"La música te encuentra a ti"
Entrevistas / Daniel Avery

"La música te encuentra a ti"

Luis J. Menéndez — 06-04-2018
Fotografía — Archivo

Dos ideas vertebran el segundo disco del británico Daniel Avery, Song For Alpha (Phantasy Sound / [PIAS], 2018). La música como vehículo para trasladarte a territorios inexplorados y un rayo de luz que se abre paso entre la negritud. Escapismo y un mensaje optimista para un trabajo que busca trascender más allá de la escena de club que asaltó hace un lustro con Drone Logic.


Hace cosa de un año en una entrevista comentabas que el “escapismo” es uno de los principales temas sobre los que gira tu música. Parece una buena definición para Song For Alpha...
Sí, soy un gran defensor del concepto de escapismo. Soy también muy fan de la música psicodélica, que para mí es es cualquier tipo de música capaz de tomarte de la mano y transportarte: desde el techno psicodélico, al ambient o el drone…

¿También eres igualmente fan de la psicodelia clásica? Me refiero a las bandas de guitarras de los sesenta tipo 13th Floor Elevators o Electric Prunes...
Musicalmente hablando no me siento tan influido, pero desde joven he sido muy fan de My Bloody Valentine que hacen una música dentro de la que puedes saltar y perderte, con referencias a los mundos de los sueños y que te aleja de la realidad que te rodea.

Precisamente en tus primeros DJ Sets era habitual encontrar temas de bandas de guitarras como My Bloody Valentine o The Horrors. Y me consta que en tu adolescencia escuchabas mucho rock. ¿Por qué entre tus múltiples colaboraciones todavía no ha habido ninguna con un músico de rock? Especialmente cuando progresivamente estás abandonando la ortodoxia de la música de club para interesarte por otros sonidos.
Es una pregunta interesante. Creo que nunca he sentido esa necesidad en mi corazón. Puede que tenga que ver con el hecho de que el rock, y más concretamente ese rock y pop psicodélico de guitarras del que hablábamos antes, fue mi primer amor, y tal vez intente mantenerlo intacto en algún lugar dentro de mí y que nada interfiera con esos sentimientos. En cualquier caso creo que lo que estoy haciendo ahora mismo es utilizar esas mismas sensaciones que me generaba el rock psicodélico y transformarlas en música electrónica, en una suerte de encuentro entre esos dos mundos.

En el libro de Mike McGonigal para la colección 33 1/3 sobre el Loveless de My Bloody Valentine se habla mucho de esa percepción de vigilia por la falta de sueño. De cómo Kevin Shields se obligaba deliberadamente a no dormir para entrar en esa suerte de trance y grabar las canciones en ese estado semialucinado. Soy consciente de que tus dinámicas de trabajo son diferentes, sueles producir por la mañana y bien descansado, pero ¿es algo que en algún momento hayas llegado a experimentar también?
Entiendo a lo que te refieres porque a fin de cuentas es algo que he sentido cuando viajo constantemente y por momentos he llegado a sentirme perdido. Al mismo tiempo hay también cierta sensación de confort en esa pérdida del control de tu cuerpo. Son sensaciones que de hecho han influido en el sonido de este disco.
Otra sensación parecida es la que tienes cuando llevas horas en un club y cierras los ojos: la música se convierte en algo que es más grande que tú, los sonidos son como olas que van y vienen. Me encanta sentir eso como DJ en un club, y es algo que quería capturar en este disco, incluso en esos temas del disco que no se ajustan al techno. De alguna forma para mí todo esto está ligado a esas tempranas experiencias con la psicodelia.

"Amo el techno, amo las discotecas, pero para mi propia supervivencia necesito hacer otras cosas"

¿En algún momento te has sentido agotado de pinchar?
(Se lo piensa un rato) No, creo que no. El cansancio viene de viajar constantemente. Todavía adoro pinchar pero creo que es sólo una faceta de lo que hago. Una de las razones por las que he tardado tanto tiempo en hacer este disco fue porque estaba decidido a no hacer un disco de techno puro y duro. Esa idea sí que resultaba agotadora para mí. Amo el techno, amo las discotecas, pero para mi propia supervivencia necesito hacer otras cosas fuera de ese contexto. Algo que me ha resultado muy inspirador en los últimos años han sido esos larguísimos dj sets de ocho o nueve horas que me han servido para explorar diferentes sonidos, para introducirme en el terreno del ambient. La gente venía y se sentaba en la pista de baile pero cuatro horas más tarde aquello se había convertido en una rave, aunque tanto las personas como la energía seguían siendo las mismas. Es algo que me ha gustado hacer cada vez más, explorar diferentes facetas de mí. Y lo que tengo claro es que no me he agotado de ello...

Ese momento en que abandonas la veintena para convertirte en treinteañero suele ser un interesante tiempo de cambios para casi todo el mundo. En tu caso se ha producido en el momento en que estabas preparando este nuevo disco. ¿Puedo preguntarte si también lo has sentido y cómo lo has afrontado?
Sí, lo he sentido totalmente. Me resulta difícil expresar ese sentimiento con palabras, pero algo de lo que me he dado cuenta es que el viajar de forma constante y la vida estresante y ruidosa que llevaba hace unos años, pinchando todos los fines de semana, haciendo cuatro o cinco bolos a la semana, no podía continuar de la misma manera, necesitaba cierto equilibrio en mi vida. Hacer este disco ha sido muy importante para mí. Mi estudio se encuentra en una parte de Londres muy tranquila, muy privada, un buen lugar junto al Támesis para levantar el pie del acelerador y tomarse un respiro. Generalmente llegaba al estudio el martes y eso me permitía dejar a un lado toda la locura del fin de semana. Eso ha sido crucial para mí y creo que el disco lo refleja. Aunque también hay elementos del fin de semana, de los clubs,... en el disco se pueden percibir diferentes tipos de energía.

Es curioso, porque he visto imágenes de los alrededores de tu estudio y efectivamente es tal y como dices. Teniendo eso en cuenta y también que sueles ir allí a grabar por las mañana, me pregunto de dónde surge toda la tensión y oscuridad que se puede apreciar en el disco. Si estás de acuerdo con esta apreciación, claro…
Sí, estoy de acuerdo. De hecho una de las ideas detrás del disco es la de la luz emergiendo de la oscuridad. Puede ser una metáfora de cualquier cuestión relacionada con la vida: cualquier cosa que te haya ocurrido, todo lo negativo que sucede a tu alrededor… Como ya te dije antes, el proceso de hacer este disco ha sido muy importante para mí a la hora de superar malos momentos personales. La oscuridad está ahí, pero he intentado plasmar cómo la luz se abre paso. Esa es la razón por la que creo necesario representar la oscuridad.

¿Puedo preguntarte por tu sesión para la serie DJ-Kicks? Porque de alguna forma encuentro una conexión entre lo que proponías ahí y lo que nos encontramos en Song For Alpha.
Sí, sí, estoy de acuerdo. En realidad tiene todo el sentido del mundo porque estuve trabajando en ambos proyectos al mismo tiempo. El lenguaje es diferente, porque el DJ-Kicks es una sesión en el estricto sentido. Pero al igual que ocurre con Song For Alpha mi intención era que al cerrar los ojos el oyente se transportara en una suerte de viaje psicodélico. No tiene tanto que ver con la luz y la oscuridad de la que te hablaba antes como con mantener la energía de la pista de baile. Y por supuesto que Song For Alpha cuenta con más dinámicas, momentos más tranquilos que no tienen cabida en una sesión de club. Pero los dos trabajos comparten esa idea de que la música te conduzca a otro lugar, una idea vinculada con la psicodelia. La sesión arranca con un tema ambient (Soundscape 1, de In Aternam Vale) para tomarte de la mano y progresivamente iniciar un viaje por carretera que desemboca en otro tema ambient, en este caso propio (Space Echo) con el que despiertas del sueño. Quería capturar una sensación similar para Song For Alpha, aunque sea consciente de que los elementos eran diferentes.

También encuentro una conexión clara entre Song For Alpha y la generación post-acid, las bandas del histórico recopilatorio Artificial Intelligence. Pero, claro, cuando esa música representaba lo más avanzado de la música electrónica tú eras poco menos que un crío. Además esa música surge en un momento sociológico completamente distinto al actual, con el fenómeno de las raves desafiando al gobierno británico que lo consideraba un gravísimo problema de orden público. ¿Qué significado tiene aquel movimiento para ti?
Una vez más el punto de unión entre aquello y mi disco es la idea de “escapismo”. Es cierto que vivimos en un mundo que ya no tiene demasiado que ver con aquel, pero el factor humano es lo que a fin de cuentas conecta mi música con la que estaban haciendo hace casi cuarenta años en mi país gente como Aphex Twin o Autechre. Puede que no seas capaz de identificar un sonido específico, pero el corazón de las canciones, una melodía o un patch que te genera sensación de calidez, termina por conectar aquellos discos con Song For Alpha. Es el factor humano. Ese factor humano presente en la electrónica de aquella época es algo que personalmente encuentro muy inspirador.

Tal vez la respuesta sea la misma, pero me ha llamado la atención que en la nota de prensa cites a William Basinski como una influencia esencial para Song For Alpha. Quisiera que me dijeras qué elementos crees que conectan tu música con la suya más allá del uso de los loops, que a fin de cuentas es algo que tiene en común casi toda la música de club.
Su música contiene un elemento emocional y una fragilidad que me encanta. Es música que requiere tiempo y paciencia, para escucharla tienes que poner el disco, sentarte y dejar que la historia se vaya desarrollando ante ti. Y cuanto más tiempo pasas escuchando mayor es la satisfacción. Esa es una cualidad que yo he intentado tomar de Basinski. Y esa es otra de las razones por las que he decidido grabar albums en vez de singles, porque el disco largo requiere paciencia. De hecho es la misma razón por la que me gusta hacer esos dj sets que pueden alargarse toda la noche: cuando llega el gran momento es realmente especial, y eso es lo que a la larga permanece contigo. En definitiva, que ese es el motivo por el que adoro a Basinski: incluso en los momentos más calmados y ambientales de su obra hay un sentimiento profundamente humano.

Algo que caracteriza la obra de Basinski es también su carácter conceptual. Lo que me lleva a preguntarte si en tu caso, cuando empiezas a componer, el lado conceptual tiene más o menos peso que el aspecto irracional e instintivo de la música.
Es una buena pregunta. Creo que… (duda por unos segundos) Creo que generalmente trabajo basándome en sensaciones más que en ideas. Sí, creo que es así… Hay días en que las cosas surgen en el estudio, pero… es difícil de describir. Puede que todo esté dispuesto en el estudio para empezar a trabajar pero nada surge, y eso puede llegar a ser muy frustrante. Pero cuando llega el momento simplemente lo sabes de forma instantánea: diez minutos, ese puede que sea el tiempo que necesito para desarrollar lo esencial de un track especial para mí. No arranco con ninguna idea o concepto concreto. Yo creo que la música te encuentra a ti. Puedes ir a su encuentro y descubrir algunos elementos válidos, pero los momentos realmente especiales te llegan. Requiere trabajar duro, paciencia y sentarse durante mucho tiempo, pero llegan cuando menos te lo esperas.

Y un poco relacionado con esto, ¿consideras tu música una suerte de paisaje o para ti tus composiciones tienen un lado trascendental que va más allá de la construcción sonora de sensaciones?
Creo que tiene un poco de ambas cosas. (Vuelve a durar durante unos segundos). Si te soy sincero no acostumbro a reflexionar en esos términos, porque mi relación con mi música es muy personal, casi introspectiva cuando grabo.

"Cuando llega el momento lo sabes: diez minutos, ese puede que sea el tiempo que necesito para desarrollar lo esencial de un track especial"

Por curiosidad, ¿hay algún productor español de música electrónica que te interese o del que te sientas cercano?
Sí, de hecho uno de mis sellos favoritos de techno es Semantica. Los adoro. Creo que publican música fascinante.

¿Estás en contacto con ellos?
Sí, yo y Enrique (Mena, más conocido por su alias artístico Svreca) nos estamos mandando música todo el tiempo y soy muy fan de lo que hace, tanto de sus discos como en su faceta de director del sello.

En julio estarás actuando en Mad Cool Festival en Madrid. No aparece anunciado como DJ set, así que entiendo que vas a presentar el disco en directo…
No, no. Va a ser una sesión.

La verdad es que a lo largo de tu carrera apenas has hecho directos. ¿Va a cambiar eso ahora…?
Sí, es un poco pronto para dar detalles y no hay fechas todavía, pero tengo una idea en la cabeza sobre cómo desarrollar el disco en directo.

He leído que vas a sacar un largo con Alessandro Cortini, con quien el año pasado ya publicaste un single
Estamos trabajando, haciendo cosas juntos, pero lo que no sé es si se va a traducir en un LP. Trabajar con Alessandro es muy excitante, un proceso completamente nuevo para mí. Él suele trabajar muy rápido, de alguna forma deja que la música tenga su propio espacio y su propia vida. Cuando me manda sus pistas puedo reconocer pequeños errores y escuchar imperfecciones, pero él considera que ese es otro elemento más de la música y que por tanto debe existir. Es un método con el que nunca antes había trabajado, esa seguridad de que la segunda o tercera toma es la buena, la verdadera.

¿Alguna sorpresa que nos deparen los próximos meses?
Voy a publicar mucha música. Paralelamente a la publicación del disco va a haber una serie de EPs con temas de los que me siento muy satisfecho pero que terminaron quedándose fuera del disco. La verdad es que me siento realmente excitado con toda la música que voy a sacar este 2018.

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