"Nos gusta preservar la sensación de instinto"
Entrevistas / Dead Normal

"Nos gusta preservar la sensación de instinto"

Marcos Gendre — 29-10-2019
Fotografía — Roger Rossell

Dead Normal es un trío de terroristas sónicos, culpables de protagonizar una de las lecturas distópicas más abrasivas de arrojo punk industrial. Veteranos desde diferentes barricadas, Mario G. Ferrer, Zoë V y Oriol Rosell han salido de las catacumbas de la Ciudad Condal para lanzar un grito de tribalismo cibernético simpar con “There Is Nothing Left But The Enjoyment Of Senseless Destruction” (Harbinger Sound, 19).

Para empezar, tengo que preguntaros cómo nace Dead Normal y qué motivaciones teníais cuando formasteis el grupo.
(Oriol) Todo fue muy casual. Mario y yo nos conocimos hace cuatro años a través de amigos comunes. Él tenía su proyecto D.Forma, y yo había empezado a hacer cosas muy inspiradas en los primeros álbumes de Whitehouse. Me mandó un par de temas instrumentales a los que puse voz y el resultado nos gustó tanto que los publicó en formato siete pulgadas en su sello, Lovethechaos (“Oriol Rosell vs. D.Forma”). Poco después, sin buscarlo, nos ofrecieron telonear a The KVB en La [2] de Apolo. Y ahí nos plantamos, sin haber ensayado ni tocado juntos nunca. La cosa funcionó. Poco después se nos unió Zoë.

(Mario) A veces, las colaboraciones con otros artistas se eternizan y no llegan a nada. Con Oriol conectamos muy rápido. El hecho de tener el deadline del primer concierto nos obligó a producir material suficiente para actuar en cuestión de días. A partir de ahí, nos hemos seguido enviando material.

(Zoë) Estamos juntos por el alcohol, el cinismo, la condescendencia y el desprecio, especialmente entre nosotros.

Los tres lleváis años inmersos en la escena más experimental barcelonesa, con una gran tradición desde los años setenta. ¿Cómo entrasteis en la misma, y qué aprendisteis de esta?
(Oriol) Por cuestión de gustos e inquietudes, yo crecí con un pie en la escena hardcore y otro en la experimental, decantándome por esta última a mediados de los noventa. Hice de DJ en el Club de la G, que organizaba el sello G3G, y a partir de ahí empecé a hacer música, casi siempre en relación con la danza contemporánea, a la que me dediqué unos cuantos años componiendo bandas sonoras para distintas compañías. Para mí fue un proceso muy orgánico y muy punk, en el sentido de que asumí la pulsión intelectual de la música experimental como una extensión más sofisticada del DIY y del “cualquiera puede hacerlo”. Luego vi que la cosa era más compleja de lo que parecía, pero ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.

(Mario) Personalmente, por la influencia de la gente con la que me movía, escuché mucho post-punk, darkwave y electrodark, pero enseguida descubrí los sonidos más industriales y la brutalidad de los japoneses haciendo ruido, y ahí sí que ya no hubo vuelta atrás. Empecé haciendo visuales para el grupo Tannhauser, pero la necesidad de tocar máquinas nos llevó a formar Asphalt! como side project, un grupo de electrónica con el que llegaríamos a tocar en muchos sitios.

(Zoë) Siendo niña me llevaron a bolos de Whitehouse, Throbbing Gristle, The Sugarcubes.. Con cinco años me parecieron todos muy divertidos, aunque normalmente acababa quedándome dormida con los dedos en los oídos. Supongo que el olor a pegamento y a hachís me ayudaron a tener sueños profundos. Otras influencias: Monte Cazazza, Rudolf Eb.er, 2nd Gen, Dave Philips, Alexey Tegin, Sudden Infant, The New Blockaders, Vicky Langan, Rashad Becker, Mark Wynn...

Oriol también toca en L’Eix y es escritor y profesor de estética. De hecho, en Dead Normal, la literatura es parte básica del armazón sónico. ¿Hasta qué punto la materia narrativa incita a la búsqueda sonidos que la acompañen, o al revés?
(Oriol) Yo no pretendo hacer literatura en Dead Normal. El término, además de parecerme grandilocuente en un contexto musical como el nuestro, me hace pensar en ficción, y mi intención es hablar lo más sinceramente posible sobre cosas reales. Cualquiera que me conozca sabe que no me invento nada en mis letras. Respecto a lo que preguntas, es obvio que música y textos van en la misma dirección: brevedad, concisión, intensidad y contundencia. En este sentido, tenemos bastante claro lo que queremos y cómo lo queremos, no nos hace falta hablarlo demasiado.

(Mario) Ambas partes van por libre, yo me encierro en el estudio y envío bases a Oriol, que luego encaja sus textos. Llevamos tiempo trabajando juntos y nos es muy fácil sacar ideas, por lo que no es que exista una influencia de una de las partes hacia la otra, sino que ambos compartimos una estética del sonido en la que nos sentimos cómodos. Nuestro proceso creando temas es bastante rápido. Nos gusta mucho preservar la sensación de instinto del primer momento, por lo que los temas no suelen variar mucho de las ideas iniciales. Nos gusta la crudeza y la poca producción de nuestro sonido.

(Zoë) Yo voy a los ensayos con mi micrófono y ya.

Por ejemplo, en cortes como “The Epiphany” y “Guilt Hits Harder Than The Truth” hacéis gala de un spoken-word atómico. ¿Hasta qué punto os da libertad esta forma expresiva a la hora de gestar la materia instrumental?
(Oriol) No tenemos una metodología fija a la hora de hacer los temas. En general, Mario propone bases instrumentales y yo escribo letras o reciclo apuntes que tengo por ahí. Como no cantamos ni sentimos la necesidad de emplear rimas ni métrica, es bastante sencillo encajar los textos en la cadencia de la música, si bien siempre hay un pulido posterior, tanto por una parte como por la otra: cortar, añadir, repetir alguna frase, variar la entonación… A veces la cosa no funciona, claro, pero no hacemos un drama de ello. Se escribe una letra distinta o se busca otra base y arreando.

“Una de las premisas básicas de Dead Normal es abordar cuestiones mundanas, la violencia y las frustraciones del día a día”

Escuchando vuestro primer disco, me vienen a la mente Scorn, Mark Stewart, Atari Teenage Riot, Nitzer Ebb, pero también imágenes muy cronenbergianas y de cómics como “Ranxerox”. ¿Hasta dónde llegan vuestras fuentes de inspiración y cómo las aplicáis en el proceso creativo?
(Oriol) Saco mucho material de la vida cotidiana, de cosas que me suceden a mí o a gente que me es cercana. Una de las premisas básicas de Dead Normal, y en parte de ahí viene el nombre —que podría traducirse como “tremendamente normal”—, es abordar cuestiones mundanas, la violencia y las frustraciones del día a día. No voy a pretender arreglar el mundo cuando a duras penas sé cómo arreglar mi vida. La otra opción sería hablar de mierdas tipo asesinos en serie, majaradas sexuales o qué sé yo, pero para eso ya están el death metal y la música industrial. En cuanto a lo musical, yo entiendo Dead Normal como un grupo de punk. Básicamente es lo que escucho, mucho punk. Y mucho soul, aunque me temo que eso no se refleja con demasiada nitidez en el sonido de Dead Normal.

(Mario) Nuestro sonido sin duda ha estado influenciado en cierta medida por alguno de los nombres que citas, seguramente es a lo que nos sentimos más conectados cuando componemos. Pero, curiosamente, yo tampoco escucho a ninguna de esas bandas. Los discos que compro son básicamente de jazz o de bandas nuevas como Uniform. Me gusta hacer música contundente, la distorsión y los sonidos saturados, y cuando entras en ese rango es fácil que recuerde a bandas tipo Scorn, Einstürzende Neubauten o Converter, sobre todo si haces música con samplers.

(Zoë) El tema “Bobby” es fruto de una experiencia que pasamos los tres juntos una noche. Violencia patética, sin más.

Por otro lado, me interesa el poderoso componente visual que acompaña a vuestra música. ¿Es precisamente el concepto de la no imagen y las distopías una fuente de inspiración visual a la hora de crear?
(Mario) En los directos de Dead Normal, tanto Zoë como Oriol desprenden una energía y provocan un impacto visual con el que no tiene sentido añadir visuales, al menos a día de hoy.

Vuestro poso crítico conecta con referentes literarios del post-punk original, de Burroughs a Ballard. ¿Qué más habéis mamado del espíritu de aquella generación de finales de los setenta?
(Oriol) Burroughs me parece un escritor tremendamente sobrevalorado. A la gente le encanta el personaje, y lo puedo entender, pero la mayoría de sus libros son un peñazo. Ballard es otra cosa, pero no lo he leído demasiado. No me gusta la ciencia-ficción. Sobre todo consumo ensayos, principalmente sobre arte, antropología cultural y política. De ahí, y de las bandas anarcopunks en la estela de Crass, sale mi poso crítico. Bueno, y de The Fall.

(Mario) Aunque en su momento leí a Burroughs y a otros escritores de la generación beat y disfruté de su lectura, nunca me he sentido atraído por su estilo.

Habéis fichado por el sello de Sleaford Mods. ¿Qué os motivó a recalar en sus filas?
(Oriol) Por una parte, había una relación personal previa, porque Zoë había hecho algunas sesiones de fotos con ellos. Por otra, Sleaford Mods es una banda que nos gusta mucho, aunque musicalmente no tengamos nada que ver. Además, el catálogo de Harbinger es muy bueno: ahí están Consumer Electronics, John Paul, Steve Ignorant, Mark Wynn…Y no nos engañemos: tenemos claro que lo que hacemos tiene más salida fuera que aquí. Lo hemos comprobado empíricamente cuando hemos tocado en Inglaterra y Alemania, y el hecho de estar en un sello británico nos abre más puertas a nivel internacional.

(Zoë) Sleaford Mods al principio eran brutales. Como dice Oriol, Harbinger Sound tiene una trayectoria de gran calidad. Espero poder leer algún día la historia del sello. Hay mucho que contar.

F.I.G.A., Das Kapital, Fasenuova y ahora vosotros. La escena industrial está viviendo una época altamente estimulante y diversa. ¿Cómo la percibís vosotros y qué futuro le veis?
(Oriol) Ni idea. No es mi taza de té.
(Mario) No estamos muy conectados con ninguna escena, la verdad. Personalmente, Fasenuova me gustan, al igual que proyectos como Noir Noir, Dame Área o Geistform, pero no tenemos una percepción de escena como tal. Nos atrae más tocar con bandas de metal o hardcore.
(Zoë) La escena industrial fue muy buena en los ochenta.

¿Cuál es el futuro próximo de Dead Normal? ¿Aquí hay carrera a largo plazo o esto es un proyecto más en el camino?
(Oriol) De momento, aquí estamos. Tenemos suficientes temas nuevos para grabar un nuevo álbum y estamos haciendo tantos bolos como podemos.
(Mario) Tenemos una cuantos bolos que nos apetecen mucho en Madrid, Bilbao, Zaragoza y Valencia. Sinceramente, creo que vamos a lanzar un par de hits que una empresa de telecomunicaciones utilizará para sus campañas internacionales y podremos vivir de los royalties que generen esos dos temas. Podremos registrar el término “two hits wonder” y nadie podrá usarlo sin pagarnos. Pero vendrá Hacienda y, como nos habremos gastado el dinero en viajes de lujo no podremos pagar las tasas para que los políticos puedan pagarse la farlopa, tendremos que volver a los inicios, robando wifis para enviarle a Oriol y Zoë ritmos secos y crudos que acompañen sus gritos de ira, rabia y malestar.
(Zoë) Japón.

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