Con una mirada honesta y una sensibilidad desbordante, la artista abraza la libertad creativa y defiende una música que nutre, acompaña y refleja el valor del cuidado y la conexión.
"Perlak" nace de canciones dedicadas a personas concretas. ¿Cómo fue el proceso emocional de componer desde y para otras personas?
Fue muy bonito y sorprendentemente fácil. Siempre escribo para algo o alguien, pero era la primera vez que escribía a alguien en forma de diálogo, sabiendo que la otra persona también habla el idioma de la canción, y eso lo ha hecho muy sugerente y muy divertido. Me he reído y emocionado yo sola imaginándome a la otra persona recibiéndolo. En realidad las canciones son más suyas que mías, porque son los reflejos que yo recibo de ellas.
La canción con Valeria Castro (Amiguita como tú) irradia complicidad y alegría. ¿Qué significa para ti esta amistad artística y cómo nació la idea de componer juntas?
Me encanta de uses “irradia complicidad y alegría”, porque justamente es eso para mí, una canción irradiadora. Irradiadora de alegría y cariño. Como un rayo de luz en una sala de espejos rebotando por todos lados. Para mí eso somos ella y yo juntas. Dos personas bien comprometidas con nutrir a nuestra niña interior y también a la adulta. Nos tomamos en serio el jugar, porque jugar es importante. Para mí ha sido precioso ver toda su evolución como artista, nos hemos seguido muy de cerca, entendemos bien las situaciones vitales que llevamos en este oficio, como que el frenesí se para un poco si estamos juntas. Escribí la canción en mi habitación, me tomé mi tiempo sobre todo en su estrofa en euskera, para que le fuera sencilla de pronunciar, me reí mucho escribiendo la canción, como si estuviera con ella. Se la mandé, le encantó y se vino a Donostia a pasar unos días conmigo y grabar. Coincidió que grabábamos el disco navideño que hicimos, y vio en directo cómo grabábamos la canción Olentzero, estuvo toda la noche cantándola después. Ahora siempre que podemos, nos vemos. La quiero mucho.
"No creo que el público sea consciente de la fuerza que tiene su mera presencia"
En Saldu genizun, que cantas junto a Olaia Inziarte, hablas de cuidar a otra artista ¿Sientes que en la industria musical falta esa red de apoyo entre colegas?
Siento que es un oficio solitario, no lo parece, pero sí lo es. Es un oficio en el que parece que hay que ir muy rápido, aprendiendo muchas cosas al vuelo, fallando y acertando, mientras estás expuesta. Como que la cinta de correr ya está puesta a X velocidad y tienes que meterte tú mientras todo el mundo mira. A veces es difícil cuidar en esas velocidades. Iba por ahí un poco. Yo vi en sus canciones el cansancio, y por primera vez se me activó algo como maternal hacia otra artista, no lo sé muy bien, me sentí mayor, veterana, de una forma buena, que me dio como poso, y reconocí su sentir, y tuve que escribirle una canción para decirle que cuando no pueda identificar dónde descansar, puede descansar en mí.
La colaboración con Baiuca y Oreka TX en Xorieri une tradición y modernidad. ¿Qué buscabais reinterpretando una canción tan icónica como la de Labéguerie?
Buscábamos conocernos, el uno al otro. Era la primera vez que estábamos a solas, fue algo íntimo, rollo dime quién eres y te diré quién soy yo. Hablamos de nuestras cosas, de las personas que queremos, de por qué camino nos gustaría llevar nuestras vidas, y tenemos muchas bases vitales en común. Le cogí muchísimo cariño. Xorieri mintzo zen era el punto de encuentro justo. Una oda a la raíz, al bosque húmedo, gallego y vasco, salvaje pero místico, reflexivo, poético, político, muy agradecido al nuevo beat, muy acertado. Vino aquí y grabamos las txalapartas con Oreka TX, fue bastante revelador. Rodamos el clip en Bermeo. Es bonito cuando sientes que alguien verdaderamente quiere conocerte. Dentro del frenesí, él va sin prisa.
Has escrito una canción para tu equipo de gira, algo poco habitual. ¿Por qué sentiste la necesidad de dedicarles un tema entero?
¡Porque les amo! Les amo con todo mi corazón, son mi familia. Ahora ando muy observadora, muy como mirando para fuera. Y es lo que llevo viendo año y medio o más. Estas personas maravillosas trabajando juntas como abejas con su lenguaje interno, su dinámica súper amorosa y sabrosa. Han sido el paisaje común que me ha envuelto en este año y pico de mucho movimiento y emociones fuertes. Son mi paisaje de paz, mientras todo cambia. Lo más probable era que nunca pudiéramos hacer una gira, no pasa mucho, que puedas dedicarte a tu sueño, y aquí estamos, sanas, juntas y felices cumpliendo sueños. Vale más de lo que puedo explicar, y no durará para siempre, todo este equipo de esta manera, no durará para siempre. Lo aprecio en cada momento. Ha sido una gira para enmarcar.
El bertso a capella Noizbait iritsiko dira tiene un mensaje fuerte contra la transmisión del odio. ¿Qué te inspiró a escribirlo y elegir este formato tan desnudo?
Estuve reflexionando sobre el odio y me di cuenta de que hay muchos tipos de odio, pero hay uno que me da especialmente miedo: el odio organizado. Hasta hace no mucho me dolían más las cosas que me pudieran suceder a mí como persona, pero ahora me pesa mucho más el dolor comunitario. Yo como mujer y como euskaldun sé lo poco que cuesta perder tus derechos, incluso que algunos derechos se desclasifiquen como tal y ni siquiera se te reconozcan quitados porque no se te reconocen como derechos. A veces me frustro pensando cuántas cosas hay por cambiar en el mundo, y qué poco puedo hacer. Pero luego pienso, que todo el rato, todas, aportamos algo, y quizás aportar lo nuestro diariamente nos dará esperanza, y eso sea más de lo que creemos, para que no paremos de crecer y trabajar por un mundo más bueno y más justo. Y me imaginaba el odio llegando con su fuego (que ya está aquí), y nosotras en un pueblo utópico tan trabajado, tan en compás con la dignidad, con la verdad, y el valor de la vida, que no hubiera nada que pudiera prender. Y se queda el odio solo con su fuego porque no hay nada que pueda arder. Elegí el formato desnudo, porque la dignidad es así, y al odio hay que pararlo sin disfraces, ni azúcar, ni excusas, ni peros.
El concierto en el BEC marca el final de una etapa muy rica como artista. ¿Qué emociones te despierta cerrar esta gira en un espacio tan grande?
Siento que la Izaro de 10 años está que no puede más con la emoción. Al final todas vivimos con nuestras circunstancias y nuestros recursos. Tú te imaginas algo en tu cabeza, y luego nace acorde a tus circunstancias y recursos. Esta gira ha sido muy variada, y siento que en este concierto pude realizar cerodenero de la manera más cercana a la que había en mi cabeza. Sentí que la montaña tocó el cielo. Este disco me ha permitido conectar con mi lado más pop, a nivel estético, a nivel físico. A nivel coreográfico ha sido un sueño hacer el “bideoklipazo” y hacer esta gira. Estoy orgullosa del trabajo que hemos hecho y de cómo lo hemos hecho.
Ofreciste al publico el EP Perlak en exclusiva ese día…
No sé por qué siento que les conozco a todos, cuando les miro desde el escenario, siento que les conozco, lo veo en sus ojos, su ternura, su apoyo. Había una pantalla grande porque yo quería que pudieran ver la expresión de las caras de la gente del escenario. Que vieran la emoción real que generan desde el público. Siempre digo lo mismo, pero no creo que el público sea consciente de la fuerza que tiene su mera presencia. Me dio muchísima pena no poder ir luego todas juntas a cenar, hubiera sido tan increíble, para celebrar el hito, pero es imposible. Hablaremos de tú a tú cuando nos encontremos por la calle.
"Toda identidad se construye desde el lenguaje, y el idioma es nuestro lenguaje más confeccionado"
"Cerodenero" ha sido, según dices, tu gira favorita. ¿Qué la ha hecho tan especial en comparación con otras?
Que siento que la he elegido. Hasta ahora era más como si la circunstancia me eligiera a mí. Siento que esta vez he podido más o menos medir lo que vendría y luego decidir que me meto. Hasta ahora todo era más imprevisible, no sabíamos hasta dónde podíamos llegar, no sabíamos sobre qué medir, ni siquiera yo físicamente sabía hasta dónde podía yo llegar, ¿cuántos conciertos de dos horas puedo dar a la semana? ¿cuántas horas de furgoneta y luego cantar? ¿Cuánta prensa? Era todo nuevo, había que medirlo todo, y podía pasar de todo, lo que no sabíamos era que pasaría tanto. Y yo me pasé de rosca de agotamiento. Era mejor de lo que me podía haber imaginado y no estaba contenta, estaba quemadísima. El cansancio no me dejaba sentir nada más. Y ahora lo siento todo. Me siento agradecida, dispuesta, feliz, capaz, con ganas. Y mira que ha sido la gira más exigente, pero la que más fácil me ha resultado.
Desde tus inicios hasta hoy, ¿cómo crees que ha cambiado tu forma de crear y de entender la música?
Creo que ha cambiado en paralelo de lo que he cambiado yo. La década de los 20 a los 30, creo que es una década que marca bastante la vida de una persona. Ahora me siento que estoy en un punto muy bueno, me siento sana, no sé, me encuentro bien, serena. Y dentro de esa serenidad tengo mucho espacio para jugar. Estoy perdiendo el miedo a salirme de lo adecuado, he llegado a un punto de libertad y disfrute en el escenario que es una auténtica gozada, le estoy abriendo la ventana al viento sur. Ahora sé que soy muy fan de las canciones, no de los géneros, y que encontrar un único genero no es algo que yo busque (que es algo que decían de mí a veces: “está buscando su género”), que lo que me interesan son las canciones. Creo de una manera más controlada, me permito descontrolarme mucho más. Me siento muy bien, me siento abundante y abierta.
El éxito suele traer consigo presión. ¿Cómo lidias con las expectativas externas y el cuidado de tu mundo interior?
Después de la etapa de los limones me tomé un año sabático mediático. Me quemé y realmente me deprimí. Me deshumanicé y me desconecté de mí. Y decidí tomarme un año sin escenarios, ni prensa, ni nada público. El 2023 fui a una psicóloga y recoloqué mis asuntos. Yo pensaba que era mejor no separar persona de personaje, que la existencia mía era una, y que mejor vivir juntas. Pero me he dado cuenta de que no. De que hay que separar. Escuchando a otras artistas y desde mi propia experiencia, me he dado cuenta de que cuanto más nutras tu artista, más hambre pasa tu persona. Y viceversa. La artista necesita x cualidades muy alimentadas y muy en forma para poder hacer lo que hace, y la humana otras, algunas de ellas son hasta contrarias. Por eso he aprendido que de momento yo tengo que parar para poder seguir. Y tengo que seguir para poder parar. Tengo que parar de girar, y conectar con mi humana para conectar con la vida, seguir creando, fascinarme, y volver. Me da una pena tremenda parar ahora, pero sé que es necesario para mí. Y pararé en paz porque sé que volveremos a seguir.
Has cantado en euskera, castellano e incluso en inglés. ¿Qué papel juega el idioma en tu identidad artística?
Un papel vital, como en el de todo el mundo. Toda identidad se construye desde el lenguaje, y el idioma es nuestro lenguaje más confeccionado. Todo empieza ahí. Imagínate lo que marca un idioma, que a las personas que hablan un único idioma, que normalmente si hablan solo uno es porque ese idioma es imperialista, se les hace imposible imaginarse que pueda haber una vida completa en otro idioma que no sea el suyo. Siempre se plantean lo que otro idioma supone para el otro, sin darse cuenta de que supone lo mismo que lo que le supone a él el suyo propio. Es un tema extenso con muchos matices, un tema muy interesante y muy importante. A nivel artístico, saber más de un idioma te hace pensar mejor, comunicarte mejor, entender mejor, a nivel artístico para mí multiplica. Como ser multi-instrumentista, multiplica. Conocer formas de nombrar, de formar frases, onomatopeyas, nombrar la vida, es fascinante, y descubrir cómo la nombran los demás, una aventura sin fin.
Tienes una sensibilidad muy particular en tus letras y composiciones. ¿Te has sentido alguna vez fuera de lugar dentro del mercado musical más comercial?
A veces sí, pero no me molesta. Creo que todo tiene su lugar y todo convive. Sobre todo me he sentido más fuera de lugar en la velocidad y en la cantidad. Por lo que decía antes, que en la velocidad no se puede cuidar muy bien. Y se exige un ritmo de producción inaplicable.
¿Qué te gustaría que el público se llevara de este EP Perlak y de este cierre de etapa?
Me gustaría que se hayan sentido acompañadas en sus montañas. Que cuando tengan que subir duras cuestas se acuerden de cerodenero y les de fuerza. Que canten cerodenero mientras disfrutan de las vistas de las montañas gestionadas. Y que encuentren sus propias perlas y les digan cosas bonitas.
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