“La respuesta del público en el primer concierto fue lo que nos dio confianza en el proyecto”
Entrevistas / Su Ta Gar

“La respuesta del público en el primer concierto fue lo que nos dio confianza en el proyecto”

Urko Ansa — 08-05-2018
Fotografía — Tom Hagen

Eibar. Viernes por la tarde. Espero a Aitor Gorosabel (voz, guitarra solista, compositor y líder de Su Ta Gar) frente al Coliseo. Por una vez he llegado puntual, y justo cuando me pregunto dónde andará, aparece al volante de la furgoneta del grupo y me invita a subir. Tras un paseo por el centro de Eibar, a donde ha vuelto a vivir después de unos años en Ermua, subimos ladera arriba y me indica que esta vez la entrevista se hará en su local de ensayo. Las típicas cuestas Eibarresas se inclinan más y más hasta llegar al lugar, que ahora mismo no sabría situar en el mapa.

Es la cuarta vez que entrevisto a Aitor. Quiero ir al grano para poder hacerle cuantas más preguntas mejor. Pulso el REC, pero hay movimiento: Acaba de entrar Xabi Bastida (guitarra rítmica), único miembro original –junto a Aitor- que sigue en la brecha. Discuten sobre unos aparatos eléctricos que acaba de comprar Xabi. Me limito a observar con curiosidad, siempre sin interrumpir, ya que al día siguiente tienen concierto en la Sala Doka de Donostia. Xabi tiene para rato, así que decidimos hacer la entrevista en la furgoneta. Más tarde aparecerá por allí el poderoso batería Galder Arrillaga, que también anda preparando el material. A todos amenazo con hacerles una entrevista individual de solo 60 preguntas y Galder al principio se lo cree. Quizás algún día…

En la entrevista que sigue hablamos largo y tendido sobre su último disco en directo y el anterior en estudio que lo posibilitó. Aitor nos desgrana los entresijos del artista heavy y algunos contratiempos que han ocurrido en los últimos 2 años. Hay algunos saltos espacio/temporales que ayudan a comprender mejor todo el proceso que ha vivido el grupo desde 2016 hasta aquí. Todo eso y mucho más, en las líneas siguientes. ¡Que no te lo cuenten!

Vuestro nuevo trabajo (“Antzokietan”, CD-DVD en directo) viene del anterior disco en estudio “Maitasunari pasioa”. En este directo hay varios temas de ese disco y también un montón de clásicos en formato acústico y también, por supuesto, en el set eléctrico. ¿Cómo se os ocurrió sacar un disco de este tipo, de baladas, medios tiempos, pianos y baladas heavies?
Por una parte, alguna vez que hemos ido Xabi y yo a algún acto solidario a tocar tres o cuatro canciones en acústico, los técnicos nos habían sugerido la posibilidad de hacer algo así en un futuro, y señalaban la belleza en ese formato de piezas como “Zain, zure zain”, “Bere hitzen faltan” o “Zure albotik urrun banago”.

Acaso también “Zure argia”.
Quizás alguna vez sí, pero sobre todo hemos hecho aquellas tres. Por otra parte, algunos amigos nos habían indicado que tenían hechas sus propias recopilaciones de baladas o canciones lentas nuestras. Así que dijimos que algún día tendríamos que hacer algo parecido, una compilación, y así haríamos algo distinto y después podríamos tocarlas en directo. En cambio, lo cierto es que todo el mundo ha hecho eso, tocar sus temas cañeros en acústico, así que descartamos la idea. Sabíamos que no haríamos una versión de “Jo Ta Ke” en acústico, que se puede hacer, y lo he hecho alguna vez, pero no queríamos ir por ahí. La idea evolucionó y decidimos hacer “Maitasunari pasioa”, un disco distinto con temas lentos y/o cañeros. Al principio tuvimos algunas dudas porque era un cambio en nuestro sonido y no sabíamos cómo le daríamos forma, ya que no es nuestro estilo habitual. Luego estuvo lo de la operación, me quitaron unos pólipos de la garganta…

Aquello fue cuando te disponías a grabar las voces, ¿verdad?
Eso es. Me habían encontrado el quiste en noviembre o diciembre de 2015. Mi intención era hacer lo mismo que en 2003: cantar antes de la operación. Pero no pudo ser porque tenía una infección. Así que me operaron y pensé en grabar las voces en verano, cuando empezara a hacer conciertos, pero luego ocurrió lo del dedo… Fue dar dos conciertos y cortarme el dedo.

¿Qué pasó?
Fue abriendo una brida con un cuchillo, un paquete con un regalo para mi hijo. Y me corté más de medio tendón. Fue en marzo, y este disco (““Maitasunari pasioa”, 2016) en principio lo queríamos sacar para primavera y para marzo estaba todo grabado, menos las voces. Pero ahí hubo ese parón forzado, desde marzo hasta verano. Empecé a cantar el 1 de julio, di dos conciertos y el día 18 me corté el dedo y tuvimos que suspender 4 conciertos.

Os vi en noviembre de 2016 en el Kafe Antzokia de Bilbo, con Aitor Losada a la guitarra.
Ese fue el penúltimo concierto que dimos con él. El último fue en Iparralde.

Ahí te encontraste ante una nueva situación: actuar sin guitarra. Es un reto para un guitarrista salir sin ella al escenario, pero te las arreglaste bien. Se te veía bastante cómodo y relajado. ¿Cómo te sentiste?
Para mí fue un gran reto. Fíjate en lo rápido que fue todo: el 18 de julio me corté el dedo pero no sabía la magnitud real de la lesión, aunque era evidente que era importante. Tuvieron que operarme. Un cirujano plástico me ató el tendón mediante microcirugía y luego me puso una férula. Estuve 15 días con escayola. Al quitármela, ya que no sabía cómo tendría la mano, fue cuando realmente me di cuenta de que no podía tocar. Así que llame a Xabi para decirle que necesitábamos a un guitarrista hasta fin de año, ya que si no perderíamos los conciertos y ya habíamos perdido algunos. Estábamos a principios de agosto y el día 4 teníamos concierto.

Y encontrasteis al guitarrista. Lo teníais muy, muy cerca…
Sí, le dije: Esa persona es Aitor Losada, el cual acababa de empezar de roadie con nosotros… Fue un gran reto también para él, puesto que, aunque es guitarrista, solo llevaba de roadie de Su Ta Gar dos conciertos. Le llamé: “Aitor, tengo que comentarte algo…”. Él es guitarrista del grupo Esfera, y es muy bueno, pero claro, solo disponía de 20 días para aprenderse más de 20 canciones. Estaba de vacaciones, pero se vino y desde los primeros ensayos ya se hacía perfectamente las rítmicas. Lo de los solos es muy difícil, pero empezamos con las partes que son muy melódicas.

En alguna canción le hacías tú el punteo.
Yo le hacía el tapping en “Jo Ta Ke”. Eso se me ocurrió a mí, por dar espectáculo, pero él también era capaz de hacerlo. Así que Aitor Losada se aprendió el repertorio en 22 días e hicimos el concierto de Txosnas de Laudio habiendo ensayado 15 días y, claro, para mí fue un gran desafío salir solo con el micrófono, ya que tienes interiorizada la música y el ritmo de la voz mientras tocas la guitarra, y de repente tienes que aprenderte las canciones de otra manera.

Cogías el micro de esta manera, y luego levantabas el puño al aire.
Sí, era un micro sin cable y cogía el pie de micro. Me dije: “Voy a entrar en el papel de Bruce Dickinson”. Jaja.

Gracias a eso pudimos ver a Su Ta Gar en ese formato, y sabía que nunca más… bueno, eso espero… Jeje.
(Risas) Espero. 2016 fue un año muy duro, y bueno, todavía… Bueno, la garganta se puede decir que está recuperada, pero el dedo aún está en proceso. Me han quedado secuelas. Debería poder hacer este movimiento con la falange, para hacer punteos, cosas rápidas. Necesito flexionarlo mucho para apoyarlo, y me cuesta. Estas cosas suelen ser muy largas, pero espero olvidar esto algún día y acostumbrarme a ello. Pero al haberme cortado el nervio perdí sensibilidad, sensibilidad que voy recobrando pero nunca lo haré del todo.

¿Aitor Losada sigue con vosotros?
No, ya lo dejó. Le llegó la oferta de tocar con Governors.

Pero estuvo en toda la gira por teatros, ¿verdad?
Sí, él primero empezó de roadie. Tuvimos suerte, porque es buen guitarrista y también es bueno haciendo coros. Aunque en los conciertos no hacía falta, ya que allí estaba Igor Díez (bajista). Aitor es de Ermua. Un buen tipo, lo conocí cuando vivía allí. Yo les comenté a mis compañeros de grupo que necesitábamos algún ayudante, ya que todos los viernes andábamos como hoy: ir a por la furgoneta de alquiler a Durango, Ermua o Elgoibar, venir, cargar… Y Xabi y yo nos decíamos: Algún día nos haremos daño. Recoger todo el equipo después de los conciertos, terminar en el local a las tantas… y entonces, vamos a coger a alguien, porque ya los tuvimos en su momento, con experiencias desiguales, no negativas pero… Entonces, ese trabajo desgasta mucho y cogimos a Aitor como ayudante en los directos. Luego ocurrió lo del dedo y él pasó a tocar la guitarra. A mí me dolía mucho al tocar y había que sacarlo adelante.

Ahora estás mejor, ¿verdad? Hiciste rehabilitación…
Sí, pero esto va muy lento. Hice la rehabilitación pero este movimiento no lo puedo hacer. No tengo problema para la vida cotidiana, pero sí a la hora de tocar. Pero bueno, dentro de lo malo, esto ha salido adelante. Sufrí un poco durante muchos conciertos, pero desde fuera no se notaba.

Así que, con la idea inicial de grabar algo acústico, al final llegásteis a “Maitasunari pasioa”, un trabajo de medios tiempos, de baladas y baladas heavies, especialmente “Bazoaz” y “Nor naizen jakin”, dos auténticas power ballad. La temática más común en este formato es el amor, de ahí el nombre “Maitasunari pasioa” (nota: “Pasión por el amor”). La portada es una carta, de amor por supuesto, aunque hay distintos tipos de amor, distintas situaciones y sentimientos…
Eso es, abordamos distintas maneras de amar. Amor a la gente que has perdido (familia, amigos), a la pareja que has perdido, amor por los padres… Hay otra, “Amesten dugun mundua”, dedicada a los emigrantes. “Sumendia sutan” es quizás más libre, más lujuriosa y no tan romántica. Hay un poco de todo. También está el amor por Euskal Herria en “Erresistentziara kondenatuak”.

“Eguna argitzean”, con la introducción de un piano muy rítmico y tu suave voz, es encantadora aún en su simpleza. En muchos momentos has ido a por esa simpleza, ¿no?
No lo sé, puede que inconscientemente, pero luego hay temas en los que subo el tono como “Erresistentziara kondenatuak”, la parte central de “Bazoaz” etc.

“Bazoaz” es una balada heavy en toda regla. En “Ezer pasiorik gabe” también te desatas.
Sí, esa es también para mí una balada heavy. Al componerla al piano me salió con esa tonalidad.

¿Cuándo aprendiste a tocar el piano?
De niño. En casa teníamos un viejo piano, mi padre lo tocaba, y mi hermano Mikel (“Norton”, líder de E.H. Sukarra) y yo empezamos a jugar con él y luego estudiamos en el conservatorio. Mi hermana llegó hasta el final, Mikel llegó a cuarto o quinto curso y yo al segundo o tercero. Pero lo tocábamos para disfrutar, no nos centrábamos en la música clásica. Hacíamos los bajos con la izquierda y la melodía con la derecha, pero no hemos tenido una formación seria.

Pero en “Haika mutil” ya tocaste el piano, ¿verdad?
Sí, soy yo el que toca.

¿Y después?
En la introducción del disco “Hortzak estuturik” (nota: “Ekaitza eta barealdia”) hay una introducción de piano, y desde entonces no había vuelto a tocarlo. Lo dejé, pero fue por circunstancias de la vida. Como ya no vivía en casa de mis padres, no tenía el instrumento a mano. He tenido algún pequeño teclado pero no era un piano, y lo dejé a un lado. Luego me compré un teclado, pero lo mejor es tenerlo en casa. Si es pequeño lo tienes a mano, y debe de estarlo para poder tocarla en cualquier momento. No fue así. Ya casado, yo vivía en una casa pequeña en Ermua pero no tenía el teclado a mano.

Esas nuevas canciones de “Maitasunari pasioa”, ¿están todas compuestas a la guitarra o hay alguna hecha con el piano?
“Eguna argitzean” la hice con el piano, también “Erresistentziara kondenatuak”. La segunda versión de este tema, la que cierra el disco, es en realidad la versión original. Después hice la versión eléctrica.

¿Para ese disco empezaste a ensayar de manera especial con el piano?
Sí, empecé otra vez con el instrumento.

Y para los directos la preparación habrá sido aún mayor, ¿no?
Claro, pero todavía me dolía el dedo, y además, en estudio utilicé un teclado pero en los directos tenía que hacerlo con un piano, y en cada teatro había uno diferente. Tenía miedo a tener que tocar cada vez con un piano que no conocía.

Fueron 14 conciertos en total. ¿Os gustaría hacer más?
Tal vez sí. Al principio costó un poco. Inicialmente no sabíamos cómo presentar el proyecto y se nos ocurrió que, al ser un disco relajado, la calle no sería el mejor lugar para hacerlo.

Ese disco necesita salas que ofrezcan un buen sonido.
Sí, y dijimos: ¿Y si lo hacemos en teatros? Además, es un disco distinto, la actuación también, y la gente estará en un modo distinto: no estará de pie tomándose un trago, sino sentada, como en el cine. Empezamos a tocar puertas y algún teatro de los grandes se mostró desconfiado, pero hubo otro par que entraron en seguida, en cuanto les presentamos el proyecto y el disco. Luego fue todo un efecto dominó. Por supuesto, Eibar y Ermua entraron en seguida.

Os vi en Iruñea (Pamplona) en el Teatro Gayarre. Fue vuestro concierto número 1.000, y para mí, el número 30, la trigésima vez que os veía. También os vi en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz y vi en ambos un público respetuoso y algo silencioso en la parte inicial, pero que se veía que disfrutaba. Luego vino la explosión con “Zure aurrean makurtzen naiz”, el decimoquinto tema, cuando dais un paso adelante y viene la explosión eléctrica. El público se puso en pie tanto en Iruñea como en Gasteiz.
Sí, la propia canción (“Zure aurrean makurtzen naiz”) tiene esa estructura. La primera hora u hora y 5 minutos era tranquila, con sus subidas y bajadas, pero tranquila en general, y había una secuencia muy conmovedora con “Eskutitza”, “Zuloaren zuloan”, “Zure albotik urrun banago”, temas que nunca tocamos, y claro, luego con “Gautxoriak” empezábamos a coger fuerza hasta la explosión de “Zure aurrean makurtzen naiz”. Después de eso “Gautxoria” quedaba súper bien.

En cuanto al set list, tanto el de Iruñea como el de Gasteiz, según mis apuntes, coincidían plenamente con el CD. 24 temas, en el mismo orden.
Sí, es tal cual. Respecto al DVD, puede que la gente estuviera un poco vergonzosa por la presencia de cámaras, con el añadido de que el concierto fuera en un teatro. Así que al principio les costó. En esos dos shows que me comentas, o en Eibar y Andoain, la gente se levantó de los asientos en el punto que hemos señalado antes.

En los teatros, fue a ti y a Galder Arrillaga (batería) a quién os noté más cómodos en la primera hora. Galder, detrás de la mampara, desprendía un brillo especial. Y la batería sonaba como un cañón.
Sí, sí, estaba gozando.

Xabi Bastida (guitarra) e Igor Díez (bajo) empezaron a estar cómodos en el set eléctrico.
La verdad es que, al ser ése nuestro terreno, fue en el set eléctrico donde todos estuvimos más cómodos. No estamos habituados a tocar en directo temas como “Zoramena”, y si de repente te meten “Gautxoria”, te entra la caña en el cuerpo, y nos sentimos más cómodos que con “Zure albotik urrun banago”. Yo sentía mucha tensión con la acústica, por la posición y el dolor por mi lesión, pero al tratarse de la guitarra no suponía demasiado. En cambio, con el teclado sí que notaba mucha tensión. Quizás no tanto con “Eguna argitzean”, pero en el solo de “Bowiek, denborari” lo pasé mal, no estoy acostumbrado a hacer un solo con el teclado, y cuando lo grabé en el estudio en marzo, hay una parte en la que improvisé, y no sabía muy bien qué había hecho exactamente. Intenté hacer lo mismo.

Ese solo es enorme, y luego se convierte en un solo de guitarra. Para mí es vuestra mejor canción. Y el final de “Ezer pasiorik gabe” se sale, ¡es puro Stadium Rock!
(Risas) Sí, “Bowiek, denborari” es una pieza preciosa. La idea de hacerla con teclado vino en el último ensayo antes de entrar en el estudio, mientras estaba jugando con el instrumento. De eso trata la música: de jugar. En cuanto a “Ezer pasiorik gabe”, la parte final tiene esa intención, no te esperas ese final al escuchar el tema.

Las fotos del disco en directo, ¿son de Donostia también?
No, la mayoría son de Bilbao, y algunas de Eibar. Los CD’s y el DVD son de Donostia, e imagen y sonido son lo mismo aunque a la hora de editarlos cambien un poco.

¿Qué es lo que vendrá a partir de ahora? Las posibilidades son muchas, y veo que habéis abierto nuevos caminos, ya que una cosa es grabar una o dos baladas (heavies o no) por disco, y otra tener la capacidad de grabar un disco así y luego llevarla a los teatros. ¿El siguiente será un disco de Metal?
Ese es nuestro objetivo: hacer un disco de Metal como en toda nuestra trayectoria. Claro que seguramente habrá baladas o canciones lentas, pero nuestra intención (aunque nunca sabes dónde y cómo terminará un tema) es hacer un disco de Metal.

Quería hablarte de David Bowie y Michael Jackson. “Bowiek, denborari” es 100 % Bowie de la época más espacial (“Space Oddity”, “Ziggy Stardust” etc.).
La letra es de Borxa Arrillaga (batería de la formación original, accidentado en los 90).

Se nota que le gusta Bowie, esa letra sólo la puede escribir un fan. Luego, al ponerle música, la has convertido en algo mágico.
A mí también me encanta Bowie. Su último disco lo grabó una semana antes de morir. En el vídeo aparece él en el hospital, enfermo. Él sabía que iba a morir, y murió a la semana de publicar el disco. Siguió luchando hasta el último momento contra la enfermedad, pero lo sacó adelante aún estando enfermo. Eso es la ostia. Creo que Borxa se inspiraría en eso y que lo llevaría a su terreno.

En el tema “Beti tente eta tinko” del disco “Ametsak pilatzen” (2011) mencionas a Michael Jackson. Ahí te muestras bastante indignado por cómo los medios de comunicación jugaron el papel de jueces con él (Nota: aquí hablamos también de la biografía de J. Randy Taraborrelli)
Sí, lo que quería expresar ahí era que, aún siendo verdad o mentira, le acusaron de pederasta. Él era el diablo y luego, al morir, parecía que era un santo. Le criticaron y acosaron, y eso pasa mucho en la vida. Hay gente experta en propagar rumores, quizás por envidia.

Por último, ¿Cómo os sentisteis en los teatros? Oscuridad, el público sentado y callado… ¿Cómo afronta eso un grupo de Heavy Metal?
En general, ha habido conciertos en los que me he sentido especialmente cómodo y en otras no tanto por el dedo, por el tempo de algunos temas o por los nervios, pero sobre todo por el dedo. De todos modos, la clave fue el primer concierto, en el Auditorio Bastero (Andoain, Gipuzkoa). Antes de comenzar no sabíamos cómo iba a salir. Lógicamente estás aún muy verde, sin coger el ritmo, y ante una situación nueva. Con la intro de teclado sentía mucha tensión y era empezar a tocar “Zoramena” y sentirme súper raro. Yo me decía: “Buah, ahora se terminará la canción, habrá un silencio y a lo sumo aplaudirá uno y venga, al siguiente tema”. Pero fue terminar y de repente un griterío y unos aplausos ensordecedores, la gente súper contenta. Fue increíble y nos lo empezamos a creer. Inicialmente estaban las dudas de si gustaría el disco “Maitasunari pasioa”, pero luego te lo crees, por ejemplo con “Sumendia sutan”, “Nor naizen jakin” o “Bazoaz” y empiezas a disfrutar la escucha y a creer en el proyecto. Pero luego, a la hora de llevarlo a los teatros cambia tu escenario habitual y te sientes raro en ese registro. Sin embargo, esa explosión del público al terminar el primer tema del primer concierto fue lo que nos dio confianza en nosotros mismos, y al terminar el show, todo el público de pie… El de Bastero fue el primero y uno de los mejores.

Ahí te tranquilizaste.
Sí, y la gente en las redes sociales nos felicitaba. “Lo de ayer fue la ostia” etc. Para el público era algo nuevo, y aunque les gustara mucho el disco estaría la duda de “¿qué tal se lo harán en directo?”. Pero ha habido gente que nos ha dicho que le ha gustado más este formato que el otro (Risas).

Próximas fechas de conciertos:

Sábado 12 de mayo, BEASAIN (Gipuzkoa) Plaza Bideluze [Loinatz Jaiak] 23:00
00:30 –entrada libre–

Sábado 2 de junio, TUTERA (Nafarroa) Peña Beterri

Sábado 9 de junio, JUNEDA (Lleida) Kalikenyo Rock

Viernes 29 de junio, MUSKIZ (Bizkaia) San Juan

Viernes 6 de julio, AMOROTO (Bizkaia) Frontón

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