El rock no ha muerto
Entrevistas / Layabouts

El rock no ha muerto

Adrián D. Bóveda — 20-05-2011
Fotografía — Azahara Fernández

La banda madrileña vuelve a los palcos con “Savage Behavior” bajo el brazo que reivindica las bondades del rock sobre todas las cosas. Poco o nada queda ya de aquellos himnos primarios que tiraban de sintetizadores y probaban suerte desde la vertiente dance del rock. –“¿Qué mierda es esta?”-, dice Jon –voz del grupo-. El rock no ha muerto, y si no, que les pregunten a Layabouts.

Somos lo que comemos, escuchamos y hacemos, y Layabouts lo tienen claro. Hace dos años y tras el éxito cosechado con su primer disco, no dudaron en dar un giro musical y de sinceridad a su proyecto, dejando a un lado los sintetizadores y los ritmos bailables para volver a la crudeza del rock más directo e inmediato. Jon al aparato. “El primer disco era un poco teenager en el sentido de que cualquier cosa que sonara en nuestros mp3 podía tener cabida en una canción de Layabouts. Nosotros veníamos de escuchar y de tocar punk y hardcore y nos dimos cuenta de que aquello del dance rock no era lo que en realidad queríamos hacer. ¿Qué es esto de rock bailable, qué mierda es esta? –rememora Jon-. El disco se había quedado muy ruidista, de sintes y nuestro directo no era así, sino mucho más rockero. De ahí la necesidad del segundo disco, que lo hicimos para nosotros y para decirle a la gente que somos un grupo de rock. El tercero no es más que el triunfo del segundo. Conseguimos quitarnos la etiqueta de indies”. Con etiquetas o sin ellas no deja de ser curioso el giro experimentado por la banda, ya que la mayoría siguen una evolución en sentido contrario: de lo más clásico a lo más moderno o experimental.
“Savage Behavior”
se compone de diez cortes que van directamente a la encía, con una producción que apuesta por un sonido de directo y claramente influenciados por las grandes bandas escandinavas de rock, como The Hives o The Hellacopters y Turbonegro, que en paz descansen. En la carátula del disco aparece Elvis con la cara tachada y el primer single se llama “Rock’s Dead”. ¿Declaración de principios? “Es un tema que define perfectamente a Layabouts a día de hoy: canción de tres minutos, riffs de guitarra potentes, melodías fuertes, coros pegadizos y mucha esencia rock and roll. La letra dice que el rock está muy muerto y que a la gente le da igual”. Y por ahí van los tiros del discurso. “En España hay un verdadero maltrato a todo lo que suene un poquito duro y lo que nosotros intentamos es devolver el rock al lugar que le corresponde. En todas partes hay escena de rock menos en España y los verdaderos responsables de esta situación son los promotores y los sellos, que solo van a lo que ya saben que funciona”.
Parte de la culpa del giro rockero experimentado por la banda la tiene su actual productor, Kaki Arkarazo (Kortatu, Negu Gorriak, Nación Reixa...), con el que no han dudado en repetir tras el éxito de su anterior trabajo “... And They Run Into The Woods” (2009),   “Kaki se convierte en un miembro más de la banda nada más entrar en el caserón. Es empezar a grabar y parece que haya estado los dos meses anteriores contigo en el local componiendo las canciones. Además, por su trayectoria sabes que es un tío que te va a sacar unas guitarras punkies como el infierno y que si necesitas unos arreglos de pandereta los va a conseguir como el mejor”.
Cambiando de tema, podemos apuntar que Jon está quemado con la escena musical española. “No nos gusta lo que leemos en las revistas ni lo que vemos por ahí, porque hay quince grupos entre los veinte primeros de las listas que suenan igual. Además, hoy en día las bandas se tienen que ganar los enteros en directo y muchas de ellas acaban siendo una patraña. Después te encuentras grupos como Wau y los Arrrgggsss!, que se suben con una actitud al escenario y crean un algo en su directo, que pocos grupos en Sonorama o en Contempopránea me hacen sentir eso. Otros grandes del rock en España son Los Coronas (...). “Hay que volver a hablar de las bandas por su talento. En la Haçienda –club nocturno de la escena musical de Manchester en los años ochenta y noventa-, no metían a tocar a los grupos que llenaban el garito, sino a los grupos que creían que la gente debía escuchar”. Pero esta acción casi social de hablar de las bandas por su talento entraña ciertos riesgos y, al final, hasta Tony Wilson tuvo que chapar el chiringuito.

2 comentarios
  1. pfff!! menudo filósofo de mierda hablando del Wilson.. pero quien cojnes te crees?? intentáis hacer stoner y os viene demasiado grande.. no habéis hecho nada nuevo! vosotros sí que sonáis igual que cien mil bandas..

  2. Hot damn, loiokng pretty useful buddy.

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