“En el mercado reina la búsqueda de la esterilización”
Entrevistas / Illya Kuryaki And The Valderramas

“En el mercado reina la búsqueda de la esterilización”

Yeray S. Iborra — 25-01-2017

Casi 20 años de carrera deberían servir para alcanzar algunas respuestas. No es el caso de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur, quienes con Illya Kuryaki And The Valderramas  siguen planteándose su relación con la música, la fe o la sociedad en su octavo largo. De ello hablamos con Spinetta a tenor de “L.H.O.N. La humanidad o nosotros” (Sony Music, 2016).

La humanidad o nosotros… ¿Tan jodido véis todo esto para plantear un disco con un título tan trascendental?
El título describe esa sensación de que uno quiere dejar de ser parte de la humanidad por momentos. Lo rompemos todo. ¿Corrupción, desigualdad? Hay que volver a la fuerza, al amor, a la liberación. Hay que salirse del vestido que nos han impuesto y volver a ser humanos; nos hemos alejado mucho de lo que eso significa.

"Las cosas están duras en Argentina y en los países vecinos, y la gente necesita espacio para la espiritualidad".

¿Puede la música jugar ese papel de transformación?
Pues no lo sé. Nosotros queríamos, simplemente, hacer un disco profundo. Y en un momento determinado, antes de ponernos con el nuevo material, teníamos escrito ese nombre [“La humanidad o nosotros”] en un cuaderno que guardamos en las giras y donde vamos escribiendo ideas y demás. Esa era una canción nunca escrita de la que hemos hecho un disco.

“Dios, si te vas, déjanos tus alas”. Abordar la espiritualidad desde el pop… ¿Reto?
Es un disco que habla de la fe, sin duda. Pero, en fin… No deja de ser un disco de góspel, a nuestra manera. Con nuestra calle, con nuestro significado de qué significa fe.

Cuando uno va de un lado a otro, conociendo mil rostros, cuando su trabajo es estar en ruta, como es vuestro caso con casi 20 años de gira, ¿se siente en deuda de hacer de ese conocimiento canciones?
Con lo difícil que es vivir de lo que uno ama... No puede hacer más que dar algo a la gente. Las cosas están duras en Argentina y en los países vecinos, y la gente necesita espacio para la espiritualidad. Hay mucha música actual hecha desde el cinismo, y ése no es nuestro camino. El viaje valdrá la pena si hemos conseguido ponerle palabras universales, que lleguen a todo el mundo, a todo lo que hemos experimentado.

El disco explora una inquietud política, pero de forma poco concreta...
Hay otros compañeros que hablan de política y que bajan muy bien a lo concreto, mira el amigo Residente [Calle 13], pero nosotros llegamos desde otro plano. Para nosotros la música debe llevarte a volar, a disfrutar de los días, sin más.

¿Libertad en un concepto amplio?
Nosotros nunca fuimos una banda de hip hop, ni de funk. Ni de pop. Nadie nos impuso nada, pues tampoco vamos a imponer nada a nadie. Para nosotros todo es música, crecimos así. Argentina es muy mestiza y crecimos escuchando Stevie Wonder, a mi papá Spinetta [Luis Alberto Spinetta, 1950-2012] o Ryūichi Sakamoto. ¿Por qué debo limitarme? La música con cadenas no funciona, hermano.

El nuevo largo sigue sonando a Prince, Stevie Wonder. Con una producción muy pop, y más orgánica...
¡Claro! Grabamos como antes este disco: no hay copy/paste, nada está retocado. Las pistas son las que son. Si algo está corrido, se fue de tiempo, no cuadró, se quedó así. En el mercado está reinando cierta búsqueda de la esterilización (en los mensajes, en la producción)... ¡Los malditos programas de edición! Y queríamos replantearnos eso. El que se suba al viaje, dándole al play, lo entenderá fácil.

Natalia Lafourcade o Miguel participan del LP. ¿Fueron fáciles de embarcar?
Natalia… Nos encanta lo que hace, transmite todo con su voz. Y de alguna manera cuando cantamos con ella en los Latin Grammy, en la fiesta, un tributo a Miguel Bosé, pues nos enamoramos. A Miguel también lo veníamos escuchando por su disco “Wildheart” (2015), nos sentíamos cercanos a él por su costado latino. Aunque lo suyo fue medio mágico, ni lo conocíamos. Simplemente por Skype se hizo la buena onda. Incluso acabó cantando con nosotros en el Lollapalooza.

Hablando de escenarios… Volvéis a España, ¿después de cuánto?
¿Tal vez 16 años? Estuvimos tocando hace mucho, mucho en Madrid, Barcelona, Granada y Valencia.

Estábais en un momento de plena efervescencia... ¿Qué respuesta esperáis ahora?
Será un termómetro para nosotros. Tocar en un pedazo nuestro, por la cantidad de argentinos que tenemos allá… Y todo lo español que tenemos en nuestra sangre, claro.

Después de pisar escenarios enormes, ¿cómo es afrontar plazas más modestas?
Nosotros enfocamos los shows igual para 15.000 que para 200, lo nuestro es algo muy tribal. Un ritual. Nos metemos a muerte para la gente que esté, sea la que sea. El auténtico placer de vivir de esto, es el intercambio. Es justicia. Si vienes, te llevarás cosas seguro.

20 años de carrera dan para mucho… ¿Seréis recelosos con el repertorio?
¿Después de tantos años? No somos recelosos para nada, le damos a los fans lo que piden. [Ríe] Hacemos listas especiales, sin más. ¡Para la gira europea habrá repaso!.

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