"A veces, cuando todo queda devastado, es cuando surge la oportunidad de crear algo nuevo"
Entrevistas / Habitar La Mar

"A veces, cuando todo queda devastado, es cuando surge la oportunidad de crear algo nuevo"

Luis Benavides — 28-06-2020
Fotografía — Archivo

Tercera referencia de Habitar la Mar en solo dos años y otra incendiaria entrega firmada por una de las formaciones más excitantes del actual panorama underground estatal. El quinteto de Jaén nos introduce en un aquelarre con personajes desmedidos y dañinos titulado “Comedia Yoica” (Braves Records, 20),  grabado en los estudios Ovni, a varios cientos de kilómetros de casa.

Por primera vez salís de los estudios de vuestro guitarrista y os encerráis en los OVNI Estudio, en Asturias. ¿Necesitabais salir de la zona de confort?
Nosotros estamos siempre saliendo de la dichosa zona de confort. Cada trabajo es experimentar con nuevos sonidos, cacharros o formas de grabar, así que ahí estamos bastante a la deriva, algo que a larga nos beneficia porque siempre salimos con la sensación de que nos hemos refrescado. En OVNI grabamos baterías y bajos en dos días. Cuando grabas a gusto y con los deberes hechos se nota.

Por cierto, en los créditos volvemos a encontrarnos a Brad Boatright y Audiosiege (Portland). Se ha convertido en un fijo de los discos de Habitar la Mar. 
Desde la primera vez que trabajé con Brad en uno de mis discos por recomendación del productor Koke Díez, de Manufacturas Sonoras, siempre he ido a tiro hecho. Kike y Frego –guitarras y productores de Habitar La Mar– son muy exigentes en el tema del sonido y cuando escucharon el master de “Realismo histérico” tuvieron claro que él entendía lo que estábamos haciendo.

"Los errores, las decepciones, las caídas son la base del aprendizaje y a pesar de que es duro explorar en la miseria humana también es cierto que te ayuda a comprenderte más a ti mismo y lo que quieres hacer en el mundo".

Como ya apunta el título, el disco encuentra en el ‘yoismo’, también la parte más miserable del ser humano, un hilo conductor. ¿Las letras responden a un momento concreto de tu vida, de tus reflexiones?
Bueno, lógicamente un disco que a nivel lírico trata sobre el “Yo” tiene mucho más de mí que de otras personas, pero al final también habla de cómo yo interpreto eso en los demás. Los errores, las decepciones, las caídas son la base del aprendizaje y a pesar de que es duro explorar en la miseria humana también es cierto que te ayuda a comprenderte más a ti mismo y lo que quieres hacer en el mundo. No es todo tan negativo como parece ser en este disco, no creo que para nada se trate de un mensaje nihilista. Siempre hay algo que te impulsa o por lo que merece la seguir, aunque sea a seguir peleando. Realmente, ese es el mensaje. En muchos aspectos decepcionado, bajo ningún concepto rendido.

Se repiten palabras como caos y sobre todo referencias al fuego...
Sí, el tema del fuego quizá es más un recurso estético, simbolismo puro y duro, pero no significa que siempre sea algo negativo. A veces, cuando todo queda devastado es cuando surge la oportunidad de crear algo nuevo. Al final es algo recurrente porque todos tenemos eso dentro, esa llamita que puedes mantener contenida o soltar gas y que se líe la de dios. Como siempre, depende de tu orgullo.

Enlazando con lo anterior, mantenéis el nervio y la sensación de peligro de los trabajos previos, pero aquí creo que hay algo más de introspección, como una voz de la conciencia, con algunos pasajes más pausados y pesados…
Eso es. De hecho quisimos jugar desde el principio con ese concepto de manera que quedase plasmado no solo en las letras, si no en el propio sonido, en el arte del disco... pero de una forma sutil. Cuando nosotros hablábamos de esa voz de la conciencia la imaginábamos como una persona metida en una cueva, buscando soluciones a los problemas que surgían, cuestionando elegir uno u otro camino. Por eso dimos importancia a la reverberación y al eco en el sonido. Esa es la base de este disco a nivel conceptual. Queríamos que ese ambiente amplio y vivo quedase reflejado, más que como una voz en off que te habla al oído, como alguien que te grita desde dentro y su eco golpea las paredes de tu cráneo.

¿Eso es lo que diferencia este tercer trabajo del resto? 
Sí, es la principal diferencia con el resto de trabajos. Aquí todo está unido a un mismo concepto desde la propia base que es el sonido del disco. Por ejemplo, para el tema “Espirales” buscamos crear un ambiente más experimental mediante el uso de iteraciones de realimentación de la señal de la guitarra en una cadena de efectos que se vuelve a re-procesar una y otra vez sobre sí misma. Esto hace que la señal tras atravesar varias veces la cadena de efectos se vuelva inestable y forme una textura más densa y súper sensible a cualquier cambio que produzcas al tocar, ya sean notas, ruidos o incluso golpes a la guitarra.

Hablemos de esas colaboraciones de lujo. No es la primera vez que trabajáis con otros músicos, pero en esta ocasión destacan especialmente las aportaciones de Anxela Baltar de Bala en “Fantasmas” y Donna Diane Djunah en “Caos”. ¿Cómo se gestaron estas colaboraciones?
En un primer momento no teníamos claro quién queríamos que lo hiciera. Solo sabíamos que en esos temas queríamos un aporte distinto pero que fueran ellas surgió de manera más bien espontánea. El hecho de que sea una voz femenina o masculina no tiene ninguna importancia para mí, las considero voces simplemente, una actitud, una expresión. Con Anxela teníamos un conocido en común, Unai García, que nos puso en contacto, nos encantan Bala y pensamos que encajaría perfecto en ese tema. Y de hecho, así fue.

¿Y con Donna? A Bala las conocemos bien, pero la banda de Chicago Djunah son bastante más desconocidos por aquí.
Con Donna yo ya había hablado con anterioridad porque soy bastante fan de la banda. La colaboración surgió poco después de que anunciaran la salida de su primer disco. Escuché el tema “Nurse And Nun” y dije “joder, esto es lo que quiero”. yo había hablado con ella anteriormente cuando la entrevisté para el podcast The Chapel Mag y tiré la caña. A ella le gustó la idea así que le expliqué lo que quería y el concepto que tenía en mente y le pedí que escribiera lo que le sugiriera a ella. Y joder, dejó su impronta y su garganta en nuestro disco. Para mí Djunah es la banda del año, un dúo que revienta a un nivel exagerado. Me encanta su sonido, su música y su actitud. Quiero ser Donna.

Me gustaría comentar uno de los temas. En “Arsonista de mí” cantas eso de “hijo, escucha a tu viejo”, y no he podido evitar pensar en tu condición de padre. Hasta qué punto esta nueva realidad te aporta una nueva visión como letrista, una nueva manera de ver el futuro… No lo pintas muy bonito, por cierto.
Desde que fui padre, mi ego como tal ha pasado a un segundo plano. poco a poco vuelves a reencontrarte contigo, tus placeres y tu tiempo, muy poco a poco, pero ya no eres la misma persona. Entiendes lo que significa estar dispuesto a morir por alguien o lo que supondría que desaparecieras, por poner ejemplos… En esta encrucijada existencial chocas con algunos muros que quizá antes no tenían apenas valor, te colocas delante del muro y tienes que decidir si lo esquivas, lo saltas o lo atraviesas. Esta decisión puede cambiar drásticamente lo que llegará después y es precisamente ahí donde puedes encontrar lo mejor y lo peor del ser humano.

En el 2019 fueron dos epés, ¿cabe esperar otro disco en el 2020 o aflojaréis un poco el ritmo? Mucho me temo que estáis tramando algo, como cantas en “La tara”, la creatividad cura. Necesitáis hacer música, hacer cosas.
Como no trabajamos para nadie no tenemos una agenda o un calendario marcado, nos guiamos por lo que nos pide el cuerpo, así que puede que saquemos algo nuevo o puede que nos dediquemos a tocar. Quizá abramos una imprenta y nos dediquemos a colocar pegatinas sobre los cajeros de las entidades bancarias que digan “No funciona”. Nunca lo sabremos. Algo haremos, seguro.

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