Soweto pop
Entrevistas / Vampire Weekend

Soweto pop

Joan Cabot — 06-02-2008
Fotografía — Archivo

Vampire Weekend eran una sensación sin siquiera haber publicado su primer álbum. Ficharon por XL Recordings después de editar su primer single. Vampire Weekend son frescos, nuevos, simples y enrevesados a partes iguales. Cuatro tipos que se conocieron en la universidad de Columbia y que querían hacer pop del bueno. Precisamente lo que hacen, y acaban de editar “Vampire Weekend” (XL/Popstock!).

Lo primero que me sorprendió de Vampire Weekend es la manera tan cool que tiene Ezra Konig de decir “Louis Vuitton” en “Cape Cod Kwassa Kwassa”. Bueno, no, mentira. Lo primero fue el ritmo, la canción, la cadencia afro, el frescor pop de su música. Pero comparado con el castizo “Luis Vuitón” de por aquí, Konig parece un resabidillo afeminado. Claro que eso no se lo comento a Chris Tomson, batería del grupo, cuando hablo con él por teléfono. “Nos conocimos en la Universidad de Columbia, en Nueva York, como se suele conocer a la gente en estos sitios. Coincides en conciertos, fiestas, clase de música...”, explica Tomson sobre el origen de la banda desde algún lugar de París.

"Mi madre tenía ’Graceland’, si no recuerdo mal. Creo que la idea es similar aunque en nuestro caso va en otra dirección"

Ezra Konig, Rostam Batmanglij, Chris Baio y Tomson son cuatro sanos jóvenes americanos, con estudios y ciertos conocimientos musicales. La clásica historia de ¿por-qué-no-montamos-un-grupo? con un final feliz, teniendo en cuenta la atención que, aún cuando no tenían más un Ep publicado, han recibido. “Todos habíamos tocado en otras bandas, aunque nada serio. Yo cursé estudios superiores de música y Chris, nuestro bajista, estudió piano de niño”. Aunque la música de Vampire Weekend es cualquier cosa menos el fruto del virtuosismo. Es fresca e inmediata, es en apariencia simple aunque en el fondo no lo es tanto. Es pop, tiznado con ritmos africanistas y algo reggae, arreglos imaginativos y sorprendentes, desmenuzado hasta la misma esencia para luego volverlo a montar. Algo tan contagioso como puedan imaginar, y de allí el revuelo que se ha armado alrededor del grupo, lo que hace pensar en si se han sentido presionados a la hora de dar forma a su disco de debut.

"En Nueva York están pasando muchas cosas, incluso demasiadas"

“Diez de las canciones estaban ya grabadas”, explica Tomson. “Las hemos ido grabando nosotros mismos, incluso antes de que ningún sello se interesara, en diferentes apartamentos y sótanos. Editamos un Ep y a partir de allí la gente empezó a hablar de nosotros. Lo que teníamos no era un disco completo listo para editar, pero se le acercaba bastante”. Vampire Weekend han acertado aprovechando la naturalidad de sus primeras grabaciones: ese sonido simple y vitalista que hacía de su primer Ep algo irresistible. “Cuando hablamos con XL y decidimos sacar el álbum, lo podríamos haber regrabado todo por completo, pero preferimos no hacerlo. Hay dos canciones nuevas e hicimos algún cambio aquí o allí, pero queríamos conservar el sonido de las primeras grabaciones. Las diez primeras canciones y cómo nos salieron era justo lo que queríamos, así que no vimos ninguna razón para entrar en un estudio de nuevo”. Y no la había.

Lo que más sorprende de vuestra música es la combinación de elementos del pop occidental con ritmos africanos de una forma muy intuitiva. ¿Hasta qué punto el afro-pop ha sido una influencia?
Por supuesto es una música que todos hemos oído y que nos gusta, aunque creo que nosotros hemos tratado esta influencia de una manera diferente a la de otras bandas. No ha sido de una forma específica. No nos hemos apuntado a clases para aprender a tocar highlife ni nada de eso. Creo que nos ha influenciado más el espíritu de esa música, la manera que tienen de tocar ellos los mismos instrumentos que tenemos en occidente de una manera totalmente diferente.

Una de las referencias constantes cuando se habla de vuestra música es el Paul Simon de “Graceland”, que tiene un punto bastante hortera.
Sí, es cierto que es algo hortera. Mi madre tenía ese disco, si no recuerdo mal. Creo que la idea es similar aunque en nuestro caso va en otra dirección...

¿Cómo componéis las canciones? Da la sensación de que habéis compuesto un tema de forma clásica y luego lo habéis descompuesto para volver a reconstruirlo a vuestra manera, con mucho énfasis en la sección rítmica.
La mayoría de las canciones las hacemos entre todos en el local. En los primeros ensayos sí teníamos un par de canciones ya hechas que arreglar y mejorar entre todos, pero desde entonces ha sido todo mucho más una cuestión de colaboración entre todos los miembros. Alguien viene con un par de acordes y entonces nos sentamos todos y vamos construyendo la canción desde allí. Y es cierto que la batería y el bajo tienen mucha más importancia en este disco de la habitual. Rostam y yo le hemos dado muchas vueltas a los temas para intentar huir de los ritmos típicos y buscar arreglos diferentes. Y eso que no soy un batería especialmente virtuoso, así que muchas veces no sé técnicamente qué estoy haciendo, pero me gusta.

Vampire Weekend no son los únicos que han devuelto el afro-pop y, en general, la música africana a la música occidental contemporánea. Sin salir de Nueva York encontramos a bandas como TV On The Radio o Yeasayer, aunque en su caso esas influencias toman una dirección totalmente diferente. Vampire Weekend hacen pop, pop clásico en muchos sentidos, decorando los rincones con nuevos –o no tan nuevos- enfoques. Una sensibilidad también ejemplarizada por las letras de Ezra Koenig, siempre con un toque de humor algo surrealista. Universitarios, vamos. Lo suficientemente leídos para cagarse en la coma de Oxford (uno de los recursos más pijos de lengua de Shakespeare) o pronunciar Louis Vuitton como si les hubieran metido un croissant por el culo. Lo mejor de su música es que es ligera, inmediata, pero a la vez convexa. Si a la primera escucha resulta irresistible, pensándolo un poco muchos de los giros, ritmos, arreglos y detalles tienen bastante de descabellado. Pero a la vez suenan desnudos, económicos. “No está sobreproducido, desde luego”, comenta Chris. Acostumbrados últimamente a escuchar propuestas maximalistas y épicas a más no poder, toparse con Vampire Weekend es lo más parecido a la dieta del pomelo. “No creo que seamos una reacción a nada. Si lo somos, es a la música que escuchábamos hace cinco años o así. Entonces había un sonido muy definido, muchas bandas que sonaban de forma muy parecida. Desde el principio teníamos claro que queríamos hacer algo diferente”.

También he leído por ahí comparaciones con Ra Ra Riot y con Dirty Projectors, pero me temo que eso se debe más a que los tenéis de los primeros en vuestra lista de contactos del Myspace que a otra cosa...
Bueno, con Dirty Projectors nos une el hecho de haber estado de gira juntos. A Dave (Longstreth) le gusta combinar muchos elementos diferentes, arreglos de cuerda... Pero sí nos ha inspirado. Hacemos cosas diferentes, utilizamos diferentes elementos, pero sí que nos sentimos muy cercanos a ellos.

Sé que Nueva York es una ciudad en la que siempre pasan cosas, pero parece que ahora mismo esté viviendo un momento especialmente efervescente, con una escena muy activa.
Nueva York es muy diversa, así que no creo que se pueda hablar de una escena, excepto cuando hablas de cosas como la escena punk de los setenta. Ahora mismo hay tanta gente y pasan tantas cosas a la vez que es muy difícil hablar en esos términos. Pero sí, en Nueva York están pasando muchas cosas, incluso demasiadas. Cualquier noche puedes ver treinta bandas interesantes. Especialmente en Brooklyn hay un ambiente especialmente creativo.

¿Os ha sorprendido la reacción hacia vuestra música?
Cuando grabamos estas canciones, las grabamos para nosotros mismos, no tanto pensando en un álbum. Nos encantó y pensamos que estaban muy bien, pero la reacción de la gente fue algo muy sorprendente..

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