"El presente es mucho más interesante musicalmente hablando"
Entrevistas / Ian Crause

"El presente es mucho más interesante musicalmente hablando"

Javier Pulido — 04-02-2014
Fotografía — Archivo

Charlamos largo y tendido con el que fuera líder de Disco Inferno a propósito de “The Vertical Axis”, su primer disco en solitario y primera grabación de Ian Crause en más de una década.

¿Por qué has esperado tanto para retomar tu carrera en solitario tras los singles que publicaste para Acuarela y Tugboat? ¿Cómo fue la experiencia con el sello español?

A finales de los noventa decidí marcharme de Gran Bretaña y reeducarme, para poder volver a retarme a mí mismo creativamente tanto como necesitara. Me había quedado sin ideas hasta el punto de no saber qué estaba haciendo ni por qué. Tampoco me apetecía hablar con nadie, porque me había hartado de la gente, así que me fui a trabajar a una imprenta de Londres durante trece años. Yo creía que cinco o seis meses de lectura me bastarían para poder volver a escribir con garantías. Al final fueron nueve o diez años, pero estoy contento de haberlo conseguido. No lo lamento.

No tuve ningún tipo de trato personal con la gente de Acuarela. Todo se hizo a través de Glen Johnson, que trabajaba en Rough Trade por aquel entonces. Sí que produje a una banda de Acuarela el año pasado, pero todavía no me han pagado el anticipo, así que no podría decirte. Lo último que escuché es que al tío que lleva el sello le había dado una paliza Keiji Haino, probablemente por una razón similar.

¿Qué pasó con el álbum que ibas a publicar bajo el nombre de Floorshow y que también se iba a llamar “The Vertical Axis”?

Los singles a los que hacías referencia antes, como “Elemental”, tenían que haber sido parte del mismo. El resto del álbum no funcionaba, sinceramente. Aunque bueno, si lo piensas, se grabaron cinco canciones -uno de mis temas favoritos, “If You´re Looking To Find Me”, formó parte de esas sesiones, aunque nadie me ha confesado que le gustase-, que constituían la columna vertebral del disco. Hubo otras canciones a las que no conseguí dar salida. Lo pasé realmente mal en ese periodo, algo que influyó en que el proyecto se fuera definitivamente al traste.

¿Por qué te fuiste a vivir a Bolivia ¿Ha influido este cambio de residencia en tu visión política?

Me vine a Bolivia para estar al lado de mi ex-pareja y su hijo, que me esperaban aquí. Convivimos un par de años en Londres, así que era lo más lógico. Decidí marcharme del Reino Unido porque lo estaba pasando muy mal y a un paso de convertirme en parte del lumpen londinense, trabajando cada vez más horas por menos dinero y en peores condiciones. Ya estaba muy cansado de la situación. Por supuesto que me influyó el cambio. Era menos socialista y más inocente antes de emigrar a Bolivia, y supongo que me pasaron algunas cosas al mismo tiempo que me llevaron a situarme ideológicamente más a la izquierda. Una fue la guerra de Irak. La otra fue darme cuenta de que en Gran Bretaña el gobierno de Blair estaba para servir a la clase media y crear un lumpen masivo; una broma nacional de la que me sentía parte y que consistía en deshumanizar a la clase obrera antes de destruirla. Fue entonces cuando me vine a Bolivia -la semana en que Evo Morales fue investido presidente en Tiwanaku- y comprobé cómo se ponía a rodar la maquinaria contra su gobierno. Primero intentaron derrocarle, luego asesinarle y, cuando todo eso falló, Estados Unidos trató de llevar a cabo una guerra civil en el país. Vi de primera mano que todo lo que contaba la izquierda sobre estos procesos era cierto. Lo que se trató de hacer en Bolivia, pero también en Venezuela, fue demoníaco.

“The Vertical Axis” es un álbum autoeditado. ¿Has perdido la fe definitivamente en la industria musical o te pusiste previamente en contacto con sellos discográficos para sacarlo?

La única persona en quien mantengo la fe a nivel personal en el negocio musical es Geoff Travis de Rough Trade, a raíz de haber trabajado con él, pero él perdió la fe en mí hace mucho tiempo por razones comprensibles -las últimas sesiones de grabación con Disco Inferno- y, como me dijo, tendría que pasar mucho tiempo antes de que se volviera a plantear editar mi música. Tuve ofertas de otros sellos pequeños, pero la única persona interesada me dijo que el disco no era lo suficientemente electrónico y estaba demasiado basado en las canciones. Cansado de esperar, decidí sacarlo yo mismo.

“The Vertical Axis” es un álbum conceptual en torno a la idea del movimiento perpetuo, el exilio forzado de una generación decididamente conservadora y autoindulgente. ¿Te has planteado el disco como una fábula moral?
Bueno, no hay exilio para aquellos que viven en la abundancia y pueden vivir en cualquier sitio. El concepto de exilio sólo tiene sentido para la gente que atraviesa por penurias económicas. La vida en sí misma es un exilio en esas circunstancias. Tal y como lo veo, hay dos ontologías diferentes, dos caras de una moneda que coexisten por oposición. El disco tiene canciones que reflejan distintos aspectos de esta realidad, que es la dominante para la mayoría de la gente hoy día, de Hawaii a China, a medida que la brecha entre clases se agudiza y se crean nuevas bolsas de ricos y pobres globalizados. Irónicamente, la única parte del mundo que se ha negado a esta realidad es América del Sur, donde se ha elegido en repetidas ocasiones a gobiernos socialistas y se han exhibido notables diferencias. Dirigentes como Chávez y Lula lo han hecho posible porque protegieron la democracia tirando de una intensa diplomacia a nivel internacional y experiencia e inteligencia militar. La vida resulta mucho mejor, aunque tengas poco dinero, en Santa Cruz que en Londres, como te dirán los bolivianos que han conocido ambas realidades. Al menos la clase trabajadora, no aquellos que se van de vacaciones a Londres y Miami y creen que los restaurantes caros que gente como yo no pueden permitirse son guays.

Tus letras se han vuelto más narrativas que nunca. ¿Te ha resultado difícil conciliar forma y contenido esta vez?

En los noventa, como te decía, encontré un nuevo modo de jugar con el sonido -este disco no es representativo de ninguna manera, porque la idea era que sonara expresamente convencional, pero lo demostraré en futuras grabaciones-. Necesitaba que las letras fueran la clave y la guía, y que el sonido emanara de las palabras. Para poder comprender las palabras necesitaba leer con calma, con la idea de que fueran capaces de explicar el mundo y no se parecieran a la mierda de letras que otras bandas sacan. El proceso me llevó nueve años. Aunque “The Vertical Axis” presente una estructura convencional, su génesis está basada en un rechazo total de los valores y métodos que la mayoría de los contemporáneos usan. Su base es un pictorialismo que parte del humanismo medieval y usa signos en movimiento y símbolos (y aquí incluyo tanto textos como sonido), en contraposición a las abstracciones seudocientíficas o el rudimentario existencialismo que han supuesto la 'lingua franca' durante décadas. Creo que en futuras grabaciones conseguiré dar forma a esta idea.

Además de los habituales sintetizadores y samples, has utilizado instrumentos antiguos como el clavicordio. ¿Pretendías subordinar la instrumentación a unas letras en las que insertas referencias homéricas?
El clavicordio no es tan antiguo, es de la Era Moderna. Sí que he utilizado liras bíblicas y cuernos de batalla romanos así como laúdes medievales, zanfonas y salterios. La razón principal es porque considero que sonido y música son intercambiables. No veo ninguna diferencia entre disparos, el sonido ambiente de la calle y el sonido de guitarras o clavicordios. Todo es una imagen en movimiento construida a partir de un mosaico de diferentes elementos. La canción “Suns May Rise” lo muestra muy bien, creo. Y, como dices, el sonido está muy entrelazado con las letras, emana de ellas y a veces, con suerte, retorna a para influirlas a su vez, lo que crea una matriz mucho más compleja. No es un método muy común en la música contemporánea, por lo menos hasta el punto al que lo llevo, pero se ha utilizado tradicionalmente en el Arte. Dante fue un maestro a la hora de conseguir que la forma reflejara el contenido, porque consideraba que el sonido era bello, y he extrapolado el concepto. No me interesa mesar mi cabello y tratar de parecer científico e intenso, como si fuera una mezcla entre James Dean y Niels Bohr. Más que la pose de estrella del rock, lo que me repele es este rollo seudocientífico de grupos que se ponen a jugar con circuitos y piensan que están descubriendo algo importante como si fueran científicos. Los músicos no son científicos, son artistas. No darse cuenta de esto implica una profunda falta de conocimiento de lo que es realmente la ciencia.

Al mismo tiempo, en canciones como “Suns May Rise” has vuelto a retomar estructuras de pop convencionales...

Sinceramente no, porque no me preocupa si se trata de música pop o no. No pienso en relación a géneros musicales. Sólo elaboro sonidos y trato de conseguir que las canciones suenen bien. No hay razon alguna por la que una canción que se nutre de material homérico no pueda ser melódica. La letra tiene dos partes. En la primera mitad, un marinero del barco de Odiseo rememora el momento en que abrieron el odre -pensando encontrar vino- que contenía todos los vientos, excepto el del Oeste que les guiaba, que les dio Eolo. Sin esa brújula, los planes para volver a casa se vienen abajo. Los dioses y diosas contemplan este caos con divertida incredulidad. El coro -que como en el sentido clásico representa la voz de la conciencia- advierte de la estupidez humana. La segunda parte de la canción repite esa idea, pero trasladada a la actualidad, para mostrar cómo la codicia de las elites pretende hacer naufragar el barco de la sociedad para propiciar su propio beneficio a corto plazo. Hay un par de cortes de ruptura que narran subtramas secundarias que enriquecen la historia principal, y luego entra en escena el segundo coro de los dioses modernos -los banqueros- que en lugar de mostrarse consternados por la estúpida codicia de la gente la bendicen y se ríen de ella. Los dioses griegos brindan en cálices de vino y los banqueros con copas de champán.
La canción tiene una estructura literaria, teleológica, en el sentido de que a pesar de tener un punto final la historia sigue avanzando, y a la vez totalmente lógica. No me importa mucho si se trata de música pop o no, porque pienso en otros términos. El sonido es pictórico. Si hubiera querido hacer música pop no hubiera recurrido a una lira antigua como instrumento principal.

¿Dirías que el álbum tiene más en común con la última etapa de Disco Inferno o es la continuación natural a canciones que compusiste ya en solitario como “Head Over Heels”?

Lo que grabé en el pasado ya no me interesa. Mi objetivo es dar un paso adelante con respecto a las canciones que hice de joven y crear nuevos temas que supongan un reto para mí. La verdad, no tengo ni idea. Me parece tan poco relevante como si me preguntas si suena a Nirvana o One Direction, y sería muy malo para mi salud andar preocupándome por ello.

En al menos dos canciones, “More Earthly Concerns” y “A World Of Ghosts”, Londres se asemeja a un escenario distópico que se ha hecho realidad. ¿Es tu disco de venganza con respecto a tus últimos años en la ciudad ahora que tienes una nueva perspectiva geopolítica?

Londres es un entorno distópico en expansión para millones de sus habitantes. No se trata de ciencia-ficción ni de poetizar la realidad o embellecerla. Siempre me he considerado un extranjero, aunque mis últimos años en Londres fueron realmente lamentables -lo que veo que le está pasando a mucha gente cada vez más a menudo-. También entra en juego un ajuste de cuentas personal, que considero totalmente válido, y un potencial creativo inherente a poder ver las cosas desde fuera para criticarlas de la forma más honesta posible, lo que parece que otros artistas no son capaces de hacer, por el miedo a que sus carreras musicales se vean perjudicadas en el contexto de una cultura que se ha vuelto más burguesa y conservadora a cada año que pasa. Por suerte, como no parece que tenga ningún tipo de oportunidades en ese sentido, me importa una mierda.


El disco es una obra coral con voces de personajes de diferentes clases sociales. ¿Te gustaría ver convertido “The Vertical Axis” en una obra cinematográfica o teatral?


No soy capaz de imaginar cómo se podría hacer o por qué alguien pudiera llegar a la conclusión de que merece la pena, a menos que tuviera mucho tiempo libre. Una de las ventajas de hacer una música tan pictórica es que se utiliza la parte del cerebro asignada a la imagen visual. Las imágenes ya están incorporadas a las canciones, lo que anula la posible necesidad de convertir las canciones a otros formatos, incluyendo vídeos. De todas formas no tengo dinero para hacerlos, así que no me he planteado el dilema.

Últimamente parece que todo el mundo se ve obligado a recurrir a otros elementos adicionales a la música porque esta nunca parece ser suficiente, lo que me lleva a pensar que las obras de arte en sus formas más elementales -como las canciones-, no son lo suficientemente buenas para llenar a la gente, así que constantemente se trata de embellecerlas con trucos prestados de otras disciplinas para dar la impresión de una sustancia de la que las mismas grabaciones carecen. No creo que necesite pasar por eso, para ser sincero. Creo que mis grabaciones son lo suficientemente completas para existir por sí mismas. Es una pena, como digo, que no tenga el dinero suficiente para poder planteármelo de otra manera.

Retiraste recientemente “The Song Of Phaethon” de Bandcamp. ¿Puedes contarnos más acerca de la canción?
La retiré porque la he vuelto a retomar. “The Song Of Phaethon” estará en un EP de 25 minutos; una única canción dividida en tres partes. La primera es la que estaba en Bandcamp. La segunda ya está terminada y ahora estoy trabajando en la tercera y última. Las partes vocales ya están casi acabadas. Me llevará unos cuatro meses de trabajo, como las dos partes anteriores. El EP estará en Bandcamp en los próximos meses. Estoy bastante contento con el resultado hasta ahora, y creo que supone un gran paso adelante con respecto a “The Vertical Axis”. Cuando la haya terminado me pondré con otro proyecto que incorpora un nuevo lenguaje sonoro al que he estado dando vueltas en los últimos meses.

¿Hay alguna oportunidad de que volvamos a ver a Disco Inferno en directo si algún festival os hace una oferta?

No conmigo. El presente es mucho más interesante y relevante para mí en todos los sentidos, sobre todo musicalmente hablando.

Un comentario
  1. Muy buena entrevista. Gracias a los dos.

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