Simpaticotes

APOLLO 440. La cama de la habitación que ocupa Noko (guitarra) está deshecha. Él, sin embargo, está pletórico. No sólo habla cuando el turno le interpela; interrumpe cuando quiere hablar más; parece interesarse por la entrevista. Algo inaudito si hablamos de una –moderadamente popular- estrella del rock británico. Al otro lado de la puerta –una vez más la suite es lo suficientemente grande- está Mary Mary, el nuevo MC del grupo, también enrollado, pero sin imposturas. Más o menos como «Getting High On Your Own Supply», su nuevo disco, ha resultado ser un trabajo de espíritu gamberro y sin ínfulas académicas. «Se trata de eso, somos amigos y nos lo pasamos bien con esto. De acuerdo que el éxito de nuestro anterior trabajo ha servido para que nos relajemos y trabajemos más a gusto, pero nos lo pasamos realmente bien con la música». Noko se refiere a «Electro Glide In Blue» (97), una colección de canciones de mitad de tabla que les aupó a lo más alto de las listas gracias al remake de «Ain’t Talk ’Bout Love», del primer disco de Van Halen. No había mucho más, la verdad. Probablemente por eso su debut «Millenium Fever» (95), no se comió un colín. Ahora todo es bien distinto y «Getting High…» sorprende por su matizada variedad –himnos cerveceros («Stop The Rock»), homenajes a los primeros Beastie Boys («Stadium Parking Lot»), dub analógico convenientemente rebajado («The Machine In The Ghost») e incluso boutades dignas del último Moby («Heart Go Boom»). Pero sin duda «Lost In Space», tema central de la película homónima, es el que les va a hacer ganar más billetes. «Fue un encargo del director y la hicimos expresamente para la película. Nos dijo que quería la misma música original de la serie pero con más ruido, con explosiones, caos y griterío. Nos gustó la idea porque somos fans de todas esas series de televisión». Así pues podemos concluir que los dos temas que más fama les han reportado no les pertenecen. Supongo que será cuestión de suerte, porque despuntar en una escena como la suya, que ha alumbrado a artistas de la talla de Goldie, Tricky, Chemical Brothers o Leftfield, no es nada fácil. Pero ahí les tienen, analizando la situación con relajo y desparpajo. «La mejor música de baile es británica. Grupos de principios de los noventa, gente como Prodigy, Underworld, Portishead… incluso Faithless son muy buenos. Todos estos grupos son los responsables de que la música de baile esté ahora mismo donde está». Al hilo de la contestación le sugiero que Underworld, Goldie o Chemical Brothers también han hecho malos discos. «¿No te gusta el último de Chemical Brothers?… ¿Prefieres el primero?… bueno, la pena de los Chemical es que no hacen directo, aunque muchas veces la culpa es vuestra o incluso del grupo por creerse lo que dicen los medios». A lo mejor por eso su primer álbum pasó tan desapercibido. «Da igual… somos mejores ahora… en aquella época no se nos conocía… somos mejores ahora». ¿Lo ven?, sólo se salvan por simpáticos.