Bestia

De la escuela y el legado de figuras como Ana Tijoux y Residente (entre muchos otros, pero por citar los más conocidos internacionalmente) surgen talentos como Miss Bolivia, quien recoge su testigo y deja el pabellón alto con un sonido que ya es patrimonio cultural del continente latinoamericano. Con la protesta como punto de partida, su música parte del rap y se alimenta de todos los sonidos que nacen en América Latina, ya sea cumbia, reggae, salsa, y un sinfín de etcéteras, regalándondonos un viaje rebosante de cultura y tradiciones.

Y este disco “Bestia” cumple con todas esas premisas, sumándole además colaboraciones de renombre: el disco comienza con Muerdo colaborando en una pegadiza canción donde nos hablan del “Amor”, a la que le sigue “Ke ganas de no verte nunca más” (feat Romea), canción que continúa la tradición de Miss Bolivia de versionar un clásico popular en cada uno de sus discos. La tercera canción “Tu Cabeza” se acompaña de Piti Fernandez sobre un ritmo más lento, la cuarta “Pekadora” es la primera de las canciones en solitario del disco y la quinta “Arizona”, con Loli Molina, nos habla de la soledad. Como sexto corte tenemos “Pikante”, otra en solitario, mientras que en la séptima le acompaña la estrella argentina Cazzu reflexionando sobre porqué se desvalora la soltería. El disco acaba con “Menos Mierda” (con Perota Chingó), canción muy crítica con el mundo actual, y con “Ego”, un corte rockero en el que se une Eruca Sativa para cerrar este “Bestia” haciendo honor a su nombre.

Un total de nueve canciones (7 colaboraciones y 2 en solitario) que provocan que el cuarto disco de la argentina suponga su consolidación como referente del sonido tradicional latino, sumándole además elementos más contemporáneos que le han hecho ganarse al público joven. Su música atraviesa fronteras y lleva el folklore latinoamericano a todos los rincones del planeta, incluido nuestro país donde podremos verla girando durante este mes de junio. Una buena noticia para aquellos que les gusten las canciones donde los instrumentos tengan un papel protagonista y las letras sí importan.