Al final de la escapada
Entrevistas / Edwin Moses

Al final de la escapada

Beatriz G. Aranda — 11-05-2006
Fotografía — Archivo

Volvemos de vez en cuando, a través de diferentes propuestas, a las raíces de todo lo que escuchamos. Ahora que la moda es reivindicar los ochenta y sus costuras, los españoles Edwin Moses vuelven a recordarnos lo maravilloso que es la mezcla de soul, funk y pop. Solo hay que escuchar su último disco “The Gospel African Years Of Jamal Nafsum”(Siesta), para darse cuenta.

“Estaba una coral de gospel de gira por España. Moviendo algún contacto, conocí al director. Le llevé un par de canciones que tenía y aceptaron grabar voces. Eso fue en el 2003, en diciembre. Guardamos ese material en la nevera, teniendo en cuenta que esos coros eran arreglos de canciones no del todo definidas, luego los aprovechamos para el disco”. Pedro Vigil, el cabecilla de esta banda con sede central en Asturias, explica de esta forma el interesante toque gospel con el que ha dotado a “The Gospel African Years Of Jamal Nafsum”, tercer disco de Edwin Moses y su obra más completa hasta la fecha. Y es que jugando a reivindicar el árbol (alto y fornido), de Curtis Mayfield o Marvin Gaye, estos tipos habituales de nuestra escena se toparon con la raíz. No deja de ser casualidad que (por centrarnos en bandas conocidas) desde Spiritualized hasta Black Rebel Motorcycle Club, pasando por los irregulares Blur, estos cánticos hayan sido arreglos vistosos con los que vestir canciones. Vigil nos lo confirma.

"A mí personalmente no me importa de dónde venga el reconocimiento, mientras venga"

“Por muy evolucionado que esté algo, la música no la creas desde cero, hay raíces que siempre encajan en los géneros, ellos nacieron de aquéllas. El gospel es música de lo más básico que hay y hoy en día es mucho más parecido a un concierto de Marvin del 71 que a uno de D’Angelo de ahora mismo”. En esto también influye el hecho de que esa música no ha evolucionado de la misma forma que el rock o el punk: poca gente trabaja en ese camino, lo habitual es mezclar esa base con otras cosas, la raíz que decíamos antes. ¿Debatimos? “Es que también ha evolucionado mucho la industria musical, ha ido en paralelo a todo eso”. Pablo Errea, aporta. Acto seguido, Pedro responde. “No, pero es verdad que lo que se supone que tendría que ser la evolución el R&B, el rollo D´Angelo O Destiny´s Child, al final es más pastiche. Sí, es cierto que no hay una evolución clara… A lo mejor porque estaban esperándonos a nosotros (risas). Lo interesante es que esta conversación la tengas con alguien que empezó en esto disfrutando con los discos de My Bloody Valentine. Porque esa es otra de las cosas buenas de Edwin Moses: la heterogeneidad y pluriempleo de sus miembros. Si Pedro es productor de Nosoträsh; autor de discos bajo el nombre de Vigil o ex miembro de Penelope Trip (“tuvo mucha importancia en su momento y estoy orgulloso de haber participado en crear todo ese movimiento”), el pamplonés Pablo Errea, el otro Edwin sentado a la mesa, puede que te suene por ser la última incorporación de Australian Blonde, o por Souvenir y Greenhouse Effect. “Nos enriquece y además es una vía de escape. Coges proyectos nuevos cada poco. Ahora voy a empezar el nuevo disco de Mus, algo totalmente diferente, y eso está muy bien. Y sí, también tengo vacaciones”. Comenta Pedro riendo, mientras Pablo busca las palabras adecuadas para explicar toda la fábula semi-ficticia que se creó en torno a la banda allá por el año 97 (¿grupo homenaje de versiones de un cantante negro desaparecido misteriosamente?), cuando Luigi Navarro y Pedro decidieron mezclar lo que estaban descubriendo de la espiritualidad soul con la frescura pop que atesoraban. “La historia es paralela a la carrera musical del grupo. Lo que pasa es que se ha ido poco a poco alimentado de datos nuevos. Y sí, creo que ha llegado un punto en el que puede llegar a influir a la hora de componer, como una especie de código interno”. Como el que parece que existe en España para no darnos cuenta de lo que tenemos hasta que lo alaban fuera. “Love Turns You Upside Down”, el segundo disco de la banda, tuvo cinco estrellas en Mojo y en Japón fue adquirido por unas seis mil personas. “A mí personalmente no me importa de dónde venga el reconocimiento, mientras venga. Hombre, la verdad es que aquí tenemos ganas de tocar en directo, que se vea cómo es el grupo. Con los anteriores discos no tocamos mucho”, dice Errea. “Da igual de dónde venga el aplauso, porque al fin y al cabo la música es universal…”, completa su compañero. Esta vez el aplauso debería venir por haber confeccionado un disco de pop total. Es decir: melancólico a veces, luminoso otras. Lo comprobaremos en directo en poco tiempo. Emocionantes, divertidos y con muy buen gusto. Así son Edwin Moses.

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