"En el arte, es estimulante encontrar espacios comunes"
Entrevistas / Rocío Márquez

"En el arte, es estimulante encontrar espacios comunes"

Toni Castarnado — 30-01-2018
Fotografía — Archivo

Rocío Marquez no deja de ser noticia. A la publicación del revolucionario “Firmamento” (Viavox/Universal, 17), va sumando colaboraciones de otro tipo. Si se asoció a Fahmi Alqhai para establecer puentes culturales para el espectáculo “Diálogos de viejos y nuevos sones”, ahora se alinean los astros para una colaboración con el CCCB en Barcelona. La exposición “Después del fin del mundo” y el concepto propio de “La costilla de Rocío” abren una puerta a la aventura, a la reflexión. Con la obra pictórica de Manuel León como telón de fondo y con la participación también de Los Voluble, el evento se llevará a cabo el próximo 14 de febrero. Por ese motivo charlamos con Márquez, al tiempo que repasamos con ella su pasado y futuro o charlamos sobre flamenco y feminismo.

Veo que vas encadenando proyectos. Para empezar, ¿podrías comentarme cómo surge esta aventura?
A mí es que me gusta estar siempre enredada, y últimamente me está llamando mucho esto de jugar más con el concepto. Plantear propuestas a través del escenario y no venir ya con la propuesta hecha. Esta idea surgió porque me la planteó Manuel León para una exposición que él hacía sobre “La costilla de Santa Clara” en Sevilla. E hicimos un concierto-acción y, como funcionó bien, nos quedamos con ganas de más. Nos encantó la experiencia y ahora nos ha surgido la oportunidad de hacer algo similar en el CCCB. Y nada, con muchas ganitas.

Algo bastante inaudito, ¿no?
Lo que queremos es desarrollar a través del contexto sin que haya un repertorio fijo, con una propuesta musical independientemente del lugar en el que se esté haciendo, que sea la exposición o el lugar lo que desarrolla la acción musical.

En un principio, ¿qué fue lo que atrajo del proyecto?
Lo que más me llama de esto es la conexión que hay que tener con el presente y con el lugar. Conectarte con la gente que hay allí, con el espacio y con la exposición que haya. Me parece que tiene un punto de realismo interesante.

Viendo de lo que trata la exposición (nos advierte acerca del presente, pero sobre todo nos prepara para el futuro; nos hace imaginar cómo será la segunda mitad del siglo XX, cómo estará el planeta), cuesta imaginarse cómo será nuestro entorno en unos años: las calles, la tecnología, incluso las personas, la relación con la naturaleza...
A mí ese es un tema que me atrae muchísimo, es un pilar fundamental. La naturaleza es como el centro de todo y a partir de ahí se desarrolla todo lo demás.

Sólo hay que fijarse en el cambio climático, la forma en la que lo altera todo...
Es que, con todos los mensajes que nos lanza el planeta, parece que no nos queramos enterar. Es lo que más me sorprende.

Entonces, ¿este proyecto te lo planteas como una necesidad, como un reto, como una posibilidad de experimentar...?
Es una posibilidad para acercarme a un tema que me interesa muchísimo, y crear en función de eso. Sin ninguna expectativa, simplemente abordándolo. Y te permite cambiar de una visión artística a otra, con respecto a un mismo tema, y encontrarnos ahí.

Es que al final, en el arte, todo va ligado.
En el arte es estimulante encontrar espacios comunes en los que te ves reflejado desde distintas disciplinas.

Lo que más aprecio de propuestas así es que, de otra manera, nunca hubiese llegado a conocer esta exposición u otras similares, y así saber a qué temas responde.
Pues te lo agradezco, así coge más sentido lo que estoy haciendo. En mi caso, son temas que tengo muy presentes en mi día a día, sobre todo con lo relacionado con la naturaleza. En mi último trabajo ya daba algunas señales, con por ejemplo la canción “Son flúor tus ojos”. Para mí, seguir en esta línea con temas que son relevantes, me reafirma en lo que hago. De alguna manera, todos debemos tomar una mayor toma de conciencia. [...] En el fondo parte todo de lo mismo, cuidar del entorno y de nosotros mismos. Sin darnos cuenta, nos hemos ido alejando de lo natural en vez de acercarnos. Hemos ido construyendo casi de una manera paralela a un sitio que nos lleva a una línea muy destructiva. Y eso influye a nivel de salud, al planeta y su ecología. Y eso está presente en lo que hagamos.

En el proyecto también participan Los Voluble, ¿Cómo llegas hasta ellos? ¿Quizás a través de Niño de Elche?
La primera vez que trabajé con ellos fue en una Bienal de flamenco en Sevilla. Y como ellos viven aquí… claro, ahí estaba también Paco (Niño de Elche) y Raúl Cantizano con el que coincido aquí otra vez. A este grupo se ha unido Manuel León, que es un artista al que admiro mucho. Es una suerte rodearte de gente de la que aprendes. Con sus propuestas te hacen redescubrirte. Y acercar a otra gente desde la música, en mi caso el flamenco, te ayuda a conectar de una manera un poco más especial. Te va abriendo puertas y te posibilita una visión nueva.

Te permite aprender, pero sin perder tu propia perspectiva. Hay músicos que a veces se pierden...
Para mí lo fundamental es que haya coherencia. En tu discurso, en lo que haces… No es fácil, pero los artistas lo buscamos. Con más aciertos o menos, pero siempre con un sentido en la línea que sigues. Tener un punto central de tierra de uno mismo.

Como en el proyecto que vimos en el Connexions junto a Fahmi Alqhai en el que confluían dos mundos diferentes y los hacíais compatibles.
Se trata de buscar los puntos de unión sin renegar de lo que tú sientes, intentar que destaquen los puntos comunes ante cualquier disciplina, que a menudo son muchos más de los que imaginamos.

Al final, como todo en la vida, lo importante es el equilibrio. En tu caso, está claro que lo estás consiguiendo.
¡Gracias! Bueno, por lo menos se intenta.

En la información sobre el evento en el CCCB, pude leer una frase de Mckenzie Work que me llamó la atención: “Esta civilización se ha acabado, y todo el mundo lo sabe”. ¿Qué piensas sobre esto?
Pues mira, estoy bastante de acuerdo. Porque al final, se estira tanto la goma que se acaba rompiendo. Y estamos cerca de que pase eso, de hecho hay muchas manifestaciones al respecto. Eso sí, no soy para nada destructiva, sólo que hay que ver cómo se recompone la civilización, cómo renace. No nos queda otra.

Cambiando de tema, ¿estarás muy contenta con la repercusión de tu último disco, no? Ahora, te guste o no el flamenco, todo el mundo sabe quién es Rocío Márquez.
Estoy contenta, sobre todo porque ha venido todo de una manera muy orgánica. No ha sido provocado, claro que te metes en un estudio, claro que planteas el tema, pero como ha sido todo tan natural… Hicimos un concierto y como nos sentimos muy bien con la formación, lo desarrollamos. Y hablamos con Pedro y las ideas nos cuadraban todas. Fue muy rodado. Me alegra, pero es verdad que no me obsesiona. Por ejemplo, aunque creo que va a llegar a menos personas, voy a hacer igualmente lo que tengo ahora mismo en mi cabeza. Tenemos que aceptarnos con nuestras necesidades. Ahora está todo demasiado preestablecido, fijado antes de tiempo.

Te quería preguntar también, como sé que estás muy metida en temas de feminismo, ¿qué te parece toda esta corriente que se ha generado en los últimos meses?
Pues mira, si te soy sincera… esto igual te va a parecer un poco retorcido, pero mi sensación es que los que mandan, por decirlo de alguna manera, se han dado cuenta de que es un tema que va a estar en el candelero durante un tiempo. Ha cogido fuerza o, mejor dicho, hemos cogido fuerza, y esto va a seguir estando. Entonces, los que mandan piensan, ¿cómo lo podemos hacer para llevárnoslo a nuestro terreno? Y eso es lo que yo siento ahora, que hay un montón de discursos alrededor que no tienen nada que ver. A mí me parece que todo lo que sea reflexionar a partir de la igualdad y el feminismo está bien, pero otras cosas no tanto. Así que hay que estar atentos, porque nos están metiendo un golazo. Jamás voy a cuestionar el sentimiento de ninguna compañera o su manera de expresarlo, porque todas valen. Yo lo cuestiono más a un nivel sistémico. Ha pasado lo mismo con el asunto de los refugiados, siempre hay alguien que se aprovecha. Y al final, en esto, te construyen un nuevo modelo de lo que debe ser la nueva mujer feminista, y nos lo comemos con patatas.

Incluso se llega a banalizar un poco, ¿no?
Es que se repite siempre lo mismo y pierde sentido. Y la gente que estamos en la lucha pierde fuerza y se cuestiona algo que nunca debe suceder. Se han apropiado del concepto y lo han convertido en otra cosa. Se habla mucho del poder de la mujer, de la estética femenina, cuando justamente queremos salir de eso.

Para finalizar te quería preguntar sobre este debate que hay abierto sobre la autenticidad o no de compañeros y compañeras y tuyas en el flamenco de hoy.
A mí me resulta el tema de siempre… qué le vamos a hacer. Lo que creo es que por lo menos es interesante que algo así genere tanta opinión. Ahora lo que tenemos que hacer es preguntarnos por qué pasa, por qué se hace tanto ruido. Yo lo veo como algo positivo.

De ese modo, se pueden sacar conclusiones.
Seguí el hilo de una de las polémicas que se han suscitado y con algunas me llevé las manos a la cabeza y hubo otras que, por otro lado, me hacían pensar. Si uno está receptivo, de cualquier cosa se pueden sacar conclusiones, tengas una opinión u otra sobre ese tema.

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