Dentro del negocio musical hay tres sacos de boxeo a los que golpear sin compasión cuando hay que buscar culpables. Son, sin orden ni concierto (nunca mejor aplicado este término) los promotores, la prensa especializada y las salas. A los primeros quiere rendir homenaje el autor de este volumen, Alfred Crespo, testigo de casi todo el rock que ha pasado por Catalunya (y buena parte del resto del estado) en las últimas tres décadas y media y actual co-director de Ruta 66 tras años colaborando en la misma como redactor.
Crespo empieza entrevistando a uno de los grandes gurús del asunto, el pionero Gay Mercader, para posteriormente ir relatando sus aventuras (y desventuras) como promotor. Los inicios ilusionantes y rebosantes de ímpetu hasta la consolidación del proyecto Silvertrack junto a otros socios y los posteriores coletazos en colaboraciones con la revista como anzuelo. Todo ello narrado con esa peculiar manera de escribir, amena y coloquial, en la que parece dirigirse a ti en primera persona mientras os tomáis unas cervezas en la barra de cualquier bar. Así se suceden anécdotas y sinsabores solventados en la mayoría de las ocasiones con mucha suerte, la colaboración de ángeles salvadores aparecidos de la nada y una buena agenda de contactos. Todo ello aderezado con toneladas de sentido del humor que provocan que la sonrisa permanezca en la cara durante la lectura, rápida, del tirón, de sus páginas. Sonrisa que se transforma en carcajada en no pocas ocasiones debido a lo surrealista de algunas situaciones.
Si tienes pensado iniciarte en la profesión quizás no sea el libro más recomendable pero si, en cambio, quieres pasar un rato de lo más agradable con las miserias y las pequeñas victorias del rock & roll underground vuela a por él.
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