"Tenemos esa gran cualidad de querernos, admirarnos y respetarnos"
Entrevistas / Riders Of The Canyon

"Tenemos esa gran cualidad de querernos, admirarnos y respetarnos"

Toni Castarnado — 24-06-2023
Fotografía — David Giménez

Riders Of The Canyon o cuando la suma de los factores altera el producto. Joana Serrat, Matthew McDaid, Victor Partido y Roger Usart juntos solamente podían crear un equipo ganador. Y “Riders Of The Canyon” (Great Canyon, 23) nos lo deja claro.

La idea de crear Riders Of The Canyon empezó a coger forma en 2017. Se cumplía el primer aniversario de la discográfica Great Canyon, y ya por aquel entonces, David Giménez soñaba con juntar a Joana Serrat y a Victor Partido en un mismo proyecto. Más tarde se sumaron a la ecuación Matthew McDaid y Roger Usart. Todos ellos son músicos contrastados que han llamado la atención con sus trabajos individuales en discos de folk-rock muy bien recibidos por la crítica especializada. De alguna manera, se estaba armando un súper grupo que ahora tiene como fruto su esperado disco de debut. Como consecuencia a los constantes viajes de Joana Serrat para tocar en el cualquier lugar en el extranjero y grabar sus discos en Estados Unidos, su agenda de contactos ha crecido, Tanto es así, que muchos de ellos han accedido a participar en el disco y con ello la calidad de sus grabaciones ha ganado todavía más enteros. El listado es de los que quitan el hipo: John Morgan Askew (Sera Cahoone, The Delines) y, como dice Joana, los chicos de Denton (Joey McClellan, Mckenzie Smith, Jesse Chandler). “La verdad es que me siento muy afortunada de la riqueza humana y profesional que ha traído consigo mi carrera artística. Creo que este nexo que nos unía, de recíproca admiración, de respeto por todas las partes y, sin lugar a dudas, que las canciones y el proyecto les gustaran lo suficiente como para implicarse, ha facilitado que quisieran formar parte de este disco”, comenta Joana Serrat.

El inicio del disco con “Master Of My Lonely Time” tiene el sello indiscutible de cada uno de ellos, con ese muro de guitarras y esas melodías tan reconocibles. “Yo la hubiera colocado la segunda, pero David quería el pepino empezando el disco, a lo ‘Smells Like Teen Spirit’, y no dejar títere con cabeza. Está claro que debía ser el primer single”, dice Víctor Partido. “La verdad es que tanto Joey como Mckenzie me tienen las medidas bien tomadas [risas]. La canción la compuse a piano y tenía un tempo lento y muy melancólico. Matthew me sugirió que la llevásemos al terreno The War On Drugs y me pareció una idea genial. Así se lo comuniqué a McClellan y a Smith y el resultado me encantó. En cuanto toda la banda lo escuchó fue unánime la respuesta de que tenía que ser el primer single.... Me pareció bien. En cuanto al tracklist, David puede ser muy persuasivo así que, ni me paré a discutirlo”, corrobora Joana Serrat. Aunque la figura más visible es la Serrat, el grupo parte de un concepto muy democrático. Lo demuestra un disco en el que cada canción es un mundo. “Para mí era importante, y aún lo es, no cargar con el peso del grupo y no acaparar demasiado protagonismo vocal. No se trata de que todo quede matemáticamente repartido, pero sí de que no haya duda sobre el hecho de que somos una banda, no otro proyecto individual de Joana Serrat. A la hora de componer, cada uno lleva sus ideas y hace la propuesta. Hemos coincidido en el enfoque artístico y eso es importante. No ha habido ninguna fricción. Creo, además, que tenemos esa gran cualidad de querernos, admirarnos y respetarnos. Lo ves en el estudio y en los ensayos. Cómo nos hablamos, la forma en la que damos nuestras opiniones. Es un lujo poder compartir este proyecto con estos musicazos. Les admiro mucho y aprendo mucho de ellos. Además, que es siempre un festival del humor, no hay un solo momento aburrido entre nosotros”, apunta Joana.

El espíritu de The Traveling Wilburys sobrevuela “Sunrising”, un guiño a su educación musical. “No es premeditado, evidentemente, pero realmente las guitarras de Joey y el tratamiento de producción te remontan a ese rock de 1988. Mi primer disco en vinilo fue ese, por lo que siento un cariño y un respeto muy profundo hacia este álbum. David lo vio –y le dio– un enfoque más Ryan Adams & The Cardinals”.xtiene una patina de country-folk setentero, una faceta que también les sienta muy bien. “Fue una época en la cual estaba descubriendo a fondo el mundo de los cantautores de los setenta como Townes Van Zandt, Guy Clark o Steve Earle. Está claro que un poco de esta energía roots se filtró en mi inspiración. En su esencia habla de aprovechar las oportunidades que te da la vida y confiar en el curso natural del río que es esta”, matiza Matthew McDaid. Mientras, “Sorrow Song” es un bonito canto de sirena, un dulce susurro ideal para despedir el álbum. “En mi opinión es un colofón ideal para cerrar el disco. Es una canción que tiene algo místico e hipnótico, y a mí me gustan mucho los discos que terminan con piezas más pausadas y evocativas, como si al final te diesen una bocanada de aire, para que lo termines relajado y en paz. Ron Sexsmith utiliza mucho este recurso en sus discos y es algo que me encanta”, confirma Roger Usart. En unas cuantas canciones la letra la firma David Giménez, él es el quinto miembro a la sombra. “David es el alma tras el proyecto. Es una apuesta personal y empresarial suya, y por esa misma razón, amor eterno hacia él. No es un secreto que David, además, es un gran letrista. Y tiene ideas de melodías realmente buenas. Además, sabe ver el potencial incluso cuando alguno de nosotros o todos no lo sabemos ver. Por lo que trabajar con él es un must”, afirma Víctor.

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