"Todos tenemos una relación con el jazz pero hay mucha gente que no lo sabe"
Entrevistas / Nin3S

"Todos tenemos una relación con el jazz pero hay mucha gente que no lo sabe"

Bruno Garca — 31-07-2022

Hablar con este excelente artista y persona –Manu García- es tan adictivo como ver bajo el agua bancos de medusas luminiscentes. Engancha y además siempre aporta cosas, es harto interesante. Digo yo que por alguna razón tiene una licenciatura en Teoría Musical y Piano, está graduado con summa cum laude en Arte de la Mezcla en el Berklee College of Music… y comparto absolutamente su pasión por la composición cinematográfica y orquestal. Su amor por el arte y la cultura en general.

Resulta que el antes conocido como Uner, ahora firma como NIN3S. Ahí no queda la cosa. También pasa que acaba de estrenarse con un largo –“Hopeyard”, Dorado Records- que está más rico que un pionono granaino. Aparcó a un lado tiempos pasados para desarrollar una renovación tan radical como entiendo que necesaria y natural. Brutalismo extrafino.

Me consta que a estas alturas llevas ya un puñado importante de entrevistas. Así que, permíteme por favor ser un poco más insubordinado que el resto de compañeros… ¿sí?
¡Vamos! Ya tenía ganas de un poco de atún (Risas).

Terapéuticamente hablando, ¿estamos con “Hopeyard” ante un ejercicio pleno de musicoterapia?¿Cómo de sencillo o complicado resulta que la creatividad active y luego pilote los mandos de tus emociones?
‘Hopeyard’ es, tal y como dices, un ejercicio de auto musicoterapia. Todo el proceso era la necesidad de reconectar de nuevo con mi yo interior, de limpiarme, calmarme y volver a vivir en el tiempo presente y sin prisa. El volver a preocuparme de mí (he pasado demasiado tiempo preocupándome por todo el mundo y poniéndome a mí mismo en un segundo plano). Ha sido un proceso de mucha conversación interna que me ha hecho de guía en todo el camino. Al principio me dio algo de miedo dejar que la nave la pilotase algo que solo eran sensaciones y venían de lo más profundo, pero al ponerme a escuchar me di cuenta de que no había nada más natural que dejar que fluya lo que tenga que fluir. Ahí nunca hay error, porque viene desde lo más profundo de ti.

¿Dónde dejamos el silencio? ¿Es una de tus herramientas esenciales para canalizar?
Siempre he dicho que el silencio es básico para mí. Me encanta estar en “silencio”, escuchando solo los sonidos que vienen de fuera. Pero aún hay otro silencio que es el interior y ahí es donde acudo. Siempre he acudido a ese silencio, pero en este proceso me di cuenta de que, de un modo u otro, siempre había un “noise” alrededor que influía en las decisiones finales y debía deshacerme de él. Aquí no lo ha habido. Todo esto viene de ese silencio profundo y a veces aterrador, pero revelador y necesario para el cambio y el avance, al que la mayoría del tiempo no le prestamos atención y es, desde ahí “abajo” de dónde vienen los sueños.

"Todo el proceso era la necesidad de reconectar de nuevo con mi yo interior, de limpiarme, calmarme y volver a vivir en el tiempo presente"

Parar para poder seguir “¿en qué lio me metí?” Igual me sacas de él contando…
Para poder seguir, para no saltar del coche en marcha y despellejarte, para no odiar todo, para disfrutar de la vida y de la música… No me metí en ningún lío, sino que pasé mucho tiempo atendiendo cosas que al final sí, llenaron una cuenta bancaria, pero me dejaron vacío. Personas que llenaron mi vida, pero de humo al final. Necesitaba “parar”. Pero fue una absoluta metáfora: lo único que hice es hacer creer que paraba, para poder aislarme y que las molestias desapareciesen (y desaparecieron rapidísimo, ya no había guestlist (Risas). Hay una frase de Charles Baudelaire que siempre ha estado en mi mente desde ese momento en que digo voy a “parar” (y vuelto a poner “parar” entre comillas): “El mejor truco que el diablo inventó, fue convencer al mundo de que no existía”. El ser humano tiene debilidades por naturaleza. Y lamentablemente también puede ser cruel. Si dejamos ver esas debilidades, muchas veces se aprovechan de ti. Así que nada mejor que hacer creer que ya no estás, para poder hacer lo que tienes que hacer sin molestias ni distracciones. Inicio y fin, fin e inicio. Y NIN3S es lo que sucede cuando realmente nunca te fuiste.

Que naciese Nin3s ¿Es justo la cura que necesitaba Uner? Si es así, ¿desde cuándo y por qué?
Uner no necesitaba nada. Siempre ha sido Manu y así sigo siendo. Uner fue un proceso, un camino y así lo sabían todos los que me rodeaban desde el principio. Uner tuvo un final desde su inicio. Y decidí que Uner ya había cumplido su propósito (y muy bien, más de lo nunca soñado) y era momento de llevarlo al fondo de la cueva para que tuviera su merecido descanso y pudiera seguir sonriendo desde allí. Y de ahí, darle paso a NIN3S (sería como un “levántate y anda”) Al final, todos somos nuestros propios creadores, ¿no? ¿Desde cuándo? Como te decía, desde el principio. Tenía unas metas, unas aspiraciones, unas ideas y siempre expuse encima de la mesa que este momento llegaría y llegó. Así que no hubo ninguna sorpresa. La mirada hacia “la cueva” empezó en 2014 y empecé a entrar en ella en 2015. Lo demás ya es historia.

Pianista clásico y músico de conservatorio, especialista en scoring y composición musical de cámara. Todo esto, y añado, enorme productor y DJ de sonidos electrónicos, son las semillas que fundamentan tu sobresaliente “Hopeyard”. De otro modo, ¿no es cosa del azar lo redondo y soberano que te ha quedado el disco?
Es fácil contestarte a eso: NIN3S, y en este caso ‘Hopeyard’, nunca podría haber sido de otro modo ya que aquí he recogido mi vida y lo que soy y así es y será a partir de ahora. Todo paso en mi vida, mis estudios, mi carrera anterior, lo bueno y lo no tan bueno. Todo ha moldeado este trabajo y el haber podido conectar con eso ha hecho que me sienta más en forma que nunca.

El sabor a free-jazz es otro de los puntos imprescindibles que percibir en este primer álbum ¿nos cuentas tu relación con el jazz?
Creo que todos tenemos una relación con el jazz pero hay mucha gente que no lo sabe. Todos vivimos nuestra vida con cierto grado de improvisación y de “dejarse llevar”, de caminar y ver hasta dónde podemos llegar, de marcarnos nuevos caminos cada día pero sin estar estrictamente ligados a unas directrices enmarcadas… Está claro entonces, ¿no? Quería que este disco tuviera eso y que mejor manera de expresarlo a nivel musical que darle esa importancia al jazz, a esa música en la que, quizás, puedes navegar más profundo que con muchas otras aunque para eso, necesitas saber navegar muy muy bien, no vale con tocar solo las “teclas negras”… Hace muchos años, en Lleida, había un bar llamado Smiling Jack. Allí se reunían amigos, músicos, amantes del ese sonido tocado en directo en aquella taberna. Había swing, bebop, free, blues, dixieland y por supuesto rock. Y podrías escuchar versiones de Miles Davis, Holiday, Chat Baker, o Louis Armstrong mezclado con trabajos de cosecha de los propios artistas.
Allí se me despertó esas ganas de conocer más sobre esa sonrisa improvisada y de ahí, conocer a buenísimos músicos ligados a ello. Nunca he sido un intérprete de alta precisión, pero si un enamorado de aprender y de arriesgarme y de ahí este trabajo.

Dos canciones del disco de las que necesito saber más sí o sí. Es muy sencillo, cuando las escucho, la sangre y las emociones se me revelan: “Darkness in the Backyard” y “Devil’s Hopyard”.
Si no me llegas a decir esto, creería que solo has escuchado el álbum por encima. “Darkness in the Backyard” es un viaje por lo más profundo de nuestros miedos, de nuestro subconsciente más atroz, el que nos hace muchas veces no atrevernos a algo pero que en el momento que decidimos enfrentarlo, hay un grandísimo brillo ahí detrás. De ahí toda la progresión armónica que te lleva por un terreno angosto y de incluso dolor y temor pero que en un momento determinado, después de ponerte los pelos de punta, desencadena con salidas mayores y un orden armónico totalmente liberador que incluso te ilusiona. “Devil’s Hopyard” es el paseo profundo con nuestro yo más hermoso. Una canción grabada de una sola toma, sin edición, con todo el sonido que había, absolutamente natural, tal y como somos realmente. Además, “Devil’s Hopyard” es el lugar donde fui a pasear por primera vez con la que ahora es mi mujer, la primera vez que vine a Colchester y ahí grabamos todos los sonidos ambientes. Es el inicio y el final, el nueve en todas partes, ese sitio donde te encuentras caminando con lo que te completa. Fue el primer track que grabé para el álbum y el mejor para cerrarlo. Principio y final de nuevo.

"Es posible que con las de piedras que me he encontrado por el camino, pudiera hacer una réplica de la catedral de Salamanca"

En la ‘fusión no siempre hallaremos confusión’ ¿qué me dices a esto que te acabo de soltar?
Que estás aún peor de lo que pensaba (Risas). Estoy absolutamente contigo y añado: de la fusión se ha creado todo en este mundo. Y nadie me puede decir que no vivimos en un sitio maravilloso, aunque haya bastantes gilipollas que quieran hacernos creer lo contrario. La confusión y el miedo es algo creado por nosotros. ¡Te diría incluso que el miedo es el marcador que indica que vas por buen camino! Así que, pobre del que se quede toda la vida dando vueltas en el mismo sitio sin experimentar, sin querer crecer o sin simplemente investigar con esa fusión. Aunque entiendo que para muchos, es mucho más cómodo pasarse la vida ganando billetes con un mismo loop… Pero eso sería para otra conversación.

Vivimos sin duda tiempos complicados. Quizás tú ya conocías que transcurrir por la vida está lleno de piedras… ¿por eso ibas con ventaja, y te has puesto en modo ‘arquitecto de caminos’ y has aprovechado esas propias vivencias para desarrollar un proyecto tan potente como hermoso?
Bueno, es posible que con las de piedras que me he encontrado por el camino, pudiera hacer una réplica de la catedral de Salamanca. ¡Pero no seré yo el que me queje!! Gracias a esas piedras estamos hoy aquí hablando. Lo único que he hecho es liberarme, soltar todo el lastre, todas las vivencias, dejar a un lado cualquier mala energía y simplemente ser, de nuevo y por fin, yo mismo. Sin miedo, sin prejuicios y realmente sin importarme nada más que poner mi alma en este proyecto y dedicar mi vida a la música. Aquí no hay booking fees, aquí no hay gigs de colegas por obligación, ni hay “acuérdate de la foto para las redes” o el “man, que crack”. Bullshit. Aquí hay música. Siempre he sido músico, aunque en algún momento intentaran hacerme creer que no. Así que no es una cuestión de poder, hermosura, o golpe en la mesa como alguien me ha dicho. Es solamente verdad y siempre es hermosa, aunque duela.

¿Qué cualidades como músico / compositor has potenciado en los momentos más complicados a nivel personal?
Creo que muchísimo arte viene del dolor y del miedo porque son dos sensaciones que nos hacen conectar con lo más profundo de nosotros mismos. Así que esos momentos son perfectos para reconocerse uno mismo. La única cualidad aquí es esa: el haber sido capaz de escucharme y dejarme expresar como quisiera. Ha sido la conversación entre el Manu de ahora y el Manolín de hace muchos años cuando alguien podía robarme la bicicleta el mismo día en el que mis padres me la regalaron (historia 100% verídica). Es decir: Inocencia.

Este es ‘solo’ un primer paso, pero el deseo por seguir creciendo no ha hecho más que empezar… ¿notas que aún con todo el saber que abarcas ya, has como rejuvenecido? ¿Hasta qué punto (si es así)? La palabra ‘aprendizaje’ ¿qué significa para Nin3s?
Pues fíjate que justamente te contesté en la pregunta anterior con esa historia de cuando era pequeño. Nunca debimos de dejar de ser niños. ¡Era la época en la que aprendías a todo! ¡Y que increíble era! Luego, nos acomodamos y creemos que lo sabemos todo… ¿qué engreídos no? Como te decía, he conseguido volver a sentirme aquel niño sentado al piano que, aun después de tantos años, no tiene ni idea de nada y solo tiene las ganas de aprender cada día. De ahí la importancia del número 9, de esa conexión con lo más grande y lo más pequeño, el último número antes de volver al 1, inicio y final, el saber y el no saber nada al mismo tiempo. Aprender es vivir, aprender es levantarte cada día con ganas de todo. Pero para eso, primero hay que tener claro que por mucho que creamos, en definitiva, no tenemos ni idea de nada.

A todo esto, qué tal te ha cambiado la vida con respecto a tu anterior día a día en Lleida, porque ahora ¿resides ya permanentemente en L.A., Connecticut o…?
Connecticut. Vengo de Lleida. No ha sido tanto cambio (Risas). Además, justo al cabo de poco tiempo vino Covid. Quizá podríamos escribir 10 tomos sobre ello (Más risas).

Para acabar, además de darte un abrazo gigantón virtual, me encantaría nombrases 3-5 discos (y sus artistas) de siempre, cualquier época, que bien podrían haber inspirado “Hopeyard”, aunque realmente no lo hayan hecho…
Yo también te mando un abrazo fuerte. Que, además, hacía mucho que no hablábamos. Bueno, como bien sabes, siempre he tenido varios artistas que me han servido de “guía”: Jean-Michel Jarre, Depeche Mode, Massive Attack, Mozart, Ludovico Einaudi y un tal UNER (Risas). Elegir un disco de cada uno se me hace difícil ya que siempre he sido muy seguidor de la discografía completa.

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