La revancha de los novatos
Entrevistas / Clap Your Hands Say Yeah

La revancha de los novatos

Xavi Sánchez Pons — 10-02-2006
Fotografía — Archivo

Si bien el pasado año todo lo relacionado con el indie rock en Norteamérica se refería a Canadá, el 2006 ha iniciado su andadura con la mirada puesta en los Estados Unidos. Cinco tipos feos, calvos, enclenques y con un talento a prueba de bombas, han reclamado los galones de mando con un irresistible disco, “Clap Your Hands Say Yeah” (Wichita/Sinnamon). El pop independiente estadounidense contraataca.

Tras un tiempo en que la imagen y la moda lo han significado todo en el rock, bueno es que se vuelva a echar la mirada en el talento, las canciones y los discos. Clap Your Hands Say Yeah vienen a reivindicar eso. Sus cinco miembros (Alec Ounsworth Tyler Sargent, Robbie Geurtin, Lee Sargent y Sean Greenhalgh) tienen la pinta de haber sido mil y una veces el mejor amigo de la chica de sus sueños, la cara de haber sido perseguidos por los chulos de la clase en innumerables ocasiones, o los culpables de arruinar, con su torpeza, una cita ideal. Eso sí, los tíos tienen un don, y ese don consiste en crear canciones que enganchan, de esas que se te clavan en el corazón y te obligan a hacer cosas que llenen tu vida de significado (desde montar un fanzine o un grupo, a querer ser bombero). Su historia es más que curiosa. Hace un par de años Alec Ounsworth (líder y principal compositor de la banda) conoció a Tyler Sargent (bajista) en Boston. Ambos conectan y hablan de montar una banda pero no se acaban de poner de acuerdo.

"Mi voz puede recordar a David Byrne, y Talking Heads son influencia para nosotros, eso está claro"

Poco tiempo después Ounsworth (residente en Filadelfia) decide que ya es hora de grabar un disco con sus canciones. Para eso necesita ayuda y al recordar su estancia en Boston piensa en Tyler. Este vive en Nueva York con su hermano Lee (guitarra y teclados) y al ponerse en contacto con él, le propone venir a Brooklyn a grabar el álbum junto a Robbie Geurtin (guitarra y teclado) y Sean Greenhalgh (batería). El resto es historia. Un disco de título homónimo (editado originalmente hace seis meses) que se pone a la venta a través de su web (www.clapyourhandsayyeah.com), les convierte en una especie de hype internáutico (llegaron a empaquetar 40.000 con sus propias manos en los primeros meses). Ounsworth (que nos recibe en las oficinas de Sinnamon con un atuendo propio de un pintor a domicilio) nos lo cuenta. “La verdad es que es difícil explicar lo de la web porque todo ha sido muy rápido y extraño. Grabamos nosotros el disco y lo editamos a través de la web. El resto ya es historia, la gente, gracias al boca-oreja nos fue conociendo. En Estados Unidos seguimos con la autoedición (ahora les distribuye el disco Ada, una de las distribuidoras independientes más potentes del país). En Europa se ha hecho cargo Wichita (Sinnamon en España).

"No tenemos mucho que ver con la escena del nuevo rock neoyorquino"

Las razones para tanto revuelo y locura colectiva se pueden encontrar en su primoroso debut, un disco que recupera el imaginativo y fresco trabajo de guitarras de los Feelies del “Crazy Rhythms”, la excitación rítmica de los primeros Talking Heads, la sinceridad de los Modern Lovers más acústicos y la mordacidad en los textos de los mejores Violent Femmes. De todas las deudas musicales enumeradas con anterioridad, una merece especial atención. Seguro que lo adivinan. La herencia de David Byrne y los suyos. Sobre todo en la voz de nuestro entrevistado. ¿Acaso pensaban ustedes que no le iba a preguntar sobre ello a Ounsworth? “Mi voz puede recordar a David Byrne, y Talking Heads son influencia para nosotros, eso está claro (risas), pero lo son como pueden ser cincuenta grupos más, escucho un montón de música y todo ese background me influye de alguna forma”. De hecho, es injusto calificar a Clap Your Hands Say Yeah como simples émulos de las cabezas parlantes. Quizás a la primera escucha el parecido sea más que razonable, pero, una vez ya sumergidos en el disco, esa sensación desaparece para dar a paso al descubrimiento de un grupo que tiene cosas nuevas que decir (y por cierto, por mucho tiempo). “Tengo ya para tres discos de Clap Your Hands Say Yeah, he escrito unas cien canciones. La verdad es que no me cuesta mucho escribirlas. También he finalizado un disco en solitario que saldrá en breve en formato de vinilo y tengo dos proyectos más (uno de ellos llamado Pelican Picnic) en mente con los que quiero editar algo también en vinilo”. La banda de Brooklyn se ha revelado como una propuesta capaz de aglutinar diferentes palos musicales, dotarlos de personalidad y hacerlos propios con una pasmosa facilidad, desparpajo y un punto notable de osadía. Para conseguirlo se valen de diferentes armas. Entre ellas la emoción, la honestidad y, lo más importante, el compromiso. Clap Your Hands Say Yeah amagan en sus canciones, bajo una letras crípticas y fabuladoras, duras críticas a los tiempos que les ha tocado vivir. Tiempos, sobre todo, violentos. Son varias las canciones que hablan sobre ello en su debut. Desde la reflexión sui generis sobre la violencia atávica que reina en los Estados Unidos en “The Skin Of My Yellow Country Teeth” (corte que presenta una línea de bajo birlada a New Order), hasta los recientes conflictos bélicos que asolan el mundo en los últimos años en “Details Of The War” y la orgiástica “Upon This Tidal Wave Of Young Blood”, el duro alegato antibelicista que cierra el disco y un verdadero himno a corear con el puño en lo alto. “Lo cierto es que no hablan directamente de la guerra de Irak. Hablan más sobre el hecho de que exista una figura, ya sea una persona o una organización, que te diga lo que tienes que hacer, y nosotros nos revelamos contra ello. Muchas de nuestras canciones hablan sobre ese tema, y eso es algo que está directamente relacionado con lo que está pasando ahora en el mundo”. ¿Entonces se puede hablar de vosotros como una banda política? “Bueno, sí podrías decir eso de nosotros. De hecho me resulta curioso que la gente ahora, cuando se refiere a la política, no se refiera a su sentido más usado, el de los partidos políticos, la izquierda y la derecha y todo eso. Ahora se refieren a la política como algo más cotidiano, más familiar”. Está claro que Clap Your Hands Say Yeah son mucho más que otro grupo de indie rock saltarín con nada que decir y sólo apto para desconectar del mundanal ruido. A estos hay que darles de comer a parte. En directo se atreven con el “Helpless” de Neil Young y el “Love Minus Zero” de Dylan, y es que no hay más que escarbar un poco sobre la epidermis del grupo para encontrar petróleo y comprobar que sus formas escapan al simple sustrato indie. Lo suyo va mucho más allá. Vean sino la respuesta de Ounsworth cuando le interrogo sobre sus preferencias musicales actuales. El tío juega al despiste. “Cuando algo me interesa me gusta sumergirme al completo. Si descubro a Jonathan Richman me compro todos sus discos de golpe y los escucho a fondo. Últimamente estoy muy metido con Tom Waits, el ´Tusk´ de Fleetwood Mac y el ´Here Comes The Warm Jets´ de Brian Eno”. Su despreocupación por la mayoría de bandas actuales (Ounsworth me confiesa que apenas escucha música de los pasados diez años) y por la ortodoxia indie, es la misma que despide cuando le pregunto sobre sus conexiones con la escena rock neoyorquina (una de las más activas del momento). A pesar de que Ounsworth vive en Filadelfia, la banda tiene el centro de operaciones en Brooklyn. “No tenemos mucho que ver con la escena de nuevo rock neoyorquino. Vivimos en una especie de burbuja, por eso no nos parecemos a ningún grupo de allí”. Razón no le falta, el nacimiento de Clap Your Hands Say Yeah no hubiera sido distinto de producirse en cualquier otra ciudad de los Estados Unidos o, si me permiten la licencia, en cualquier parte del mundo. Los norteamericanos son el fruto de la mente pensante de Ounsworth, un verdadero estajanovista del pop (me confiesa durante la entrevista que en los últimos años, tras salir de su rutinario trabajo, se dedicaba durante ocho horas al día a escribir y

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