Buen aterrizaje
Entrevistas / Soulsavers

Buen aterrizaje

Jordi Nopca — 06-07-2007
Fotografía — Archivo

Son oficialmente un dúo inglés que esconde sus nombres bajo el manto espiritual del pseudónimo. Para su segundo disco, de título con moraleja –“It’s Not How Far You Fall, It’s The Way You Land” (V2/Sinnamon)– han contado con la presencia de un invitado de lujo, Mark Lanegan, que canta en ocho de los once temas del álbum. Y la experiencia es positiva. Espiritual y religiosamente. Soulsavers estarán tocando este mes de julio en el Summercase.

Entrevistamos a Soulsavers en un momento aparentemente idóneo para que el trasfondo religioso de sus canciones aflorara sin trabas: pocas horas antes de la procesión de Viernes Santo. El problema fue que la noche anterior, Ian Glover –¿o fue Rich Machin?– conoció de cerca la noche barcelonesa, y el resultado fue que el entrevistado apareció medio borroso, y hasta el segundo café no empezó a conectar con la órbita Soulsavers, que es justo lo que nosotros pedíamos (educadamente, eso sí). “Cuando era pequeño leía muchas novelas. Me influyeron mucho William Faulkner, Cormac McCarthy y Harry Crews, tres autores que me sugerían una imaginería visual increíble”.

"Para las voces nos gusta confiar en alguien de quien admiremos su trabajo"

Todos ellos, junto con otros exponentes a tiempo parcial como Truman Capote o Flannery O’Connor, formaron parte de la denominada literatura Southern Gothic, que borra las fronteras de lo posible y lo imposible para, las más de las veces, retratar con sagacidad aspectos de una realidad social distorsionada pero clarividente. “Fueron estas novelas las que me sugirieron la importancia de la iconografía y de los rituales cristianos”. De ahí que su nuevo disco empiece con una canción con coros gospel, “Revival”, con la voz de Mark Lanegan al frente, predicando la resurrección y autoinculpándose. “Llegamos al gospel de ‘Revival’ por accidente. Estábamos en Los Ángeles, e íbamos de camino hacia el estudio de grabación junto con las chicas que cantan los coros en ‘Paper Money’. Mark sugirió que si tenían tiempo podían intentar grabar voces en ‘Revival’, también. Y la primera vez que lo probaron vimos que la canción necesitaba aquello. Así que seguimos adelante hasta llegar a la versión definitiva”. El proceso de intentar cosas nuevas y cambiar constantemente de guión ha sido una de las constantes de la concepción y grabación del segundo disco de Soulsavers, que aparece tres años y medio más tarde que su debut, “Tough Guys Don’t Dance” (03). Aunque reconozcan que se lo han tomado con calma, el disco ha sido grabado entre su Inglaterra natal y Los Ángeles, ciudad en que vive Mark Lanegan, que ha sustituido a Josh Haden (Spain) como vocalista y ha dado un nuevo rumbo más oscuro y apocalíptico a las composiciones. “El núcleo base de Soulsavers somos sólo dos personas (Ian y Rich), y para las voces nos gusta confiar en alguien de quien admiremos su trabajo. Josh es una pieza clave de nuestro primer disco, así como Mark lo es del segundo: se interesó por trabajar con nosotros después que un amigo nuestro le pasara ‘Tough Guys Don’t Dance’. A partir de ahí aceptamos el cambio –Josh tampoco podía grabar porque estaba escribiendo su primer disco en solitario–, y creo que nos ha salido muy bien, la verdad. Después de grabar el esqueleto de los temas íbamos a Los Ángeles, y Mark añadía las letras, que muchas veces cambiaban las canciones de arriba abajo, cosa que nos obligaba a volver a trabajar e interpretar el aspecto musical”. Con Lanegan comparten, además de un universo opresivo y angustiante, unas cuantas referencias musicales que no pueden pasarse por alto: The Gun Club, The Jesus And Mary Chain, John Lee Hooker o el último Johnny Cash, hecho que puede comprobarse en “Kingdoms Of Rain”. “En el último Cash es determinante la presencia de Rick Rubin, que produce los discos dando mucho espacio a la voz. A Mark esta espaciosidad le iba muy bien, le daba mucha fuerza”. Pero el universo referencial de Soulsavers tiene en las bandas sonoras de Ennio Morricone, Angelo Badalamenti y Bruno Nicolai un punto de apoyo fundamental, que se complementa con la obsesión personal de conseguir –algún día– firmar la banda sonora de una película de David Lynch (aunque lo tienen un poco difícil, puesto que Lynch últimamente ya se encarga también de las músicas y ruidos que inundan sus largometrajes). Por si esto fuera poco, en “It’s Not How Far You Fall…” encontramos también tres versiones –o transformaciones– recomendables de Neil Young (“Through My Sails”, la última canción de “Zuma”), los Rolling Stones (“No Expectations”, segundo flechazo del fundamental “Beggars Banquet”) y un homenaje a Spain, “Spiritual”, “canción que sirve de puente entre ‘The Blue Moods Of Spain’, uno de nuestros discos favoritos, y ‘She Haunts My Dreams’, otro gran disco de Josh Haden”.

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