"En este disco hemos intentado ser mucho más críticos"
Entrevistas / Wesphere

"En este disco hemos intentado ser mucho más críticos"

Jaume Estalella — 09-09-2020
Fotografía — Archivo

Wesphere son el buque insignia de Amen Discos, el sello discográfico impulsado desde El Pumarejo de L’Hospitalet. Después del lanzamiento de su último larga duración, “No Brainer 0202” (Amen Discos, 20), ahora nos deleitan con su nuevo videoclip, “Side By Side”, dirigido por Roman Cadafalch.

Wesphere nacieron en 2011 como un grupo de colegas de instituto. Sin embargo, con el tiempo se han convertido en un verdadero supergrupo de la escena underground barcelonesa, debido al gran número de proyectos a los que sus miembros han militado. Hablamos con Borja Ruiz (productor de proyectos como Marina Herlop y Myoboku), Roman Daniel (conocido por su proyecto en solitario MANS O) y Max Grosse (frontman de Habla de Mi en Presente y conocido  también por su carrera actoral en proyectos como “Malnascuts” o el laureado filme “Suc de Síndria”). Lamentamos la ausencia del cuarto miembro de la formación, Juan Luis Batalla, conocido por el dueto post-rock Nerobambola y por su implicación en el proyecto de El Pumarejo. Wesphere estarán presentando su disco en el barcelonés BAM. Será el 24 de septiembre en el Edifici de la Model.

Para romper el hielo empezamos con una complicada: ¿Cuál es la mejor música?
(Roman) La mejor música es aquella psicoactiva y la más resonante con el oyente, yo diría. Psicoactiva en que cree nuevos patrones de conducta. Al ser activa sale de los patrones establecidos y abre puertas a otros nuevos. Sin embargo, como existe el gusto subjetivo, para lograr este efecto psicoactivo la música debe ser adecuada y resonante con el oyente, no? A nivel de sensibilidad.

Y en vuestro caso, ¿cómo buscáis esa resonancia con el oyente?
(Max) Hace un año le pillamos el gusto al adjetivo “sónico”. Nos gusta hablar de “la sónica”.

(Roman) O sea, el componente tímbrico, textural de la música. Este componente puede aportar una expresión paralela bastante gorda a la melodía, la armonía y la lírica que ya conocemos.

(Max) Cuando escuchas música en directo hay una sónica muy profunda porque resuena a través del mismo espacio físico. Pero, en las grabaciones, el sonido siempre está mediado por los altavoces y los aparatos electrónicos. Esto te obliga a buscar la sónica de otras formas.

(Roman) A nivel de historia musical, el primer referente bestia donde descubrimos este trabajo textural aplicado a instrumentos de banda fue con el dub. La idea era trabajar con tracks de bandas de reggae y procesarlas a tope para generar esta escucha sónica paralela. Nosotros utilizamos muchas de las herramientas propuestas por el dub para mezclar estos dos mundos: el mundo instrumental y el de las capacidades técnicas de producción. Con esto nos gusta mantener un balance entre algo emocionalmente consumible y algo intelectualmente estimulante. Excepto “Casitas” y “Connection”, los temas del disco tienen una lírica muy clara con un peso importante, y una relevancia de la guitarra que ayuda a traer la música a tierra.

“No Brainer 0202” es vuestro primer disco desde 2012. ¿Qué ha pasado en estos ocho años?
(Roman) Al final el disco es una recopilación de temas entre 2012 y 2020 (dos años bastante heavy a nivel mediático). Se ha ido realizando en encuentros anuales en el estudio de Borja en las montañas de Asturias. Para nosotros se nota mucho la evolución, como cada año veníamos todos con más bagaje mental y cosas que aportar en el estudio. Las primeras piezas son más inocentes.

(Borja) Antes, al grabar, cualquier cosa nos valía. En este disco hemos intentado ser mucho más críticos desde el primer momento, eligiendo bien las tomas de guitarra y trabajando melodías, voces…

(Max) Sí es verdad que el primer álbum de 2012 era muy fresco: las primeras cosas reunidas y tal… Pero era muy esquizofrénico. Este también es esquizo pero tiene un punto en que todo queda mucho más “tac” (haciendo un gesto de encajar con las manos).

(Borja Ruiz) "Antes, al grabar, cualquier cosa nos valía. En este disco hemos intentado ser mucho más críticos desde el primer momento, eligiendo bien las tomas de guitarra y trabajando melodías, voces…"

A pesar de su título, este disco que invita a la introspección, a viajar por nuestro mundo interior lejos del mundanal ruido.
(Max) Sí, es verdad. Es muy autoreferencial. Piensa que estos temas se han creado en las montañas, en períodos de “confinamiento” que todos dedicábamos exclusivamente a la creación. Esto mezclado en que en estos procesos hemos tenido bastantes experiencias psicodélicas con sustancias variadas ha llevado a este carácter de “viaje hacia adentro” del disco.

(Roman) Es poético, pero siempre hay un subtexto que intenta ser bastante punk, bastante plano. Es un equilibrio que sale de la naturaleza de Max al escribir. Sobre todo en la última fase (“Boss Emo”, “Casitas”, “Connection”) hemos explorado el campo de la ironía. Esta parte post-irónica que al final domina nuestros temas de conversación y que marca cómo nos comunicamos en este mundo post-verdad: con una seriedad interrumpida constantemente por la ironía. También puedes conseguir algo elegante y poético desde un humor intrépido.

“Casitas” y “Connection” son justamente los dos temas que más contrastan con el tono general del álbum, con su carácter más noise.
(Roman) “Casitas” está construido literalmente a partir del ruido de la guitarra de “Boss Emo”. Es un “silencio” de “Boss Emo”. Este silencio, normalmente despreciado, si lo amplificas mucho es electricidad súper sugerente. Para “Connection” sacamos una minúscula parte de “Casitas”, le aplicamos distorsión, amplificación, frequency shifting

(Max) El resto de canciones también están basadas en otro tipo de ruidos, producidos por los diferentes armatostes electrónicos de Borja. Buscamos un ruido sugerente y a partir de aquí con las melodías de guitarra de Jota y las letras y voces le damos forma de canción porque nos gustan las canciones.

Otro elemento que atraviesa “No Brainer 0202”, y que lo relaciona con la música de otros proyectos vuestros como Nerobambola o Mans O, es la polirritmia. ¿Cómo trabajáis y establecéis el concepto en estos juegos rítmicos?
(Borja) Por mi parte, ya desde que empecé a hacer música siempre me ha sido más fácil irme a la polirritmia que mantener un tema en cuatro por cuatro estricto (aunque se considere más fácil y mainstream). En este sentido nuestro uso de polirritmias nos viene de forma natural. Mans O y Jota también estaban muy metidos en esto. A mí de toda la vida, cuando hacía beats los raperos me criticaban por meter muchos tresillos en los hi hats. Ahora con el trap los tresillos están todo el rato.

(Borja Ruiz) "Cuando hacía beats los raperos me criticaban por meter muchos tresillos en los hi hats. Ahora con el trap los tresillos están todo el rato"

(Roman) Además, nos gusta siempre trabajar los temas a partir de un rompecabezas rítmico que nos resulte interesante: un tema, un meme, que sea sugerente rítmicamente, aunque no siempre sea técnicamente polimétrico. A un nivel más vivencial, las polirritmias son una manifestación armónica muy clara, conectada con los acordes. En un acorde, si miras las diferentes frecuencias a un nivel microscópico puedes ver que sus períodos tienen relaciones polirrítmicas también. Nos interesa juntar estos dos campos (armonía y ritmo) que la academia ha separado aún y estando muy relacionados.

(Max) Yo estoy petado de la cabeza y me costaría mucho contar cualquiera de las polirritmias del disco. Sin embargo, sentirla me resulta más fácil. Es algo que he aprendido del techno. Al final, lo más importante de cualquier secuencia rítmica es que parte del uno, de una única unidad de tiempo. Siempre vuelves al uno o cualquier punto de la secuencia puede ser un uno. Sobre esto, Juan Luis también tendría mucho que decir. Él sí controla esta polirritmia sesuda, la cuenta y la siente.

También me gustaría saber quiénes consideráis vuestros maestros en esto de la música.
(Borja) Para mí, a nivel de hacer música, nadie. La música que yo quería hacer con dieciséis años no la hacía nadie aquí en España. Fue por Internet y escuchando música con colegas. Sin embargo, a nivel técnico, mi padre Nono Ruiz (técnico de estudio de artistas como Joan Manuel Serrat o Montserrat Caballé) siempre ha sido una referencia. Siempre que le llevaba un tema nuevo que había producido me decía “esto es una puta mierda”, hasta que enseñé el primer álbum de Wesphere y me dijo “esto tiene sentido”. A partir de ahí, otros trabajos míos como el álbum de Marina Herlop le han gustado mucho. Siempre ha sido muy crítico y estoy contento de que aprecie mi trabajo. Fue la primera persona que me llevó a un estudio.

(Roman) En mi caso, a nivel de maestro físico, sobre todo ellos tres (los otros miembros de Wesphere). Quedará muy cliché, pero cuando empecé a producir, muy tímidamente, me junté con ellos y me dieron más razones para seguir trabajando por mi cuenta y poder estar a la altura. A nivel sonoro siempre digo que Borja es mi hermano mayor del sonido. A nivel de expresión, con Max siempre hemos compartido el hacer el loco con la voz, el cuerpo y el pensamiento. A nivel musical, Juan Luis lo tengo en un pedestal porque ha sido la persona con la que más me he podido entender. También hay que nombrar a toda la gente del Pumarejo, con los que me di cuenta que no necesitaba esforzarme para aprender el lenguaje técnico musical. Se pueden buscar otras formas de comunicarse entre músicos, más holísticas, no necesariamente tan “nerd” como el lenguaje armónico tradicional. Eso lo he aprendido con músicos como Dani López Pradas, que ahora saca su álbum “El que fan les coses quan no les mires”.

(Max) Yo por mi parte me acerqué a la música con Juan Luis en la adolescencia. Él iba con patillas y el rollo de la guitarra eléctrica y le molaba mucho Pink Floyd. Me acerqué desde los grandes grupos, los grandes ídolos, lo que han hecho en mí y toda la magia que despiertan. Así Juan Luis también fue mi primer maestro, mi primera puerta a la experiencia musical, también a la hora de formar Wesphere.

Para finalizar, me gustaría saber de qué forma encara la banda el último cuarto de este fatídico año 2020 y los que vendrán.
(Max) De momento, el lanzamiento de este disco ha sido un ritual muy bonito, aunque no lo hayamos podido presentar en el Sónar como estaba previsto… Ahora toca ir experimentando con nuevos formatos. Por suerte la música de Wesphere invita a la escucha sosegada que puedes hacer perfectamente sentado. En este sentido es muy adecuado para el tipo de conciertos que plantea la “nueva normalidad”. También, pase lo que pase, estamos en plan “No Brainer”. De lo que hay ganas es de hacer mucha música.

(Roman) Ahora también estaremos todos viviendo en el mismo edificio por primera vez. Nunca habíamos estado tan a mano. Podremos tener un flujo de creación diferente, al cual tenemos muchas ganas. El disco de temas anuales ya ha salido. El próximo disco será de proceso en cadena.

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