Superando el nirvana
Entrevistas / Eyes Adrift

Superando el nirvana

Marçal Lladó — 08-01-2003
Fotografía — Archivo

A Krist Novoselic las cosas no le han funcionado excesivamente bien que digamos durante los últimos años. Y es que lanzarse de cabeza a una aventura tan estratosférica como Sweet 75 hundiría la carrera de cualquiera, por muy ex Nirvana que fuese. Ahora, por suerte, ha hecho nuevos amigos y ha ganado –y mucho- con el cambio. “Eyes Adrift” (SpinArt/Discmedi, 02) lo demuestra.

Con la discografía de Nirvana va camino de hacerse lo mismo que con la de Hendrix. Como si del milagro de los peces y los panes se tratara, tres álbumes de estudio se han transformado ya en dos directos, un álbum de rarezas y una caja de singles. Faltaba sólo el obligado grandes éxitos recientemente publicado y el inevitable baúl con remozado material de deshecho ya en proyecto. Entre tanta necrofilia, los dos miembros del grupo que sobrevivieron a Cobain tratan de huir del encasillamiento, de esa inevitable calificación que les ha convertido en “ex Nirvana” de por vida. Mientras Dave Grohl salió airoso del asunto muy pronto gracias a los discos de Foo Fighters, el croata Krist Novoselic, por el contrario, lo ha tenido un poco más difícil.

Quizás se deba a su condición de bajista y a los peculiares derroteros que ha tomado su carrera, como ese inclasificable proyecto que Sweet 75, a caballo entre el rock´n´roll y las tradiciones latinas que aportaba su partenaire, Yva Las Vegas, hoy alejada de su vida. Tras dedicarle un lustro al proyecto, ambos llegaron a “un punto de disfunción emocional y de dependencia química”, como explica el propio Novoselic. Desde Washington, al otro lado del teléfono, nos introduce a su nuevo proyecto, Eyes Adrift, con el que vuelve al formato de rock´n´roll más básico, acompañado por dos colegas ilustres: Curt Kirkwood, conocido por poner su voz y su guitarra en Meat Puppets, y Bud Caugh, antiguo batería de los malogrados Sublime. Ante semejante plantel de glorias de los noventa, nos asalta una obvia duda: ¿se trata de un proyecto temporal o una banda estable de ánimos duraderos? “Nada de proyecto paralelo, esta es una banda en toda regla. Nos lo estamos pasando tan bien en los conciertos que es imposible verlo de otra forma. Además, estamos excitadísimos con el disco”. Un álbum titulado como la misma banda y publicado por SpinArt, que deja traslucir la excitación de los tres músicos, que coincidieron casi por casualidad. “Curt estaba dando algunos conciertos acústicos a lo largo de los Estados Unidos, él, su guitarra y su coche. Fui a verle a Seattle y nos pusimos a hablar de los viejos tiempos. Hablamos de música y de la posibilidad de hacer algo juntos, así que decidimos irnos a Austin, en Texas, para escapar de la lluvia de Seattle. Al día siguiente llamó Bud y le invitamos a tocar la batería con nosotros”. Tras la lluvia de colaboraciones (Peter Buck, Herp Albert) que hubo en el disco de Sweet 75, en esta ocasión Novoselic y sus compinches han estado más solos en el estudio que la una. El disco se basa casi exclusivamente en sus tres instrumentos. “Antes de Eyes Adrift todos habíamos tocado en tríos y los tres juntos le damos suficiente potencia, no necesitamos a nadie más. Todos amamos el rock´n´roll que, aunque suene clásico, es una guitarra, un bajo y una batería”. Como la fórmula lleva tiempo contrastada, solamente le añaden la oportuna trompeta de “Sleight Of Hand” y unos toques de sinte en Pyramids. Lo justo. ¿Y las canciones? “La mayoría las ha escrito Curt, pero algunas las compusimos todos juntos en el estudio”. El alma de Meat Puppets lleva la voz cantante, pero cede el micro a Novoselic en tres de las piezas. Una de ellas, “Inquiring Minds”, tiene un estribillo repetitivo y estremecedor, un lamento dedicado a una tal Jean Benet. “Era una niña que fue asesinada. La prensa hizo muchísimo ruido con aquel caso, pero nunca se ha encontrado al culpable”. También canta en “Pasted”, una sinfonía de quince minutos grabada en plan jam. Aunque le cedan el micro al bajista, el sonido de la banda está en manos de Kirkwood. Podría ser una obra más de los Puppets, algo que a Novoselic no parece molestarle demasiado: “Lo considero un piropo. Si sumas la potencia de la banda a la voz de Curt, no es extraño que recordemos a Meat Puppets, aunque no seguimos necesariamente su línea. Cada uno trae sus conocimientos y su sensibilidad”. El resultado, una amalgama de sonidos puramente americanos que abarcan desde el neo-folk al rockabilly. Tras grabar el disco y lanzarse de gira por América, Eyes Adrift están ansiosos por traer su directo a Europa. “Estamos negociándolo, pero todavía no hay ninguna fecha cerrada”. Mientras, Novoselic sigue dedicando el tiempo libre a su faceta política. Es el impulsor de JAMPAC, una especie de ONG que lucha contra la censura musical en el estado de Washington. Por el momento, ya han conseguido que en los conciertos se permita la entrada a los menores de veintiún años, vedados hasta hace poco.

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