: Del 1 al 10, un 10. Se ha juntado que son musicazos con la humildad que tienen solo los grandes de ponerse al servicio de la película… Yo me ponía con ellos, me enseñaban las cosas que iban haciendo… Nos hemos hecho hasta amigos, yo os considero ya amigos.
Álvaro: Has mencionado ‘lo que tienen los grandes’, pero yo creo que es ‘lo que tienen los que han trabajado tanto’, porque nosotros nos hemos acostumbrado mucho a tirar a la basura cosas que amamos porque no entran en el disco o no encajan en él. Lo bonito es llegar al final, ver la película y pensar: “¡Joder! Ha llegado al punto exacto que yo, desde mi punto de vista, firmo”. Honro todo lo que se ha caído en el camino. Después de verla en San Sebastián, he pensado ‘chapó’.
Guille: Somos un colectivo muy acostumbrado a tomar decisiones en equipo, y creo que, en el cine, de todas las artes, quizás por su dimensión, trabajar en equipo es un ejercicio principal. Nosotros siempre decimos que una de las decisiones más importantes cuando creas no es lo que haces, sino lo que descartas. El saber no apegarte a eso que descartas y a no verlo como un deshecho, sino algo que te ayuda a depurar y a llegar a la idea que quieres.
Manuel: Además, el hecho de que nunca hayan hecho una banda sonora les otorga un plus, porque hay un atrevimiento que está muy bien, que te permite enfrentarte de forma diferente. Ese trabajo de búsqueda e incertidumbre, de no sé si voy a ser capaz de hacerlo, a mí me parece el germen de la creatividad.

Ahora que la película ha pasado por el Festival Internacional de San Sebastián, ¿cómo ha sido su acogida?
Manuel: Estamos super contentos- Ha habido un boca a boca muy bueno, muy buenas críticas… Estábamos fuera de la competición, pero hemos salido de allí muy reforzados. Todavía nos queda un largo camino.
Álvaro: Aparte de las críticas, que han sido muy buenas, había una energía muy buena.
Manuel: En San Sebastián hay muchas expectativas con todas las películas españolas, se genera mucha energía, y nos llegó una muy buena que sentías sin buscarla.

Y dentro de vuestra carrera musical, ¿cómo definiríais esta experiencia?
Guille: Nosotros, aparte de ser una banda de rock, de sacar discos y hacer directos, durante todo este tiempo siempre hemos metido la patita en lo que se salía de eso, porque son enriquecedores, nos dan otro punto de vista sobre lo que hacemos y, sobre todo, porque nos ayudan a incorporar aprendizajes que luego llevamos a los discos. Esta banda sonora, aunque no tenga nada que ver con un trabajo de composición de canciones, sí que nace en esencia de ese fondo de nuestras canciones, de esas atmósferas y de esa manera de trabajar con sonidos.
Directamente ha tenido que ver con lo que hemos compuesto para ‘Cable a Tierra’. No son canciones iguales, no está concebido como un disco de ambiente, pero la manera de, sin prejuicios, desligarnos de ciertos instrumentos que para nosotros eran esenciales y saber que podíamos construir canciones, generar energías, ritmo y emoción con otros materiales, y seguir siendo claramente reconocible como una canción del grupo, es algo fundamental en un proyecto a largo plazo como el de Vetusta. Llevamos dos décadas haciendo esto y el hacer algo así es como abrir las ventanas de la casa para airearte y recoger experiencias también.

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