Con una mirada crítica al presente y una energía desbordante que lo atraviesa todo —desde las letras hasta lo visual—, este disco abre nuevos territorios, más terrenales quizá, pero igual de simbólicos y combativos. Hablamos con el cuarteto bilbaíno para explorar las entrañas de este nuevo artefacto sonoro, su proceso, sus preguntas, sus criaturas… y todo lo que se agita en el espejo que han decidido colocar frente a sí mismos.
Próximas fechas en directo: 9 de mayo Gernika, 10 de mayo Loiu, 17 de mayo Madrid, 23 de mayo Berriz, 31 de mayo Bermeo, 7 de junio Andoaingo Rock Jaialdia, 21 de junio Azkena Rock Festival, 6 de julio Abadiño, 25-26 de julio Centolo Weekender (Segovia), 25-27 de julio LOW Festival, 6-10 agosto Sonorama Ribera, 19 de septiembre Bilbao, 20 de septiembre Mendaro, 25 de septiembre Málaga, 26 de septiembre Granada, 27 de septiembre Valencia, 30 de septiembre Burdeos, 3 de octubre Supersonic (París), 10 de octubre Reus, 11 de octubre Barcelona, 14 de noviembre Hondarribia.
Kabakriba [Katuzaldia baino kriatura bakanagoak] es un acrónimo que hace referencia al anterior disco [Katuzaldia]. ¿A qué se debe esta mención al anterior trabajo?
Unai: En todo los trabajos buscamos una evolución, dar un paso más en el camino que hemos andado.
Mikel: Yo creo que esa evolución se nota en que llevamos más tiempo tocando juntos, que las canciones han surgido de manera más colectiva.
Habéis conseguido unir muy bien el estilo del disco, tanto a nivel estético como musical. ¿Hay una idea global detrás del disco?
U: Sí es algo que nos gusta trabajarlo, pero no antes de comenzar la grabación del disco, sino durante el proceso. Es importante ser conscientes de donde venimos como banda, pero el disco se va construyendo solo al ir dando pasos; nosotros dejamos que las cosas pasen. Al final, el puzzle le da un sentido al disco, no es que vayamos colocando las piezas conscientemente. Como todo está realizado en un espacio temporal concreto, a la vez, sé que va a haber un hilo que una todo. Aún así, hay algunas ideas que sí tenía claras: lo del espejo, el título, etc.
Eneko: Sí, siempre hay un tono de humor. La música es algo más seria que las letras, pero creo que encajan bien.
"Me gusta mucho poder crear un alter ego y jugar con él. A mi, por ejemplo, David Bowie siempre me ha fascinado más como personaje que como músico"
¿Esta espontaneidad se refleja también a la hora de grabar?
E: Nuestra manera de grabar consiste en juntarnos en el estudio y empezar a tocar sin saber lo que va a salir. Algo así como una improvisación. Grabamos diferentes tomas y trabajamos sobre la que nos gusta. Le vamos añadiendo cosas a esa toma que nos ha gustado. Nos encerramos una semana en agosto y otra en febrero. Estás ahí todo el día tocando, a veces salen tres temas y otras veces ninguno.
M: Prácticamente todos los temas han salido así, ninguno estaba compuesto previamente. En el disco anterior si había un par de temas pensados con anterioridad a la grabación, pero en este ninguno. Hemos construido todo sobre bases de bajo y batería.
E: Tenemos la suerte de ensayar en Eten, que también es un estudio de grabación. Eso nos da una libertad enorme. Las mezclas y la masterización las hemos hecho entre Álvaro y yo. No descarto en el futuro traer a alguien externo para que nos de otra visión, pero ahora queremos hacer lo que nos salga con los recursos que tenemos.
Pero, ¿en la grabación ha participado Urtzi Iza?
E: El local lo comparten Urtzi y Álvaro [batería de EZEZEZ]. Con los huecos libres que nos dejaba Urtzi, hemos aprovechado para grabar el disco.
M: Lo hemos hecho en las dos únicas semanas del año en las que Urtzi no trabaja [risas].
U: Lo nuestro será la única cosa que se graba en Eten en la que Urtzi no ha metido mano.
Para no tener un trabajo previo de conceptualización, creo que habéis conseguido un buen equilibrio estilístico.
U: El humor y la ironía están muy presentes en el disco, aún así es más serio que el anterior. Me refiero a las letras. Pero el punto de vista siempre es naif o irónico, no hay una queja social explicita. Puedo utilizar un relato que me invento para hablar de la diferencia clases sociales o utiliza la ironía para quejarme de la construcción del Guggenheim en Urdaibai. Utilizo eso no para quitarle peso, si no para demostrar de otra forma la crudeza de eso.
E: Al final utilizamos siempre los mismo elementos, los mismos instrumentos y pedaleras. Eso hace que todos los temas suenen parecidos.
M: También hay que decir que llevamos más tiempo tocando juntos y eso ha hecho que tengamos un sonido más propio y reconocible. Cada uno sabe cual es su rol.
E: ¡Y por primera vez cada uno ha tocado su instrumento!
Viendo los videoclips, parece que todos los temas habitan un mismo universo.
U: Eso sí que nos gusta currarnos el concepto previo, sobre todo a nivel estético. No solo para el disco, también para los videoclips y para los directos. Los videos tienen una consonancia con la portada del disco, el libreto, etc. Al igual que con la grabación, todo esto también es nuestro 100%. No es tanto por una necesidad de control total del proceso, que también, si no por esas ganas de crear. De alguna manera, es una forma de evitarte problemas: nos resulta más fácil plasmar lo que tenemos en mente si lo hacemos nosotros mismos. Es algo que va más allá de la simple teoría o de una opción estética.
E: En los videoclips sí que Unai y yo hemos trabajado la idea previamente. Luego Iyan Altube ha hecho el trabajo de director.
¿A qué se debe ese cambio en las letras? Hay una temática que antes no estaba tan presente.
U: A mi no me gusta la palabra social para definir la temática de las canciones, pero sí que se acercan más a algo tangible y no son tan surrealistas. No sabría decirte el por qué de este giro. En cada disco buscamos algo nuevo. El primero al segundo el cambio fue el idioma. Entonces lo que me interesaba era saber como escribía yo en euskera, cual era mi voz. Ahora que ya la he encontrado, he querido indagar más en ello. He intentado hablar de temas que me preocupen, he utilizado muchas referencias literarias —sobre todo ‘Ulu egiteko bolondres bila’ de Harkaitz Cano y los libros de Sara Torres—, películas, etc.
La soledad es un concepto muy presente en el disco, que choca con el colorido del mismo.
U: Ese contraste me parece muy interesante. Lo difícil es encontrar el equilibrio en ello, que no te salga algo excesivamente triste u oscuro.
“En todo los trabajos buscamos una evolución, dar un paso más en el camino que hemos andado”
Hay un par de cuentos en los que te inventas personajes para narrar una historia.
U: Hay unos cuantos. Me gusta mucho poder crear un alter ego y jugar con él. A mi, por ejemplo, David Bowie siempre me ha fascinado más como personaje que como músico. En ‘zorozelai’, por ejemplo, hablo de un ladrón medieval que va por la ciudad robando a los ricos y la gente humilde disfruta viendo sufrir a los ricos. No es el único tema en el que hablo de la sociedad de clases.
El juego, la búsqueda, la improvisación… se pueden hacer eternos y te puedes perder.
U: A eso le ponemos solución fijándonos un límite temporal. A veces surgen dudas, de si lo que hemos hecho es suficiente o necesitamos un par de “temazos” más. A mi me gusta respetar los procesos, no me gusta que se alarguen. Porque si no eso te metes a indagar en procesos que no te llevan a ninguna parte. Yo estoy muy contento con lo que tenemos, aunque soy consciente que podríamos haber seguido haciendo más. Pero como digo, hay que respetar el proceso y amar el resultado. No me apetece embarrarme para buscar un tema más, porque eso es hacer las cosas pensando en lo que necesitas, desde un lógica de la industria musical, más que en lo que sale.
M: Hay que saber acotar, poner un límite. Si no, se te va la olla y te pierdes. Ponerte una semana te permite hacer muchas cosas, pero también te obliga a cerrarlas.
¿Cómo creéis que encaja vuestra forma de funcionar dentro de las lógicas comerciales de hoy en día?
U: Es difícil luchar contra la velocidad con la que va todo. Parece que si no sacas cosas nuevas la gente se va a olvidar de ti. Eso tiene una parte muy peligrosa que puede suponer que baje la calidad artística o que te quieras amoldar a las modas o corrientes del momento. Intentamos estar fuera de todo esa vorágine. Tenemos el control de nuestro proceso, tenemos nuestros seguidores, etc. No nos vemos en otros sitios, no aceptaríamos que nadie nos condiciones ni nos marque los tiempos, o que nos lleve a tomar decisiones pensando en el algoritmo. Valoramos mucho lo que tenemos y lo que hemos hecho.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.