Del Barrio al Mundo
Entrevistas / Manu Chao

Del Barrio al Mundo

Miguel Amorós — 06-09-2007
Fotografía — Archivo

Dicen que “La Radiolina” es el nuevo disco de Manu Ca en estudio en seis años, pero yo no lo consideraría así. Entremedio hubo mucho más y de todos los colores. Estuvo el disco de Amadou y Mariam, el disco-libro “Siberie M’Était Contéee” junto al dibujante polaco Wozniak, además de unos cuantos trabajos que ya tiene empezados y que se pueden convertir en discos.

Manu recién había acabado exitosamente su gira más larga en muchos años y además por EEUU, un país que se le resistía. Una semana después de llegar y tras pasar por París, Manu vuelve al Gótico, su barrio favorito en Barcelona, con la idea de coger fuerzas de nuevo, hacer alguno de esos ensayos con público, como a él le gusta llamar a sus actuaciones sorpresa, y emprender gira por Europa, grandes festivales sobre todo, y algunos conciertos por la península, todo hasta noviembre. No tiene mucho tiempo, apenas va a hacer promo de su disco, así que todo un lujo, y personalmente un disfrute, el estar casi tres horas charlando con él. Quedamos en el Mariatchi. Bar emblemático y ya mítico para muchos en Barcelona y localizado muy cerca de la conocida como Plaza del Tripi. Allí llega acompañado de su sobrino, hijo de Antoine (Mano Negra), con la guitarra a su espalda. Saludos afables. Mientras que el fotógrafo toma sus instantáneas, Manu toca la guitarra.

"Viajar es la más bella universidad que tengo en mi vida"

Va haciendo ritmos y su sobrino hace los solos. Tiene solo diecisiete años pero toca con una soltura que no es de extrañar que lo veamos dentro de poco encima de un escenario, quien sabe si con su tío. Acaba la labor del fotógrafo y empezamos la charla. Manu, tocado con su gorra, habla siempre de forma apasionada. Explica todo con mucha seguridad, aunque te hable de sus dudas. Sabe que las palabras hay que medirlas, pero hay confianza y si hay algo que puede ser malentendido, se aclara. Puedes hablar con él de cualquier tema y sin problema te va a dar su opinión. Es difícil cortarle en sus meditadas respuestas, pero hay una cosa que siempre le gusta dejar clara: no tiene la solución, ni la certeza de todo. Lo que si que tiene son muy buenas preguntas.

"Mi dinero me da la libertad de hacer cosas sin tener que cobrar"

Justamente una gran pregunta se puede leer en la portada de su disco: “¿Y ahora qué?”. Además conoce sus contradicciones, las acepta y lucha contra ellas, y aunque no pretende liderar nada, disfruta siendo el altavoz que amplifica las quejas. Y si le preguntan sobre si es el portavoz de los altermundialistas o si es un símbolo para alguien, el siempre contesta: “yo solo soy un músico”.

El disco

Este nuevo disco se creó fundamentalmente en Barcelona, y esta vez no fue Renaud Létang el que le ayudó en la producción. El mismísimo Mario Caldato (Beastie Boys), californiano de origen brasileño que Manu conoció en Río, le ayudó a mezclar algunos de los temas en Los Ángeles. También lo hizo Andrew Scheps (Red Hot Chili Peppers, Mars Volta). Pero si algo se nota claramente al escuchar estas
nuevas veintinuna canciones (ese número es algo especial para Manu, aparece en la portada del disco y además de ser la fecha de su nacimiento), es que en esta ocasión Manu no se ha encargado de casi todo. Los Radio Bemba Madjid y David (batería y guitarrista) han grabado guitarras, Gambit bajos y Roy Paci, Tonino y Cheik Tidiane, trompeta, voces y teclados. Todos juntos han contribuido a cambiar el tono y color de algunas canciones. Y algunos datos a tener en cuenta: nueve de sus temas no pasan de los dos minutos y solo una sobrepasa los cuatro. El resultado es un disco de canciones muy variado, en ocasiones más eléctrico, con sonido más duro. A momentos melancólico y en ocasiones acústico. Según Manu: “este disco ocupa un lugar entre mis dos discos en solitario y mis conciertos en directo”. Country rock, rock&roll, rumba catalana, baladas, guitarras surf con aires mariachis, con unas letras que se meten en campos muy diversos. Sociales en “Tristeza maleza” (“Infinita tristeza, late en mi
corazón, infinita pobreza, tu sangre en la pared”); política en “Politik Kills” ( “Politik use drugs, politik use bombs, politik needs blood... politik is violence”); amor en “El Kitapena” (“Vivir sin ti es vivir muriendo, vivir sin ti es morir queriendo”); dudas existenciales en “Besoin de la lune” (“Necesito a mi padre para que me diga de dónde vengo, necesito a mi madre cuando estoy perdido”)... También se incluye “La vida tómbola”, un tema que Manu hizo para el documental que el serbio Emir Kusturica está grabando sobre Maradona. Y todo ahonda en un disco como solo puede hacer él, por mucho que sus imitadores lo intenten. En todo caso ya tenemos aquí sus nuevas piezas. Como se anunció que se editaría a finales de agosto y estando tan cerca del fin de la gira norteamericana, dio la impresión que se estaba todo haciendo a contrarreloj. “No, que va. Quizá la ultima semana, porque nos fuimos a la gira y pensaba que en el autobús acabaría lo que me quedaba. Pero que va, cogíamos la guitarrita y no parábamos. Las últimas canciones las grabé en el autobús. Por ejemplo, ‘¿Y ahora qué?’ se grabó en el autobús. En el disco hay de todo, la más jovencita tiene dos meses y la más antigua la escribí hace veinte años. ‘The Bleedin Clown’ la tocábamos con Mano Negra”. Siguiendo con las canciones incluidas en este disco, ¿cómo es que teniendo tantas canciones guardadas en el armario, retome canciones que ya aparecieron en el disco de Amadou y Mariam, por ejemplo?. “Es que me encanta jugar con la maquinita. En este disco hay hasta cuatro canciones con la misma base musical. Yo trabajo así, tengo la base del ‘Rainin…’ sonando y se me ocurre la idea del ‘Mama Cuchara’, tengo un micro ahí y lo grabo. Si me digo esto va a ser otra canción, eso no sale. Seguro que otro día ‘Mama Cuchara’ será otra canción, de hecho ya lo era en el DVD de ‘Infinita Tristeza’, que fue cuando la grabé en el Ecuador. Seguro que otro día la grabaré de otra manera, como hago con todas. Si la materia prima me sirve y me funciona, no pienso si ya salió algo parecido, es mi forma de hacer, además es algo casi filosófico. Ya lo decía cuando la ‘Feira Das Mentiras’: ‘Siglo XXI reciclaje o muerte, no a la dictadura del siempre todo nuevo’. Lo importante es que sirva, que la emoción funcione. No siento esa obligación de que cada cosa que saque sea nueva. La sociedad de consumo con la tele te lo machaca constantemente: compra el último modelo de consola, la última moto, el último coche. Yo no me veo en esa carrera. Si la materia prima me sirve emocionalmente pues la uso, después la gente no sé como se lo tomara, pero yo en el momento de la creación utilizo lo que tengo a mano y calentito. Cuando estoy haciendo canciones lo peor que podría pasar es que me preocupara por lo que piensa la gente. Últimamente lo que más disfruto es escuchar los nuevos instrumentales que tengo para buscarle esos juegos”. Hay otra cosa que impresiona de sus creaciones y es que cante en el idioma que cante, el sentimiento que proyecta se entiende perfectamente y transmite el espíritu con que está hecho. En este disco de nuevo utiliza castellano, inglés, italiano, francés y también portugués. “Francés y castellano, es lo más fácil para mi. Y es cierto que cada idioma no se canta igual. Diría que mi idioma favorito ahora es el último que aprendí, el portugués, es algo nuevo para mi y me encanta, es precioso. En el disco solo hay un tema en portugués al final. Pero es que me vino la duda: a ver si llego al pueblo de mi hijo y cuando llegué allí me matan por no poner ninguna (risas). Para que vean que hay cariño”.

La “dictadura del disco”

Los datos dicen que “Clandestino” vendió cinco millones de copias. “Próxima Estación: Esperanza”, tres. Manu es explícito: “De verdad que no me importa lo que venda este disco. Para mi lo importante es que una vez que lo he acabado me siento bien conmigo mismo y sin ninguna decepción. Así que todo bien”. Lo que si sorprende es que sin tener ninguna presión de discográfica, se haya decantado por editar un disco. Ya lo dijo el visionario Peter Gabriel hace unos cuantos años: “Ya no hace falta reunir canciones para hacer un disco. Cuando haces una canción ya puedes ofrecerla” Internet hace posible que “el traspaso al público” sea inmediato. “Sí. Es la gran ventaja de Internet y a pesar de que nadie me ha presionado para hacerlo. Antes de editar este disco, tenia la idea de sacar como discos pequeñitos de cuatro o cinco temas y por estilos. Pero cuando los tuve todos juntos, me salió ‘un viajecito’ que me gustaba. También es cierto que cada vez la gente joven acostumbra menos a escuchar un disco entero. Pero era apasionante conjuntar todos los temas, que el final de una canción enganchara con la siguiente. Conseguir eso me encanta”. Otra pregunta obligada es por qué no ha montado su propia discográfica, una idea que le rondaba cuando estaba atado a Virgin. “Lo he pensado mucho, pero yo lo que quiero es hacer música. Es muy interesante, pero si quieres darle tu alma, eso requiere tiempo y no puedo dedicar mi energía en eso. Ahora mismo tengo tal cantidad de proyectos musicales que se seguro que ni la mitad la voy a poder acabar en mi vida. Con Radio Bemba la producción musical la hago yo, en este disco ha sido así. El master es mío y la distribución es la francesa Because Music. Aquí se encarga K industria. Yo mismo los presenté y todo fue genial”. Le interrumpo en su explicación para volver al disco y le pregunto si le costó mucho esa compilación. “No. Ya hace tiempo que no sufro cuando hago un disco, ahora ya los disfruto. El lado sufrimiento lo tuve, pero hace tiempo que me lo quité. Para mi, grabar un disco no tiene que costar, en el momento en que sufro, en el sentido de que no encuentro la idea, lo dejo, es como una alarma, un aviso. Estoy en el estudio y no estoy inspirado, no encuentro la idea, paso a otra, y ya la acabaré mañana, la semana siguiente o después de tres años o nunca, no me preocupa. Tiene que fluir como agüita del río. Y escribir letras, igual. Si te sale toda la letra entera, que no acostumbra a pasar, pues es un orgasmiño. La mayoría de veces salen cuatro frases y ahí te quedas en seco. Tranquilo, lo importante es no perderlo. Un día saco los papelitos y los junto. Mi sistema es tomar notas, sino se me va, y me pasa muchas veces. Me encanta apuntar”.

La gira por los Estados Unidos

Con tantas cosas como parece hacer, uno no se explica de donde saca el tiempo. “Mira, toda la gira de Norteamérica la hemos hecho en bus, ningún avión. Habremos hecho unos diez mil kilómetros, toda la Costa Oeste, desde Vancouver a Tijuana, subir a Denver, bajar a Texas, Nueva Orleans. Y te aseguro que una de las mejores cosas de la gira fue el autobús.
Teníamos una pequeña sala, podíamos ensayar, grabar... No conocíamos la parte inglesa de Canadá, la parte francesa, sí. En nuestros conciertos, donde la gente viene a ver a Radio Bemba, el ochenta por ciento del público era latino, y agradecidos, porque nuestra fuerza son ellos. Hemos hecho sold out en salas desde dos mil a diez mil personas. En Coachella tocamos justo antes que Rage Against The Machine y ahí si que era más ambiente anglo. Había como noventa mil personas y como mucho habría cinco mil que nos conocían. Cuando subimos al escenario estaban todos gritando ‘RATM’. Nos miramos entre nosotros y... nos hicimos con ellos. Esta gira fue bonita porque era volver a esa sensación que hace tiempo no teníamos. Ahora en la mayoría de sitios del mundo donde vamos, la cuestión es no decepcionar, no se trata de convencer, pero allí había noventa mil que tenias que atrapar”
. Lo cierto es que es admirable la sinceridad de este hombre que no tiene pudor en contar como son las cosas. Y también asombra el que escogiera EEUU para hacer su gira más larga en bastantes años. “El año pasado estuvimos en alguna ocasión por ese país y necesitaba entenderlo. Me paso la vida criticándolo y es importante conocer bien lo que críticas. Ahora era el momento de ir, porque todo está muy tirante. A veces y desde fuera, se te hace todo una bola que no distingues y te pones rabioso a cualquier cosa que venga de allí. El mensaje es éste, saber distinguir a los que viven allí de sus gobernantes. En cada concierto hemos lanzado críticas a Bush y en ningún sitio hemos tenido problemas, hasta en Dallas y Texas todo la gente respondió”. ¿Crees que se está disipando toda la corriente altermundialista? “No creo que ese variopinto movimiento se esté perdiendo. Quizás está como parado. Este año fue clave, con lo del cambio climático. Como lo machacaron tanto por televisión, parece que ahora más gente se está dando cuenta de que esto no puede seguir así. Hay muchos gobiernos de derecha que están acojonados, porque es la gente del pueblo la que está diciendo que hay qué hacer algo. Y no tienen ni idea de altermundialismo, ni de ecología, pero eso significa muchos votos de derecha o izquierda. Muchos de ellos cuando le hablabas del mundo te decían: ‘¿el mundo? está bien, ¿no?’. Pero ahora es el tema más vital y masivo. Que se mueran en el estrecho no sé cuantos africanos les da igual, pero ahora con el clima están todos al tanto”.

Otros proyectos

Lo cierto es que con todos los proyectos abiertos por Manu, uno no sabe como su orden. “Cronológicamente después del disco en vivo de Radio Bemba, fue el de Amadou y Mariam, después el Siberie mezclado con el de Akli D. Todos han sido trabajos diferentes”. Amadou y Mariam – Dimanche a Bamakoz “Con Amadou y Mariam empezamos de cero. Yo era fan suyo, me encontré con ellos en París y les pedí por favor que nos metiéramos en un estudio. Lo aceptaron, se creó algo muy bonito y en dos días teníamos casi medio disco. Yo solo había producido mis discos y era la primera vez en mi
vida que hacía de productor. Evidentemente tengo una manera de trabajar muy propia y es algo que se va a notar porque no soy un productor profesional que se adapta a lo que sea. Yo tengo mi manera propia de juguetear y si se me pide es porque se está buscando un cierto color. Yo solo se trabajar de una manera y así avisé. Para mi es una gran responsabilidad producir un disco. Si lo haces para ti solo, te puedes enfadar contigo mismo y a eso yo ya estoy acostumbrado, pero el disco de unos amigos es una responsabilidad más grande y ahí si que te da pánico que esté bien”
.

‘Siberie M’Etait Contéee’ – Manu Chao & Wozniak
“En cuanto al ‘Siberie’, nunca fui a Siberia, pero pasé un montón de inviernos en París. Esa es mi ‘Siberia’ personal. Fueron unos inviernos muy duros, para el cuerpo y para el alma. Es un disco de blues parisinos, en cierto modo yo lo veo así. Lo grabé allí por motivos personales, se me estaba muriendo un gran amigo, Jacques Renaud (que era mi manager) que tenía esa idea y sentí que tenía que estar allí. Estaba Wozniak también y empezamos no a hacer un disco, sino un libro. Salió en Francia y después de su muerte lo dejamos un poco en paro para digerir la tristeza. Aquí el problema es la traducción, quizá el primer idioma en que se edite sea en catalán. Él era un gran amigo, una persona en la que yo tenía toda la confianza. Nunca se metía en la parte artística. Era otra generación, una persona más mayor, pero era una fuerza para mi, se encargaba de toda la parte del negocio. Una serenidad, un paraguas para mi, me sacó diez mil espinas. Él organizaba mi caos burocrático. Siempre es una tristeza cuando alguien se va, pero mejor celebrarlo. El día de su entierro acabamos tocando e hicimos bailar a su mujer”.

Akli D. Kabyle Mental – Ma Yela
“A Akli lo conocía desde hace unos seis o siete años, de tocar por las noches en los bares de Ménilmontant (París). Un día me encontré con él y me dio una copia de un disco que iba a editar la semana siguiente. Me dijo: ‘escuchálo y dimelo que piensas’. Lo puse en casa y me encantó, pero se notaba que estaba hecho en una semanita y con producción
casera. Le dije que era una pena que saliera así y que le dejaba mi pequeño estudio para que lo acabara bien. Así que cuando yo llegué, ya estaba todo grabado. Casi no añadí nada, solo fue editar, darle cortecito de pelo, regrabar algunas cosillas y jugar con el orden, eso que tanto me gusta”
.

Discos futuros
Prepararos porque en el horno hay unos cuantos discos listos para salir. “Lo más positivo de tener este disco acabado es que ya puedo hacer otras cosas. El disco de rumba va a llegar un día. Metí la de ‘Calle’, que era para ese disco porque las chicas me lo pidieron, pero aún no sé como será. Con los Musicarios seguro y quizá en directo. La rumbita pide grabarla en vivo. Aprender la rumba es algo que le debo a Barcelona. A escucharla no, pero a tocarla, si. En el tiempo de Hot Pants hacíamos alguna de Los Chungitos, pero era de otra manera, en versión rock. Como en Barcelona hay maestros de la rumba, para guardar el respeto, nos hemos bautizado como ‘lo peor de la rumba’, es para reírnos de nosotros mismos. Los Musicarios, asesinos de rumba”.

Estoy seguro que cuando aparezca ese disco, el efecto que producirá será el contrario y crecerá el interés mundial por ese estilo. “Tengo otro disco casi listo con el hijo de Amadou y Mariam, Sam. Él tiene una banda que se llama Smod, son tres y ahora están en Bamako. Cuando estaba grabando con sus padres trabajábamos por el día, pero ellos se iban a dormir tempranito, así que como soy un vampiro, me quedaba con los jóvenes. Ensayábamos y grabábamos cosas. Curiosamente la primera canción que grabé con ellos se quedó en el disco de los padres (‘Politic Amagni’). Amadou viene de la música tradicional y le gusta el rock y el blues. Sam tiene veintidós años y vive influenciado por el hip hop. Resulta muy interesante porque no tienen máquinas, no hay dinero para cajas de ritmos, así que el instrumento que utilizan es la guitarra. Ensayan todo el día solo con guitarra y voces, super lindo. Es como hip hop folk. Él es un autor, compositor e intérprete increíble. Y ese trabajo que me encanta a mi de cortar, pegar, cambiar y ordenar, en su caso es que casi no tengo nada que hacer. Él graba una guitarra, una voz, otra voz, un contrapunteo y ya está. Y no tengo nada que tocar porque ya está bien, perfecto. Tenemos varias canciones grabadas, lo que me falta es tiempo para que venga aquí o a París para mezclarlo juntos. Supongo que saldrá para 2008. Otro trabajo pendiente es con La Colifata, la radio a cargo de internos y ex internos del hospital psiquiátrico Borda de Buenos Aires, Argentina. Me gustaría sacar un disco con ellos. Musicalizar sus visiones de la vida. Ellos tienen canciones que son fabulosas, son himnos. Sería como un viaje donde se escuchen sus pensamientos. Y tengo pendiente un disco en portugués. Menos el tema que cierra ‘La Radiolina’, me guardé todos los demás que tengo en portugués para ese disco”.

Radio Bemba, la banda Estoy muy feliz a nivel profesional y a nivel personal con la banda y a pesar de los años. La confianza entre todos es total. La banda está en un estado de salud super bueno musical y mentalmente. Afirmación radical, pero siempre me asaltó la duda de cual es el papel de Manu en la banda. Si él es el jefe y los demás hacen lo que dice o existen decisiones conjuntas. Parte de mi trabajo es sacar lo mejor de todos. Cada uno tiene su particularidad y sé cual es su fuerte, donde es imparable o donde no va a llegar. Mi trabajo en mi banda es la misma que hago conmigo: dinamizar la fuerza de cada uno. Para mi resulta más fácil analizar a otros que a mi mismo, conozco mejor sus límites y su fuerza que la mía propia. Sé hasta donde pueden llegar y sé cuando los puedo forzar. A veces les digo: Oye tío, te voy a reventar un poco, pero por ahí hay salida¹. Lo que no puedes es forzar a alguien en algo que no está en su naturaleza². Eso se nota en el escenario, porque ahí Radio Bemba son imparables. A nivel de escenario mi música se adapta a mis músicos. Ahí se trata de sacar el cien por cien de cada músico y de mi mismo. Ahora todos lo tenemos más asumido. Ellos me han cedido el papel de orquestar la música, me han dado su confianza y esa es mi responsabilidad y mi trabajo. Y en eso creo que no hay duda de que soy el que tiene más experiencia. Cuando hay que hacer un solo de guitarra, no lo voy hacer yo, sería tonto, para eso está Madjid. Cada uno tiene su papel y el lugar donde puede aplicarle más fuerza. Pero no hay que olvidar nunca que la relación humana es lo más importante en una banda. Y puedo decir orgulloso que añoramos a toda la gente que ha pasado por ella. Han habido movimientos, pero hemos tenido suerte porque la energía siempre se ha mantenido. Hace tiempo que somos una banda reducida, somos seis por decisión mía, pero todo terreno. Ahora no están Broy al acordeón, ni Bidji a los coros, no está Gerard a la percusión, ni Gianny al trombón, ni Roy Paci a la trompeta, pero sigue el núcleo duro, como dice Manu: Gambeat al bajo, David a la batería y Madjid a la guitarra. Y tal como lo cuenta y con el entusiasmo que desprende, se diría que el directo es ahora su gran pasión. Necesito el directo cada día más. Y con todo el respeto y cariño para todos los que han pasado por Radio Bemba, te puedo decir que con los que somos ahora me voy al fin del mundo. Yo no necesito el dinero para tocar, pero mis músicos tienen que ganarse la vida y yo tengo que alimentar a la banda si no la quiero perder. Y todos queremos que esta banda siga. Además hay tantos sitios que nos quedan por visitar y que aún estamos en deuda. Nunca hemos estado en Australia, Nueva Zelanda, China y muchos países de África.

Directo

No tienen que ver mucho sus discos en estudio con los conciertos en directo. Cualquiera que lo haya visto lo sabe. Y sabe que es toda una celebración. Cada vez que parte de gira y para preparar los directos
que le esperan, acostumbra a poner en forma a si mismo y a la banda con conciertos en pequeñas salas. Últimamente la más utilizada es La Salamandra, una sala de L'Hospitalet del Llobregat, que acoge siempre de buen grado esos ³ensayos con público². Los conciertos se anuncian con muy pocos días de antelación, a veces el mismo día, y se llenan de los fans más avispados y que están más atentos. Normalmente los conciertos son memorables. En ellos Manu prueba canciones, hace sesiones en acústico, versiones, a veces Sound System o lo que se le ocurra probar. Es muy consciente de que repite los finales de las canciones, que todo puede parecer simple, sabe que no es un gran cantante, ni un gran guitarrista, pero maneja como nadie la dinámica de un concierto. Sube o baja el ritmo cuando quiere, corta y pega trozos de canciones, pero mantiene la energía y la hace explotar a su antojo. Es que la banda lo permite, la banda es así, no hay nadie durmiéndose. Para mi siempre primero es la energía y después el aspecto musical. Mira Gambit, no es un virtuoso del bajo, pero la energía que tiene él, no lo suple nadie. Por eso es que estoy agradecido a todos ellos. Y en
cuanto a que se repiten los ritmos, mira Chuck Berry, sus intros siempre son las mismas y yo he aprendido de él, así que ya sabéis el por qué. Tengo mi intro y mi salida y eso me permite hacer las partes intermedias como quiera
.

El futuro

Hace tiempo que Manu se marcó un plazo máximo de gira de seis meses. No se compromete a nada con más de ese tiempo. Sí, sigo con un proyecto corto de plazo. Y eso me va muy bien. Es la única manera que he encontrado para no cortarme las venas. Si solo hablamos de conciertos y si pongo en fila a todos los que me están llamando, y además me apetecen casi todos, serían cuatro años seguidos de gira. Y tendría que dejar de lado muchos deellos. A veces llega el momento terrible de elegir, a cual le digo sí y a cual no, y es superduro. Lo mismo a nivel de producción de discos, haciéndolo a corto plazo, no tengo la necesidad de apartar nada. Voy haciendo, lo acabo y luego empiezo lo que me llega de forma más natural. Si lo hago con mucho tiempo de antelación, lo más lógico ahora, dentro de un año puede no serlo.

El dinero

Hay una pregunta que seguro que sus detractores le harían, ¿qué hace Manu con su dinero? así que por qué no preguntárselo. "Lo primero es que hoy en día la libertad que uno puede tener, no se puede compartir, se compra. Mi dinero me da la libertad de trabajar si quiero gratis o de hacer cosas sin tener que pedir dinero. Tocar en sitios que me apetezca o apoyar causas que considere importantes. Lo más fácil que podría hacer es desaparecer, retirarme e irme a vivir a la playa con mi hijo. Y lo he intentado, pero me da tan mala conciencia, que a los quince días no puedo aguantarlo. Tengo esa suerte en mi vida, que hoy puedo escoger lo que hacer. Empecé a dedicarme a la música con dieciocho años y empecé a ganarme la vida con veintinueve. Entremedio muchos bocadillos. Pero algo de lo que estoy orgulloso es que nunca he hecho algo forzado, nunca. No voy a empezar a hacerlo ahora. Ahora puedo hacer lo que me apetece y poner mi energía en las cosas que primero me vengan bien a mi y después a alguien. Algo que me va muy bien es hacer cada día balance de lo que he hecho, porque si no, todo va tan rápido, que luego no sería real.

Paternidad

Le pregunto, para acabar, por su hijo, que vive en el norte de Brasil y que es el motivo de sus muchos viajes a ese país. Está muy bien. Tiene ocho años ya (se le iluminan los ojos). Cuando estoy con él se me hace difícil volver. Soy músico y un músico siempre está rodando. Como el pescador. Eso es lo que me pierdo, no veo a mi hijo crecer cada día, pero es la vida que tengo. La verdad de los niños duele, porque no hay hipocresía, sus verdades son inmensas, pero todos los niños son así. Mi sueño es meterlo en el autobús con nosotros. Pero por ahora no quiere. Me conoce bien, con un año ya me vio en concierto y con tres ya corrió delante de las balas de goma. Y allí canta cada noche, porque el país es así y cuando estoy allí me ve cantar siempre.

Un comentario
  1. at the Hyatt Regency in downtown Baltimore right next to the Baltimore Harbor. (Did you see their trinotiadal wedding ceremony?) Once again, Sunny from Photographick took Maya and Cam out to the harbor for some beautiful

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.