Simple Minds. Viajes, sueños dorados y canciones de amor
Libros / Héctor Neira Zubieta

Simple Minds. Viajes, sueños dorados y canciones de amor

7 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 19-09-2022
Empresa — Lenoir Ediciones

Aunque parezca mentira, porque estamos hablando de una banda que ha vendido más de sesenta millones de discos en todo el mundo, no existía un libro biográfico de Simple Minds en castellano desde aquel que publicó la extinta editorial La Máscara hace casi treinta años ("Simple Minds", firmado por Richard Francis Bourbon en 1994). Estas 340 páginas tienen, pues, sentido de la oportunidad. Tiene que haber un mercado para "Simple Minds. Viajes, sueños dorados y canciones de amor" (2022), libro en el que el bilbaíno Héctor Neira Zubieta repasa de forma cronológica los más de cuarenta años de trayectoria ininterrumpida del proyecto de cuya formación original hace años que solo quedan Jim Kerr y Charlie Burchill.

Con un estilo sencillo, sin pretensiones literarias ni periodísticas, con el ánimo del fan incondicional que se sabe al dedillo todo sobre la banda de Glasgow pero no por ello se ciega ante sus resbalones creativos y malas decisiones (que fueron unas cuantas), Neira nos guía de forma exhaustiva a través de una singladura peculiar y diría que única: no recuerdo ninguna otra stadium band que pasara (en tan solo cinco o seis años) de llenar estadios de fútbol para sesenta mil personas a actuar en salas de mil. Se suele ignorar el esfuerzo de adaptación que Jim Kerr y los suyos debieron obrar para sobrevivir con dignidad tras su travesía del desierto, entre mitad de los noventa y mitad de los 2000, en plena caída en desgracia porque estaban ya con el paso cambiado respecto a casi todo lo que ocurría en el planeta pop y parecían sentenciados a la condición de reliquias. De incómodo jarrón chino. Tuvieron que aprender a desaprender.

El paso del tiempo pone a cada cual en su sitio, y Simple Minds han tenido la habilidad de reflotar su carrera con cierta dignidad en los últimos tres lustros al mismo tiempo que un puñado de músicos que podrían ser (por edad) sus hijos, como The Horrors o Editors, han ido reivindicando el papel de sus primeros cinco discos (entre 1979 y 1982), los mejores de su carrera, los que alumbraron un pop electrónico en cierto modo pionero, europeísta, tan deudor de Kraftwerk como de Roxy Music, y de cuyo progresivo desborde épico tomarían buena nota U2 (y no al revés), en una deriva – aquella época en que se les tildaba de mesiánicos y pretenciosos – que les llevó a reventar aforos y listas de éxitos a medida que sus discos eran menos interesantes, hasta alcanzar su cima popular con la multitudinaria gira que les trajo hasta el Vicente Calderón en 1989 con Lou Reed (quién lo iba a decir) y The Silencers como teloneros.

Este libro documenta todo eso. Con datos, extractos de entrevistas, fragmentos de críticas, posiciones en listas, información sobre todas sus entregas discográficas (oficiales y extra oficiales) con despieces exhaustivos, canción a canción, y tres entrevistas finales que sirven para refrescar y contextualizar el relato: con Javier Ojeda, líder de unos Danza Invisible sobre cuyos inicios pesó la influencia de los escoceses, con el periodista holandés Alfred Bos, autor de su primer libro biográfico (en 1984) y con el productor británico Stephen Lipson, mando derecha de Trevor Horn, quien estuvo detrás del sonido de discos como Street Fighting Years (1989) o Real Life (1991). Indispensable para fans, interesante (aunque no esencial) para quienes no lo sean.

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