"Antes lo difícil era hacer el disco y ahora lo difícil es sacarlo"
Entrevistas / Euphoria

"Antes lo difícil era hacer el disco y ahora lo difícil es sacarlo"

Daniel Pose — 10-06-2024
Fotografía — Gerardo Sanz

La historia de Euphoria detuvo en 2013. Ahora, catorce años después de su anterior entrega, los vallisoletanos buscan redimirse a sí mismos con “Caballo Ganador” (Auto, 24).

El periplo de Euphoria comienza en 2002 y, tras varios años de publicaciones con las que llamaron la atención de público y crítica, decidieron parar cansados del trato de una industria que, en su opinión, estaba siendo injusta con ellos. Ahora publican “Caballo Ganador”, un trabajo con el cual pretenden superar aquel mal sabor de boca de antaño.

Euphoria da sus primeros pasos allá por el 2002, hace ya veintidós años, ¿Qué recuerdos se vienen a la mente de esos inicios?
Locales de ensayo pequeños y cutres, pero con encanto. Todos habíamos tenido bandas, pero realmente es en este proyecto cuando empezamos a trabajar de forma sistemática, con roles definidos y cobrando consciencia de lo que es una banda, con el trabajo que hay detrás de hacer canciones y demás. A los tres meses estábamos tocando, teníamos seis temas y grabamos una maqueta muy cutre para empezar a funcionar. Encima salían bastantes bolos, fue todo muy rápido.

Fue como darse cuenta de que el hobby no es simplemente tocar, y que para intentar que funcione hay mucho más que subirse a un escenario.
Claro, es muchísimo trabajo. Hace 20 años querías sacar una maqueta y era super caro, muy inaccesible sin los equipos que hay ahora para hacer algo casero y que suene decente. Tenías que financiarte, tocar mucho para ganar dinero y currártelo bastante. De esa época me quedaría con la dinámica de trabajo.

Viajemos ahora al 2007, cuando sacáis vuestro primer álbum, con una recepción muy buena ¿Fue un debut soñado?
Ganamos una serie de concursos, lo que nos permitió pagarnos un disco en Estudios Uno con Pablo Iglesias. Aquel debut fue más un aprendizaje. Empezamos a hacer entrevistas a un nivel más grande, y luego el trabajar con un productor como él, que había hecho cosas con gente muy top. Entrar en un estudio con muchísimos medios, a los cinco años de montar una banda… En ese sentido sí que es soñado porque no te lo crees. Que luego las críticas sean buenas o malos hasta cierto punto es relativo, porque puedes tener buenas críticas, pero si no las defiendes en directo que es lo que manda... Nosotros pensamos que lo defendemos en directo. De hecho, pensamos que nuestro directo es mejor que el disco.

Con todo, llega el año 2013 y decidís parar la maquinaria ¿Qué motivó este descanso?
Ese año ya fue el último coletazo de la banda. Pero, realmente, en 2010 cuando sacamos “Culto al Deseo” es cuando empieza a entrar la industria con el tema de la piratería, las plataformas digitales no estaban en auge... fue un poco el momento de crisis de la industria musical. Dejan de apostar por bandas emergentes, tienes que ir con tu disco grabado, tu videoclip… Luego fuimos rebotando a otra discográfica. Todo eso nos fue minando la autoestima como banda. Fue bajón tras bajón, aunque teníamos contactos y podíamos hacer salas guapas o festivales como el Sonorama… Pero de 2011 a 2013 fue un poco de hastío, de que la banda se había anclado en un punto que no subía, que era demasiado sacrificio. También empieza la época que el curro te roba mucho tiempo, y la banda fue perdiendo peso y ganándolo nuestros trabajos.

Os tomáis ese descanso, pero seis años después, en 2019,parece que el gusanillo de la música vuelve a vuestras vidas.
Ahí digamos que se estabiliza el tema de los trabajos y familias, que empieza a haber más tiempo libre. Y, de la misma forma espontánea que todo acaba, vuelve a empezar. Un par de llamadas de si apetece a echar unos temas, hasta empezar a ensayar con la idea de hacer un concierto que fuese la despedida que no hicimos. En esas llegó la pandemia, justo a los cinco meses después de haber ensayado un día a la semana.

"Conviene respetar lo que la banda te quiere contar en un disco"

Me hablabas antes de cómo era la industria cuando parasteis. Pero, ahora que estáis volviendo a este mundillo ¿Cómo ves la situación?
Antes lo difícil era hacer el disco, y ahora es mucho más fácil la grabación, producción... y lo difícil es sacarlo. La sociedad ha ido a un consumo de la inmediatez, de lo mínimo, y tienes que estar todo el rato generando contenidos. Antes sacabas un disco, lo presentabas y empezabas a rular. La gente tenía costumbre de escucharse un disco entero. Pero ahora tienes que sacar dos temas, dos después, ahora el videoclip… Es un poco estar todo el rato ahí, porque sacas un tema y te van a escuchar esa semana. Después el pico baja. Eso ha cambiado, y no es parte de lo que es juntarte, hacer unaS canciones y sacarlas.

Eso que comentas puede derivar en que, quizás, no se valore tanto la calidad o el contenido, sino más bien el envoltorio o lo que acompaña a una canción.
Quiero pensar que, en el caso de Euphoria, el público sí que valora nuestro contenido. Pero, en líneas generales, lo que veo es que lo que prima es esa inmediatez que te comentaba y encontrar un nicho de un cierto consumo frágil. La gente no tiene tiempo para pararse a escuchar un tema. Para las bandas este cambio es más costoso, trabajoso y menos gratificante, por estar todo el tiempo pringado y con la cabeza fuera de lo que es hacer canciones cuando estás en un nivel que no sea grande Algo que, sí tienes gente que hace esas cosas por ti igual va mejor.

Es que no hay nada más romántico que escuchar un disco y hacer el viaje musical que proponéis las bandas.
Cuando escucho un disco por primera vez quiero hacerlo en orden para saber que me están contando y cómo. Al principio, lo suyo es respetar lo que la banda te quiere contar. Y no tiene que tratarse necesariamente de un disco conceptual. Ni muchísimo menos... pero si la banda ha puesto un orden... Se trata de respetar a la banda.

Y vosotros ¿Qué nos queréis contar en "Caballo Ganador"?
Este es un disco en cierto punto optimista. Queremos cambiar la energía de esa época que hablamos antes de la mala suerte que tuvimos, de cuando creíamos que teníamos buenos discos, pero pillamos la desestructuración de la industria. Pensamos que Euphoria es un caballo ganador, no porque lo vayamos a petar, pero sí por la energía que tenemos. Cuando nos juntamos lo pasamos muy bien y, como banda, creemos que tenemos un buen trabajo.

Una declaración de intenciones que queda clara en la primera canción, "Tierra Prometida", donde empezáis canto "Puede ser que, quizás, ya llegó a su fin el tiempo de esperar a que el control lo tenga yo".
Viene a decir que estamos aquí y vamos a ir con todo. Llegaremos o no, pero nuestra actitud es absolutamente positiva, de creer en nosotros mismos como bandas e individuos.

Para el disco contáis con la producción de Carlos Escobedo, cantante de Sôber, colaborando también en una de las canciones ¿Cómo surgió?
Aquí entra la dinámica loca de nuestra banda, de colegas. Cuando nos juntamos para dar el bolo de despedida y lo tenemos preparado, surge en el local el hacer un EP de cuatro temas. Cuando los tenemos pensamos en hacer un disco y, al final, llegamos a las ocho canciones. Y cuando lo estábamos terminando, surgió la pregunta de porque no trabajar con un productor externo como no lo habíamos hecho nunca y así tener esa experiencia. Y dijimos que molaría que nos lo hiciera Carlos el de Sôber, y al final surgió muy de corrido porque nos gusta mucho su trabajo y sus primeros los tenemos clavados en el corazón. Al hablar con él nos dijo que nos iba a escuchar, lo hizo y le gustó lo que hacíamos.

Tiene que ser reconfortante que alguien que marcó vuestra vida diga que quiere trabajar con vosotros y le gusta lo que hacéis. No es llenar estadios, pero es un premio mayor ¿no?
Es la leche. Disfrutamos del proceso de preproducción, que es más fácil gracias a la tecnología, y pensábamos que estábamos trabajando con él y era increíble. No es que sea un sueño hecho realidad, pero lo roza. Ha sido una pasada.

Y, además, cantando con él.
El tema es que se generó una química muy buena, tanto en la preproducción como en el estudio. A mitad de grabación le planteamos si le gustaría echarse unos cánticos en uno de los temas, y dijo que le encantaría. Ese momento, a nivel personal, que una letra mía se la esté cantando el tío Carlos es un puntazo. Fue un momentazo para todos.

Vosotros contáis con un sonido característico, pero hay ciertas influencias musicales que se pueden encontrar en vuestro disco.
Hay muchas de bandas como Black Sabbath, Isis, Tool... Todo el mundo dice que sonamos un poco a Tool y, mira, sí sonamos a los Tool de Carabanchel pues ni tan mal.

"Siempre hemos ido de cara y sabiendo que hacemos música muy minoritaria"

Es que, al final, es inevitable no plasmar algo de lo que escucháis.
La música es eso. De hecho, yo, cuando hago las canciones, intento no escuchar las bandas que me gustan de este género, dejar tiempo y que el cerebro centrifugue todas tus referencias. Y así, de una forma natural, sale algo diferente que al ponerlo en común con otras dos personas se genera un sonido que habrá a quien le guste o no. Siempre hemos ido de cara, y hemos sabido que hacemos música muy minoritaria y no nos ha importado. Esto es un viaje y un camino y no buscamos un éxito ni nada parecido, ni ahora ni antes. Nunca hemos tenido ese punto, quizás si hubiésemos tenido más ambición nos hubiese ido mejor.

Más que tener ambición, quizás es mejor hacer algo de lo que uno esté contento, aunque te escuchen cuatro personas.
Es la cara B de la vida, el camino duro de recorrer. Pero, como banda, es lo que hemos elegido. Hay que ser consciente de lo que hay. Cuando me miro al espejo no veo a Brad Pitt, y cuando miro a Euphoria no veo a un grupo de masas. Pero lo que está claro, por experiencia y cifras, es que sabemos que la gente que hay es estable. Nuestro público es fiel y agradecido.

Ya con el disco en la calle ¿Cuál es vuestra hoja de ruta?
Está por escribir, no tenemos ninguna expectativa. Vamos a hacer bolos en otoño, donde queremos ir a Madrid, Barcelona, León, Valencia... Pocas cosas pero que sean bien hechas. Con lo que nos vamos a quedar es con la experiencia.

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