“Somos inquietos y nos gusta seguir descubriendo cosas nuevas”
Entrevistas / Power Burkas

“Somos inquietos y nos gusta seguir descubriendo cosas nuevas”

Oriol Cervera Rodríguez — 08-08-2021
Fotografía — Ingrid Ferrer

Power Burkas llevan años siendo uno de los grupos más irreverentes y alocados de la escena catalana, aunque madurando paso a paso, manteniendo siempre su energía y espontaneidad. Su nuevo trabajo, “Naïf, potser” (B-Core, 21), vuelve a demostrarlo una vez más.

Vuestro estilo es algo que os ha marcado desde los inicios, y nunca os habéis salido de allí. ¿Por qué decidisteis ser un grupo de, digamos “rock” y no de otro estilo?
(Marcel) Los gustos en general…
(Aleix) Sí, los gustos fueron lo principal…
(Martí) Y bueno, los gustos que teníamos a los dieciocho años, claro… Que a lo mejor si empezáramos ahora de nuevo, quizás haríamos otra cosa distinta, pero este ha sido el camino que hemos escogido.
(Marcel) También hay que decir que lo que hacemos ahora difiere un poco de lo que hacíamos en un inicio. Quizás sí que es lo mismo, pero diría que algo más sofisticado, para darle un adjetivo.
(Martí):Bueno, sí… al principio decíamos que hacíamos punk…
(Marcel) Sí… En nuestros inicios dijimos de hacer algo más punk y hardcore…
(Martí) Y ahora ya no sabemos ni qué hacemos (risas).
(Aleix) Después de ese Primavera Sound en el que vinieron un montón de grupos hardcore, nos dijimos “vamos a hacer un grupo de este estilo”. Pero no tiene nada que ver con lo que hacemos ahora.
(Martí) Además queríamos tocar con los grupos que estaban de moda en ese momento, como Mujeres o Aliment.
(Marcel) Al final influye más el querer hacer música. Es decir, en un inicio te dejas llevar un poco por lo que te gusta, pero al final vas creando tu propia cosa. Al mismo tiempo te desmarcas un poco de lo que seguías al principio, o acabas sonando a grupos que ni te habías planteado. Por ejemplo, en el disco anterior, noté que teníamos influencia escondida de Meat Puppets.
(Aleix) O The Presidents Of The United States Of America, que era un grupo que no conocíamos hasta que Jordi B-Core nos lo dijo. Me puse a escucharlos y dije: “Buah, es verdad”. Coincidencias de la vida.

Como cuando te das cuenta de que, sin querer, estás copiando una melodía o algo de una canción que habías escuchado anteriormente.
(Martí) Claro, son cosas que pueden pasar. Casi nunca se tiene una idea que sea cien por cien original.
(Marcel) Seguimos escuchando mucha música. Somos inquietos y nos gusta seguir descubriendo bandas nuevas, y eso es un motor para crear cosas nuevas. Aunque siempre acabas sonando un poco a lo que llevas dentro y a lo que has hecho siempre. Lo importante es que hemos encontrado nuestra personalidad a nivel musical, y estamos cómodos haciendo nuestras canciones. A la hora de cantar y componer también tenemos un filtro de “esto es Burkas y esto otro no”.
(Aleix) Al fin y al cabo, hacemos cosas de estilos muy distintos que nos gustan a todos… Por ejemplo, en “Autorentat” hemos puesto unas trompetas, saxo y trombón, algo que a priori no tiene nada que ver con nuestro estilo. Pero pensamos “aquí molarían unos arreglos de vientos”. Power Burkas tenemos esa libertad de hacer un poco lo que nos da la gana.

"Siempre acabas sonando un poco a lo que llevas dentro y a lo que has hecho siempre"

Vamos, que no tenéis ningún tipo de presión que os obligue a componer de cierta manera.
(Aleix) Eso mismo, podemos hacer lo que queramos musicalmente…
(Martí) También es verdad que, a veces, esta libertad genera cosas incoherentes. A veces hay gente que nos pregunta: “¿Esto qué es? ¿Qué habéis hecho aquí?”... Pero esto forma parte de nuestra gracia y nuestra manera de hacer.
(Marcel) Somos curiosos a nivel de oreja, pero limitados a nivel de manos (risas).

¿Por qué decidisteis cantar en catalán y no en otros idiomas como inglés?
(Marcel) Bueno, al principio cantábamos en inglés. Luego fuimos haciendo canciones en castellano, pero después nos pusimos a hacerlo en catalán y nos dimos cuenta de que nos era más fácil a la hora de expresar lo que queríamos decir. Desde entonces lo hemos hecho así.
(Aleix) Al fin y al cabo es como mejor nos expresamos entre nosotros. Sí que es verdad que, al principio, empezamos con un “wachu-wachu”, tirando un poco más hacia el inglés.
(Martí) Y hay mucha gente que canta en inglés ya por puro estereotipo, es decir… Lo veo un poco estúpido si tu lengua no es el inglés. Hay como un imaginario de que todo es más guay en inglés.
(Claudi) Más “cool” que dicen, y que puedes llegar a más gente, aunque no te entiendan.

Como cuando los padres nos dicen que una canción es muy buena y resulta que la letra habla sobre drogarse y matar a alguien…
(Martí) O peor. A lo mejor habla de una vida super-feliz y de lo bien que está todo, cosas que se han dicho millones de veces. A muerte con el inglés. ¡Colonizadores! (risas).

¿Cómo os sentías ahora, cinco años después del primer disco?
(Marcel) Pues ahora hará ocho años de nuestro primer concierto y cinco del primer disco.
(Aleix) Ahora tocamos mejor (risas).
(Claudi) Bueno…
(Aleix) Justo el otro día lo pensaba. Hay cosas y detalles que, a lo mejor, antes no hubiéramos hecho. Detalles que en un primer disco no salen… No sé si será por técnica, pero sí que puedo decirte que me siento más cómodo tocando.
(Martí) Nos vamos conociendo más… Por desgracia (risas).

¿Compartís piso alguno de vosotros?
(Marcel) No, ahora no. Compartimos piso hace unos años, pero ya “partimos peras” hace tiempo, porque con el Martí… (risas). Intentamos que Claudi venga a vivir con nosotros, pero aún no…
(Martí) Pero estamos bien, no nos queremos matar al menos. Tampoco nos vemos mucho. Cada vez que nos vemos es como un reencuentro.
(Marcel) Y este ha sido uno de los años en que menos nos hemos visto en realidad, porque estuvimos dos o tres meses sin vernos (por el confinamiento), y fue cuando teníamos que grabar el disco en un principio. Al margen de algún intensivo en Menorca para ir a hacer las maquetas y la semana de grabación en Sant Feliu de Guíxols, poco más nos vimos durante 2020. Creo que, ahora mismo, estamos en una buena época como grupo.

Os queréis
(Todos) ¡Sí!
(Marcel) Bueno, quién sabe (risas). A lo mejor ahora alguien dice que no…
(Aleix) No, pero el hecho de no vernos tanto a veces me desespera un poco. Por ejemplo, en los momentos de tomar decisiones para el grupo. A veces pienso: “bufff, es que buscar conciertos, cosas del disco”… Se me tira todo encima, pero cuando ensayamos juntos es como “venga va”, y sale todo rodado.

Estáis más animados al estar juntos
(Martí) Sí, y además forma parte de nuestra manera de ser el tomar decisiones cuando está a punto de acabar el tiempo de elección.
(Marcel) Ha sido un año más estresante. El hacer un disco sin vernos, porque exigía una planificación muy grande.

¿Habéis ido haciendo el disco aparte y luego lo habéis juntado?
(Aleix) No, no. El disco ya estaba hecho antes de la pandemia. Lo que pasó fue que nos quedamos en mitad de hacer una pre-maqueta.
(Marcel) Los temas ya los teníamos hechos, pero faltaba grabar cosas.
(Aleix) En verano aprovechamos que fuimos a Menorca y grabamos allí la maqueta. A partir de allí, cada uno trabajó después en casa.
(Marcel) Pero a la de avanzar cosas, escoger portada, encontrarnos para grabar, etcétera, ha sido todo muy accidentado por el tema de las restricciones comarcales. En definitiva ha sido más laborioso que otras veces, y diría que eso se nota bastante en el disco a nivel de temática.

¿Cuál es vuestra favorita del disco?
(Aleix) Para mí “Lal Labuya”.
(Marcel) Yo aún no me lo había planteado… Diría que, por decir algo, y por que ayer me lo pasé muy bien tocándola, “Autorentat”.
(Martí) Yo también diría que “Autorentat” y, para no repetir, “100 anys de ciment”, que me gusta mucho por los coros.
(Claudi) Yo diría “100 anys de ciment” y “el riff”, que es la última canción del disco.

A mí me gustó la “historieta” en “Diumenge de manifestació al Congost” ¿es un hecho real que os pasó un domingo?
(Aleix) Sí… Es decir, hace referencia a esas manifestaciones que te encuentras encima de los puentes de la carretera los domingos, y que la gente que va en coche pita para animar. A partir de esto surgió la letra, de que haces sonar la bocina.
(Martí) Es bastante naïf este concepto de manifestación.
(Aleix) Hay un momento en la letra que habla de un momento de alivio, que al fin y al cabo es la analogía sobre la que trata la canción. Como poner un ramo de flores allí, que no sirve para nada, pero en realidad sí que sirve. Acaba siendo un símbolo de recuerdo o te hace sentir mejor, pero al fin y al cabo no tiene más repercusión que estar allí en medio. Ese es significado de la canción.
(Marcel) Sí, yo no había reflexionado tanto, pero esta “manifestación” es como un elemento del paisaje que tiene múltiples capas de significado: desde lo absurdo (que sería el ver una manifestación que no sirve para nada), o cuando ves un ramo de flores de plástico que está allí eternamente… Pero luego todo eso se convierte en un recuerdo, en algo que ves a menudo, y acaba adquiriendo un significado y, en cierto modo, te reconforta ver otra vez lo mismo.

"Ahora estamos bien, no nos queremos matar al menos"

Y el día que no esté lo vas a echar de menos…
(Marcel) Sí… Y bueno, que todo es símbolo de la vida y la muerte.

¿Hay algún hilo conductor entre las canciones del disco?
(Marcel) Principalmente el concepto de naïf. La pandemia también es algo que une las canciones, aunque solo se mencione en alguna de ellas. Por ejemplo, la primera canción del disco es muy de pandemia, de encontrarte con todo cortado de repente, que pases mucho tiempo sin ver a una persona y luego, al reencontrarte, la relación parta desde el mismo punto. Como las relaciones están presentes al mismo tiempo que distantes. La amistad también es un hilo conductor. “La traça” habla sobre ella. Y todas las canciones en general tienen ese punto de “Naïf, potser”. Se van intercalando conceptos. Puede que el disco anterior tuviera más cohesión, pero este también tiene sus puntos de unión.
(Martí) Yo también veo un poco el tema del trabajo y el ocio, que ya estaba presente en el disco anterior, como una continuación de lo que ya hacíamos. Es algo que ya tenemos incorporado: el paso del tiempo, las contradicciones, hablar sobre la vida.
(Aleix) El hilo conductor es la vida (risas).
(Marcel) Algo así. Cada disco refleja como es nuestra vida en ese instante. Es decir, no es que nuestras vidas hayan cambiado demasiado, pero en términos de humanidad y de sociedad sí que ha cambiado muchísimo. Además, piensa que este es el disco que menos se distancia del anterior, solamente dos años. Ahora vemos las cosas de una forma un poco distinta, que tiramos ya más hacia los treinta que hacia los veinte.

¿Qué recibimiento ha tenido el primer avance, “Vull cotitzar”, junto a su videoclip?
(Aleix) Muy bueno… Porque nos lo han patrocinado (risas).
(Martí) Sí. Yo creo que la gente ya ha aprendido de qué van nuestros videoclips, y se podían esperar algo parecido al anterior que sacamos, que es un poco… Bueno, se mantiene en la línea del surrealismo.
(Marcel) Digamos que es un videoclip para la gente que ya sabe de qué va lo nuestro. Si lo ves desde cero y sin contexto es posible que te sorprenda mucho o incluso que te genere rechazo, mientras que si lo ves de otro modo, tiene otro recibimiento. Pero este rechazo es algo que buscamos (risas).

Además, que cuanto más impacto generes (aunque sea un poco negativo), más se habla de ti.
(Marcel) Nos mantenemos en esa línea entre la crítica y…
(Aleix) Entre la crítica y que nuestros padres nos digan “Qué guapos salís”. Mi madre me dijo “Sí que salís guapos en el vídeo”, y yo pensé: “bufff, pues algo hemos hecho mal” (risas). A mí me gusta que la gente nos diga que los videoclips les crean rechazo (risas).

¿Tenéis algún concierto ya confirmado?
(Marcel) Bueno, hay un concierto que casi casi está confirmado, y también estamos buscando hacer la presentación del disco por Vic y Barcelona.
(Martí) Esperemos que nos dejen hacer cosas… Yo creo que cuando abran restricciones todo el mundo querrá hacer cosas y con ganas de hacer/ir a conciertos.
(Aleix) Lo que a mí no me atrae es el hecho de tener que hacer un concierto con el público sentado.

Es que además vuestro estilo es para bailar y saltar. Si fuerais un grupo folk quizás sería distinto, pero...
(Martí) Y eso es para grupos que saben… Nosotros lo que tenemos que hacer es tocar en sitios en los que la gente se pueda desmadrar.
(Aleix) Que vayas tan borracho que ni escuches lo que tocan. Pero para eso tendremos que esperar un año mínimo…
(Martí) Tendremos que cambiar de estilo y ser “más sofisticados”.

¿Tenéis alguna canción nueva que no esté en el disco, pero que sonará en los directos?
(Aleix) No, yo diría que no. Es más, hay canciones del disco que no haremos en directo. Por ejemplo, para “Lal Labuya” necesitamos a los Inumazigh, el grupo que ha colaborado con nosotros. Tenemos pensado hacer algún tipo de concierto distinto para tocar con ellos. Más que nada por cosas técnicas, porque si hacemos nosotros solos “Lal Labuya”, no va a ser nada parecida a como está grabada…

La verdad es que sorprende el estilo de la canción, con escalas musicales de folkclore del norte de África.
(Marcel) Sí, en “Lal Labuya” contamos con la colaboración de Inumazigh, un grupo que lleva unos treinta años tocando música folklore africana previa a la invasión árabe. Se ve que hay más cultura amazigh en Europa que en los propios países de los que procede esta cultura, debido a que están siendo perseguidos. El grupo Inumazigh hace difusión y reivindica esta cultura. La verdad es que les conocíamos de hace tiempo, vinieron a tocar a un “Adoberies Fest”, un festival que se hace en Vic. De hecho vi un vídeo de ellos tocando en la Clota, y salimos los Burkas en el público mirando. Ese vídeo resume el porqué de esta colaboración.
(Aleix) De hecho, “Lal Labuya” está bastante separada por partes. Está la parte gruesa de la canción que es cuando tocan Inumazigh, que era una parte en la que no sabíamos que hacer, porque teníamos arreglos muy variados, muy naïf… Ahí surgió la idea de preguntarles a ellos si querían colaborar con nosotros. Y la verdad es que es una gran banda. Son geniales.
(Marcel) Además, más que el resultado de la canción (que nos gusta y es curioso), es la experiencia en sí y el poder conocer mejor a Inumazigh. Fue muy divertido y la verdad es que nos gustaría continuar esto en el tiempo, poder hacer un concierto mitad y mitad, en el que tocáramos nosotros y ellos.
(Aleix) En la canción “Lal Labuya” hay un canto típico que los Amazigh cantan a los niños, y trata sobre una reina Amazigh que luchó contra los árabes.
(Marcel) Además, esta colaboración es divertida, porque al poner los nombres juntos queda Power Burkas y Inumazigh, cuando tendría que ser Power Burkas vs Inumazigh, porque claro “Power Burkas” es como que parece que estás en la banda árabe.
(Aleix) Y los ensayos con ellos fueron brutales. En la parte técnica, tienen mucho talento.
(Marcel) Fue una gran experiencia. Además, los días que fuimos a grabar en Sant Feliu, en los estudios Ultramarinos, ellos no pudieron venir, y luego tuvimos que esperar dos meses para coincidir por culpa de la pandemia.

¿Y os gustaría colaborar con algún otro grupo en alguna canción?
(Claudi) Con Adrià Puntí
(Aleix) Con Quimi Portet. Sería divertido, aunque no creo que quiera, por eso (risas).
(Marcel) Con About Leaving también estaría bien… O Filles Europees… No sé, esto de las colaboraciones no nos lo hemos planteado nunca.

¿Sacaréis algo de merch como la famosa camiseta del Kebab con la cara de Jordi Pujol?
(Claudi) Sí, pero esta vez lo hemos delegado.
(Aleix) Teníamos pensado hacer algo de merch y nos gusta hacer alguna colaboración, así que hemos trabajado con un amigo que hace unos diseños geniales. De hecho, el diseño ha salido con el pre-order, que es un parche. Luego, junto al disco también salen unas camisetas y posiblemente haya un segundo diseño.

Para terminar, ¿tenéis alguna anécdota como grupo para contar?
(Marcel) Déjame pensar…. Quizás la de Valencia.
(Claudi) Buf, pero eso es de hace mucho.
(Martí) ¿La de Jesús Pobre?
(Aleix) Buff… Esto fue en un pueblo de Alicante. Un hombre nos dijo que habíamos tocado genial y nos dio cigarrillos. Era un pueblo pequeño y ese hombre era el típico viejillo de sesenta y pico años, pero como si tuviera quince. Nos dijo que fuéramos de fiesta con él y nada, nos fuimos juntos a una discoteca de la zona, porque en el pueblo no había nada. Fuimos en un taxi que era de un amigo suyo búlgaro. Nos dijo: “ahora llamo al Dimitri y nos lleva de fiesta”. Y el Dimitri cogía las curvas muy rápido…
(Marcel) Y nos llevó a una discoteca en mitad de un campo…
(Aleix) Era como un puticlub de carretera. Pensábamos que de verdad nos habían llevado a un puticlub, pero luego empezó a llegar gente más joven.
(Marcel) Yo hasta tengo mal recuerdo. No es que pasara nada malo, pero el hombre nos invitó a tomar algo y yo quedé bastante atontado, y aprovechó para ir vacilando un poco. Luego nos volvimos con el taxi y nada más (risas).
(Aleix) Podría haber sido perfectamente el siguiente capítulo de “Crims”. Y acabo de recordar otra anécdota buena. Cuando fuimos a tocar a ese pueblecito en el que tocamos con Opatov y The Saurs. No nos vino a ver casi nadie.
(Martí) ¿A Sant Feliu de Codines?
(Aleix) Sí, allí. Estábamos tocando y un hombre lo dio todo durante el concierto. Luego fuimos a hablar con él. Iba bastante borracho y nos dijo que justo ese día acababa de salir de la prisión. Nos contó que le habían encerrado por atropellar a un Mosso d’Escuadra.
(Marcel) Luego hay otra que es más para todos los públicos. Fue cuando el organizador de un concierto empezó a decirnos desde el lateral del escenario que parásemos a mitad de canción, pero no le hacíamos caso porque era la segunda o la tercera. Al final se subió al escenario, cogió el micro y dijo : “Pareu, pareu... Hay un Renault Clio aparcado aquí al lado que no deja pasar a los coches”...

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.